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Críticas de Caith_Sith
Críticas 1,688
Críticas ordenadas por utilidad
7
15 de enero de 2012
29 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2009, Niels Arden Oplev dirigió "Män som hatar kvinnor", la primera de una trilogía de películas que adaptaban la famosísima novela negra del sueco Stieg Larsson. Michael Nyqvist y Noomi Rapace interpretaban, él con solvencia y ella de forma superlativa, los roles principales. La película arrasó injustificadamente gracias al tirón del material original. En realidad se trataba de una obra televisiva, con poco que decir en términos cinematográficos, cuya impersonal dirección ahogaba un material escrito no sobresaliente pero si con posibilidades. Lo único destacable de aquel larguísimo filme que bien pudo haber sido producido en Canadá y estrenado un sábado en Antena 3, fue Rapace, que ha seguido demostrando que es una actriz cojonuda en producciones locales. Pronto la veremos en "Prometheus" de Ridley Scott.

En 2011, David Fincher dirigió "The Girl with the Dragon Tattoo", la primera de una trilogía de películas que adaptaban la famosísima novela bla bla bla. Daniel Craig y Rooney Mara interpretaron los papeles principales, él fantásticamente y ella consiguiendo algo cercano al milagro. La película no arrasó en Estados Unidos por culpa de la versión -inferior- anterior. Se trataba en realidad de una pieza cinematográfica realizada con habilidad, talento, en la que la mirada autoral se veía representada en su personal dirección, que cogía un material escrito con posibilidades y lo moldeaba para crear algo sobresaliente. Lo único no destacable de aquel larguísimo filme era que "ya existía". Daniel Craig siguió haciendo películas de James Bond y Rooney Mara quién sabe cómo acabó.

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Establecer una comparación "Millennium" versión sueca vs versión americana es tan sencillo como innecesario, así que se resumiría en que esta segunda adaptación gana por goleada a nivel narrativo, sonoro, interpretativo y visual. Lo primero es lo menos complejo porque la novela de Larsson se prestaba a ello, pero sorprende más en lo restante porque sobre todo, en el caso de la actriz principal, parecía imposible de superar. No creo que Mara logre lo que Rapace, pero está soberbia. Por lo demás tenemos la historia de 2009, pero ahora bien contada. El soberbio trabajo de montaje y la narración en paralelo de dos personajes que acaban dentro de una misma ventana, su tema inicial (usado sabiamente sólo como un mcguffin, una excusa, muy a lo Hitchcock) da pie a una investigación rigurosa que permite (como ocurría en la superior "Zodiac") al espectador implicarse y no limitarse a "mirar". "Millennium" de Fincher es una gran película de intriga que no está entre lo mejor de su realizador pero que desde luego está más cerca de aquella "Seven" que de "La habitación del pánico". 160 minutos que se pasan en un abrir y cerrar de ojos, gracias a la sobresaliente labor de Fincher (a la cámara) y de su guionista, Steven Zaillian.
Caith_Sith
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3
16 de abril de 2010
29 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
No empieza mal "Peacock", presentándonos a un personaje "femenino" observando a un niño a través de unas cortinas. Momentos más tarde vemos a un hombre, callado, tímido, inseguro. No se guarda el secreto: son la misma persona. Cillian Murphy jugando (de nuevo) a travestirse para encontrarse, en el fondo, con su verdadero "yo". El problema no es tanto el planteamiento inicial como el empeño de Michael Lander por convertir un punto de partida curioso en muchas cosas que luego no llegan a ninguna parte.

Peacock juega a ser un thriller de suspense, recurriendo a las dobles personalidades y cómo un elemento externo puede afectar a una realidad idílica, casi perfecta a pesar de sus evidentes problemas sociales.

Peacock juega a ser una sátira política, introduciendo elementos sobre el fanatismo o la insistencia de ciertas organizaciones. O cómo los políticos aprovechan la mínima oportunidad para sacar tajada, hacer que su campaña sea la más efectiva y por tanto ganar las elecciones. El problema es que la metáfora pasa a ser obvia en cada intento y, de obvia, es ridícula.

Peacock juega a ser cine independiente americano. Un personaje trastornado, familiares perdidos con problemas anímicos, internos o sociales. Embarazos, prostitución, pagas que no se reciben, hermetismo interior.

Peacock juega a lo anterior usando la "táctica Altman" de la forma más torpe posible: hilvanar subtramas pertenecientes a personajes interpretados por actores populares, al menos dentro del circuito al que va dirigido el film: Cillian Murphy, Ellen Page, Susan Sarandon, Josh Lucas, Bill Pullman, Keith Carradine...

Peacock se lo juega todo a una sola mano y pierde. Funciona al principio, cuando el castillo de naipes es capaz de aguantar sobre sus cimientos sin caer en lo mismo de siempre, pero estableciendo un paralelismo con el propio argumento de la obra, es descarrilar el tren y salirse del buen camino el planteamiento. Flojilla, con algún momento de interés, pero perturbadoramente tonta e innecesariamente morocha.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caith_Sith
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7
19 de julio de 2011
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecemos con un hecho: Harry Potter es la franquicia cinematográfica más rentable de la Historia del Cine. Ocho entregas, varias en el Top 20 de las más taquilleras de todos los tiempos. Y ahora con una confesión: admito, con la cabeza bien alta, haber contribuido en cuatro ocasiones a que eso se hiciese realidad.

“La piedra filosofal” se estrenó en noviembre de 2001. Diez años más tarde, todo se ha acabado, con la octava entrega estrenada hace apenas cuatro días. Como preparación para ésta, decidí cometer una locura: el domingo 17 de julio a las 20:00, decidí revisionar el primer film de la saga con la intención de cerrar un ciclo (con ocho paradas) yendo al cine a disfrutar del episodio final. 48 horas después, he permanecido junto a Harry, Ron, Hermione y compañía unas veinte horas. Y aunque en general ha habido de todo, no puedo negar que he disfrutado de su magia, porque esta es una saga irregular, pero capaz de hechizar a cualquiera. Tengo mis aventuras favoritas y no sé si el Potter literario es superior al cinematográfico (pues no he leído las novelas originales) pero sé que el que está grabado a fuego en celuloide merece haber llegado a donde lo ha hecho. Porque en los últimos diez años hemos vivido al rebufo de basura en materia de fantasía y aventuras, siendo el límite del mal gusto la saga “Crepúsculo” y en Harry Potter, gracias a los cuatro directores que han decidido tomar la riendas de las adaptaciones, y por supuesto a un equipo humano extraordinario (actores, técnicos, compositores, responsables de fotografía), lo que tenemos es un legado de Cine. Unas veces mejor, otras veces peor. Pero es Cine.

¿Más confesiones? Les he cogido cariño a los personajes. Me da lástima no volver a verlos, a todos y cada uno de ellos. Los guiones de Steve Kloves han servido para perfilar muggles, sangres sucia y magos para todos los gustos. Y los responsables de las ocho películas han creado un mundo vivo con sus propias criaturas, bestiarios y códigos éticos, morales, y visuales. Una franquicia en la que tan importante es la acción como la introspección, el desarrollo de los personajes. No es todo efectismo: hay alma. La mejor de la saga, “El prisionero de Azkaban”, encuentra una réplica a la altura por fin en el díptico “Las reliquias de la muerte” que por suerte han estrenado en dos películas: así que el resultado lo tenemos en cuatro horas y media en lugar de dos y media. Los fans alzan sus varitas en señal de aceptación. Yo, sin ser fan, por un momento me creo serlo y también lo hago.

Diez años, ocho historias, decenas de personajes. Un legado, irregular, sí, pero valioso. Y después de mi diario (cuyos matices podrían cambiar con el tiempo), llega la crítica de la segunda parte de “Las reliquias de la muerte”. Mi hipotética segunda mitad mortífaga, toma el relevo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caith_Sith
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7
13 de enero de 2011
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Never Let Me Go” es una de las sorpresas más inesperadas del pasado 2010, una película que no es una Obra Maestra ni se acerca, pero que tiene el valor de lo insólito: pocas, o ninguna vez, he visto algo así. Sólo se me ocurriría compararla con la calidez que desprende el bello “I’m Here” de Spike Jonze, o con cualquiera de los trabajos del animador Makoto Shinkai (“She and Her Cat”, “5cm por segundo”). Pero sin ánimo de buscar obras parecidas, el trabajo de Mark Romanek es único y no sólo ahí radica su magia, sino en una suma de elementos tan bien integrados en un global que casi parece que la ciencia-ficción sea la vida real, y que lo que estemos contemplando sea alguna especie de milagro en el que el drama y el romanticismo funcionan como un reloj, sin canibalizarse, sino nutriéndose.

Es “Never Let Me Go” una obra que se cocina a fuego lento, concediendo valor a los silencios y a la capacidad de observación. Su sensacional fotografía y una melancólica banda sonora contribuyen a crear una ambientación casi de cuento de hadas. Y como en todas estas historias, nada es lo que parece; hay un reverso tenebroso. Contada casi en voz baja, mediante susurros, la película de Mark Romanek es un ejemplo de contención dramática, consigue abandonar todo intento de manipulación y rara vez en su metraje podemos encontrar algo impostado, que no destile verdad por los poros. Bella y lírica, se beneficia además de unas interpretaciones principales de gran nivel, comenzando por los niños (impecables) y siguiendo por una correcta Knightley, un notable Garfield y una superlativa Mulligan. Esta última enamora a la cámara: cada mirada, cada gesto, es un ejemplo de cómo un intérprete superdotado puede transmitir sensaciones al espectador sin optar por el histrionismo, más bien lo contrario, desde la pura contención.

Usando la ciencia-ficción de forma inteligentísima (desgranando poco a poco los enigmas), “Never Let Me Go” es un drama que cuenta una historia terrible a través de los gestos y los susurros, instalándose bajo la piel e impactando en el momento preciso, sin la búsqueda del sentimentalismo barato. Su bellísimo y triste final no hace más que redondear una película que encuentra en sus virtudes un arma de doble filo: la sutileza con la que cuenta las cosas y su ritmo pausado podrían jugarle en contra si el espectador acude a visionarla esperándose una explosión de efectos especiales y ráfagas de diez frases grandilocuentes por segundo. Si Makoto Shinkai hiciese una película de imagen real, sería ésta, no me cabe ninguna duda. Un fantástico trabajo que junto a “I’m Here” de Jonze forma un improvisado díptico de sci-fi en el que lo verdaderamente importante son los personajes, más allá de las virguerías técnicas.
Caith_Sith
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7
13 de agosto de 2013
27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer tráiler de "Epic" era de esos que dejan con la boca abierta, algo que conseguía prescindiendo (salvo al final) de la palabra y relegando toda la potencia en materia visual, con el The Lightning Strike de Snow Patrol de fondo. Los que vinieron después eran más convencionales pero había algo en aquel concepto que llamaba la atención. Vista la película es de agradecer que todo su potencial se aproveche, a grandes rasgos, para dar así con una película de animación de una sofistificación inaudita a un nivel puramente formal, pues podríamos hablar del trabajo de Chris Wedge ("Ice Age") como algo muy por encima de la media. Su labor tras la cámara es superlativa, creando varias setpieces que funcionan como -evidentes- planos secuencia en los que se muestra la acción sin cortes ni confusiones posibles, pues todo queda claro mientras se ve, pese al vértigo que producen algunas situaciones.

Por otro lado, Wedge parece sabedor de que la animación depende, no ya de la técnica en sí, sino de sacarle partido a cada una de las herramientas disponibles. En "Epic", la labor de los actores es clave, siendo una de las mejores películas que he visto recientemente en términos de 'acting', algo que en este medio suele pasarse por alto -y que nos perdemos con los doblajes-. Un rápido repaso a su reparto de actores de doblaje nos lleva a encontrar a ganadores de los Oscar (Christoph Waltz), ganadores de Globos de Oro (Colin Farrell) y multinominados (Beyoncé), o simplemente algunos de los mejores actores emergentes de los últimos años, como la joven Amanda Seyfried. Mención al margen merece el magistral trabajo de Steven Tyler poniendo voz a un personaje secundario, con su característica voz rasgada. Casi nada. Lo que aportan a la película no es sólo su registro vocal, son sus expresiones. La animación de "Epic" ha llegado a tal punto que es capaz de replicar movimientos ágiles en apenas segundos, cambios gestuales que remiten en cierta medida al slapstick pero sobre todo, a la forma de interpretar de los iconos del cine de aventuras. Esto se refuerza desde el propio tono del film, bastante afectado cuando lo precisa pero también con ciertas notas de humor (pensad en "Star Wars. Una nueva esperanza"). Y aquí es donde llega el único "pero" que le encuentro a la película: el tono.

"Epic" por momentos va encaminada a ser un clásico del cine de aventuras, animado o no. Con un tono serio, cercano a lo que podríamos esperar de Studio Ghibli y no tanto de una productora occidental responsable de cosas como "Río", la película consigue momentos de cierta epicidad que tienen que ver con decisiones argumentales muy bien ejecutadas, la distensión de los personajes que sólo buscan ser ellos mismos, e incluso batallas a una escala impresionante, con infinidad de personajes simultáneamente en pantalla. El problema es el humor: parece obligatorio introducir a secundarios graciosos que corten el rollo, o que permitan a los departamentos de publicidad vender la película y sus muñecos. No es que los gags sean estrictamente malos (la babosa es muy divertida), pero tal cual están introducidos impiden que la película vuele más alto y se convierta en algo más sólido. También habría venido mejor no forzar el tercer acto con moralejas tan obvias, pero "Epic" se disfruta mientras dura y, con sus más y sus menos, es una película que merece la pena verse aunque sólo sea por perderse en su maravillosa imaginería naturalista. No lo dudéis: es mucho mejor de lo que se ha dicho e, indudablemente, la mejor producción de Blue Sky Studios -por lo menos- desde la primera "Ice Age".
Caith_Sith
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