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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Críticas de bucefalo
Críticas 559
Críticas ordenadas por utilidad
6
23 de junio de 2023
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Master Cheng son de esas películas emotivas, diríamos de "autoayuda". También es un ardid publicitario para vender a Finlandia, y a China, como destinos turísticos amables.

El drama de los refugiados apenas se toca y es sustituido por una utopía interétnica e intercultural respetuosa. Mundos extraños que se redescubren y se aceptan desde las diferencias en un tono de cordialidad y admiración mutua. Algo que la realidad niega.

El argumento es pueril y sin pegada, diríamos que descabellado. Lo más emotivo puede que sea la idea de una comida excelsa como salvación de almas en pena.

Esto de los chef es como una epidemia en los últimos años.
bucefalo
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7
13 de junio de 2023
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Gregory Peck me pareció muy acartonado y "demasiado bueno", casi angelical, para dar vida al abogado defensor Atticus!

Aún así creo que es una película meritoria por ser prehistórica (1960) en atreverse a denunciar al odioso racismo en el sur de los Estados Unidos. Hay dos premisas que son falsas y que soportan filosóficamente a la película de Mulligan. La primera es que en los Tribunales de los Estados Unidos todos los ciudadanos son "iguales" acerca de sus derechos. Plantea la idea platónica de una Justicia ciega. Y ya todos sabemos que eso no existe. Es toda una burrada seguir repitiendo que la Justicia es ciega. Ni antes y mucho menos ahora. La Justicia tiene vista y oídos y por lo general es muy fácil de corromper.

Un jurado blanco para dirimir la inocencia de un acusado negro no tiene ni pies ni cabeza. Hoy en pleno siglo XXI poco se ha avanzado en los derechos de las minorías o de los invisibles sociales que son los negros y los pobres para poner sólo a dos víctimas de la muy larga lista.

La otra premisa es mucho más atroz. Atticus es un creyente de la salvación humana a través de la Ley y a través de la bondad intrínseca que está presente en todos los humanos. Pero es inconsecuente cuando mira hacia los lados y evita el juicio del inesperado salvador de su hijo cuya inocencia o culpabilidad debe ser demostrada. Acepta con displicencia el dictamen del Alguacil y con ello evitan "matar al ruiseñor".

La verdad es que no hay ruiseñores en la Historia. El más emblemático de todos fue el Cristo y ya todos sabemos como fue su fin. El ruiseñor es una metáfora de una humanidad posible aunque traicionada un millón de veces. Igual, aunque las evidencias estén en contra, hay que seguir creyendo en personas buenas y decentes como Atticus aunque sea la derrota su divisa.
bucefalo
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7
30 de mayo de 2023
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Woody Allen es el retratista de la clase media alta neoyorquina por excelencia. En ésta película de 1997 se nos muestra las angustias emocionales de su principal protagonista, el mismo Allen, que utiliza su propio "material" vital para ofrecernos aspectos de la agridulce vida.

Reímos para no llorar. Woody Allen sabe que las llamadas realizaciones personales son siempre esquivas y que lo mucho o menos que conseguimos son destellos de felicidad. Por eso la amargura es el derrotero que guía nuestros principales y muy torcidos pasos.

Esta es una falsa comedia. Lo es porque la comedia encubre el hastío, la desesperación y los fracasos de una vitalidad siempre inconclusa o defectuosa. Es también una película explícitamente auto biográfica en un desborde de sinceridad tremenda. Las referencias al matrimonio, el sexo, el amor, la familia y demás aspectos de una cotidianidad como Infierno se hacen presentes de una manera ágil, desmitificadora, cínica e inteligente.

Woody Allen aprendió a divertirse, y hacer pasta, desde los rollos sentimentales humanos, que es un sentido estricto, la esencia de ésta muy corta existencia que se nos otorga desde el destino o azar.
bucefalo
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7
15 de enero de 2023
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La guerra sino trae la muerte y destrucción también destruye el universo moral de las personas. La mayoría sucumbe a una desorientación en que el miedo es la principal emoción.

Un triángulo. Un refugio. La persecución judía. El colaboracionismo con el enemigo que ocupa. Un matrimonio no tan matrimonio.

Lo que en un principio parecía una trama truculenta entre un cornudo complaciente y una esposa estúpida y avara da un giro agradecido hacia las penumbras atormentadas de seres al borde del fin. Mientras la película avanza algunos mantienen el temple y coherencia. Otros se auto destruyen porque carecen de la catadura moral de las almas limpias.

La esposa, su personaje, va creciendo y es la verdadera heroína. Su sencillez esconde entereza de principios. Y si bien al inicio está poseída por una lealtad de ambigüedades hay un redescubrimiento que le permite ser fiel y auténtica consigo misma. El joyero judío está claro sobre sus prioridades y demuestra entereza ética en momentos de confusión dónde ceder siempre encontrará justificaciones. Algo que no sucede en su caso.

Todo lo contrario al pequeño mediocre poseído de una inutilidad que el medio social adverso termina de remarcas sus defectos y fallas de carácter.

Adiós, señor Haffmann es una buena película de las pequeñas costumbres de una vida pequeña lastimada por grandes tragedias históricas.
bucefalo
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3
16 de diciembre de 2022
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Hay películas que se deben evitar ver. Esta es una de ellas. Jacobo Penzo no es un mal director. Sólo que en ésta su última película se desdice así mismo. Hijos de la tierra es panfletaria, maniquea y acartonada desde que inicia y termina. Parece una película hecha por un principiante. Abundan los estereotipos y la película carece de naturalidad y hasta de guion. Todo es muy deficiente.

Además, su tesis, es desdeñable. El petróleo maldito no lo fue tal sino los políticos que no supieron darle un uso racional para apuntalar la modernidad de la sociedad venezolana. Los ranchos no son culpa del petróleo sino de la corrupción. El abandono del campo para ir a la ciudad fue un proceso desordenado y populista. Hoy, los venezolanos seguimos sin aprender de los errores del pasado y preferimos las excusas o trasladar las culpas a otros.

La explotación del petróleo en Venezuela fue una gran oportunidad histórica perdida. No hubo ni pericia política ni responsabilidad social. Esta película, de supuestas ideas progresistas, es todo lo contrario en su propuesta estéril y reaccionaria.
bucefalo
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