Me estoy refiriendo a cuando en el minuto 1:30:00, Darían llega a la casa en la que ahora vive el marido de la asesinada, se respira un ambiente incómodo, una atmósfera demasiado asfixiante, como si el recién jubilado detective acabase de descubrir algo que estaba pasando por alto todo este tiempo. Recuerda detalles relacionados con la investigación, lo que le decía la gente, el propio marido de la víctima tiempo atrás. "La pasión nunca muere". Pero el marido ya no parece buscar al asesino. Cuando Darín le inquiere al respecto, nervioso se saca de la manga una argucia poco creíble, que ya encontró y le mató al asesino hace tiempo. "Vivir una vida llena de nada". El marido, la lleva, en una casa pérdida en medio de la nada con la única compañía de los retratos de su mujer asesinada. Cierra siempre las cortinas con ademán nervioso. No rehizo su vida tanto tiempo después a pesar de gritar que sí. El año que se pasó yendo a la estación a ver si veía al asesino también llevó esa vida llena de nada. ¿Qué quiero decir con esto? Que encaja perfectamente que el marido sea el asesino, y eso es lo que me ha parecido que la película me hizo querer ver en un momento determinado. Las dudas y recuerdos que sufre Darín lo llevan a la certeza que el alma de cada hombre evidencia su crimen, y en efecto asi resulta pero de un modo diferente. Además el marido le insiste en que desista, ya no hay más piezas para continuar con la partida. Pero Darín sigue dándole vueltas a algo... No me digáis que no sería ese el final perfecto, perverso, sutil, que el marido fuese en realidad el asesino que aún sigue trastornado. Además habríamos ahí una terrible identificación entre policía y asesino pues Darín también llevaba una vida llena de nada y su pasión tampoco moría tanto tiempo después por aquella mujer. El hecho de que esa realidad oculta sea que el marido lleva 25 años torturando al asesino no me impacta tanto como lo que me había imaginado yo. Además a mi modo de ver el tema se aborda como si fuese una especie de héroe cuando se trata de un individuo que vive en el pasado y cuya alma está podrida. Aún así y con todo esto la película me ha gustado como bien señala mi nota, el dicho final deja cierto regusto a venganza coreana.

Aparte del sugerente clímax, posee una de las escenas más inquietantes que recuerdo haber visto. Es
en la que Willis entra en la casa en la que se pretende alojar a una testigo y de repente empieza a sonar una música agresiva a toda pastilla, no saben de donde proviene. Uno de los presentes va a apagarla y enseguida es tiroteado. Vuelve a sonar. La agente rusa ve como el otro compañero también es tiroteado delante de sus narices. Nadie entiende lo que está pasando, todo ha sucedido flagrantemente rápido. Solo unos instantes de esa horrible música (es una manera de hablar, dicha pieza musical me encanta y queda muy bien en la película, pero su función es horrorizar y desagradar) otros de silencio y aquí está muriendo todo el mundo alrededor. El esquivo asesino solo puede estar dentro de la habitación de la que han provenido los últimos disparos, la intrépida y enfurecida agente entra en la estancia disparando hacia todas partes, tal es su desesperación. Se tira al suelo. Y entonces es alcanzada por un impacto de bala efectuado por un Bruce Willis más sosegado que nunca, que permanecía recostado en un sofá. Hasta para pegar el tiro a través de un obstáculo lo ha hecho a la perfección, en el lugar en el que quería. Uno que no la mate del todo todavía pero que la deje inoperativa de modo que deje de ser un peligro. Si la revelación de su escondite sorprende es porque nadie se imagina que en una situación tan tensa alguien podría adoptar una postura tan desenfadada. Se regodea con mucha clase ante el sufrimiento de la agente herida, un personaje femenino un tanto rudo y desgarrado que se desangra ante él. La deja con vida (sabiendo que morirá justo cuando llegue Gere al lugar) tan solo para jugar con su adversario, para sacar a ese ajusticiamiento el máximo partido posible, dañando a dos personas en vez de a una. Independientemente de si han visto o no la película dirigida por Fred Zinnermann si esto no es manejar bien la tensión yo ya me rindo.

Lo 'inexplicable' comienza cuando Willis lanza un fallido atentado contra la presidenta. Se entretiene mucho, muchísimo tiempo antes de disparar, una auténtica barbaridad, nada propio de un profesional como él. A partir de ahí, cuando comienza a huir, todo su aire de poder se desvanece por completo. Vemos a un Willis débil, impotente, absolutamente desprotegido y vulnerable, lo cual no pega nada con lo presenciado anteriormente, lo que lleva a pensar en un final forzoso y apresurado; había que terminar la película. Aún así está muy logrado.

Una película violenta y despiadada. No tiene porque ser considerada unicamente como vínculo o prolongación relacionada con otra obra, sino como una creación independiente de por sí, libre de comparaciones tan directas que directamente pretenden descalificar.