¿Puede ser el amor correspondido? Anhelo que por lo general se frustra dada las complejidades psicológicas de una programación humana errática y misteriosa. Sustituir los sentimientos por los dictados tecnológicos de la máquina es la no solución a éste muy angustioso problema.

Jessie Buckley, es la ternura pícara, la que de verdad sostiene ésta extraña película de atmosferas surrealistas.

Creo que éste es su principal logro. No hay mucho más.

Los europeos del este también son humanos! Vasil es "el otro" desde los peores estereotipos: la de los salvajes que emigran a la "civilización" para traer problemas. Cálida y muy humana película sobre la tolerancia cultural y la amistad sin cálculos de por medio. La disfrutamos.

Vasil es también el venezolano expatriado. El refugiado amable y bueno que busca segundas oportunidades y que enfrenta la hospitalidad o el rechazo de su nuevo país de acogida.

Hay películas malas que uno sabe que son malas apenas viendo sus primeros minutos.

Pero como se trataba de una adaptación de una novela muy querida por mí: "El Jugador" de Dostoievski me atreví a llegar hasta el final.

En primer lugar el protagonista, Pablo Rago es todo un desastre. Su personaje, que es el principal, aquí se nos presenta a un melancólico sin redención.

El abuelo es un fetiche que niega a su inspirador principal en el caso de la novela del ruso.

La historia no tiene ni pies ni cabeza.

Esta es una película que nos demuestra que hacer sine es algo serio y no una apuesta a la fealdad.

La vi por el director que tiene buenas películas. Todas muy comerciales aunque de buena factura. En ésta que comentamos "es lo mismo". Un entretenimiento impecable, limpio y efectivo. Incluso le lava la cara al recuerdo de Ricardo III que Shakespeare se encargó de maltratar.

Su principal limitación es que es casi exclusivamente para el público inglés. Y como es ya usual es propaganda de la Monarquía para justificarse así misma como la principal institución de la grandeza de Inglaterra.

Sally Hawkings se pone en el papel de la mujer anónima y cotidiana que puede también ser héroe y protagonista de gestas reservadas exclusivamente para los reyes y héroes.

El Rey Ricardo III más que un protagonista/fantasma es una momia inexpresiva y hasta absurda. Creímos por un momento que nos podría sorprender. En realidad está de más y lo vemos como un recurso efectista e innecesario.

USA quedó espiritualmente tocado luego del 11 de septiembre del 2001. La amenaza terrorista devino en un fantasma tenebroso y todos los aeropuertos se convirtieron en Campos de Concentración dónde todos los pasajeros fueron percibidos como potenciales hombres bombas.

Rendition es del 2007, ya son 16 años, y el terrorismo árabe en particular sigue desvelando las 24 horas del día a los servicios secretos de los occidentales. Y es tanto el miedo y la esquizofrenia que hay veces, muchas veces, que los inocentes y culpables se intercambian.

No importa si eres ciudadano estadounidense; no importa que niegues de lo que se te acusa; no importa que se violen las leyes internacionales; no importa la humanidad. Si eres extranjero y con nexos árabes eres un potencial sospechoso. Sobre ésta premisa se sostiene éste film.

Lo más relevante de ésta deficiente película es su denuncia acerca de la tortura denigrante que obliga al inocente en asumir una culpabilidad que no tiene para librarse del daño inclemente de sus verdugos.

Un desganado y circunspecto Jake Gyllenhaal le da vida a un agente de la CIA que tiene pensamientos encontrados entre el deber y las transgresiones que se cometen en nombre del mismo. Su acto de humanidad le salva y le condena a la vez porqué el sistema no entiende de esto.

La otra historia es la de la juventud perdida. La misma que vive atrapada en sociedades patriarcales y muy pobres bajo la danza capciosa de la religión. En vez de soñar, reír y creer son lanzados a una vida bajo la tiranía del rencor y los dolores del alma. Violencia que quema.