*Una historia irregular, en general amena

No sé si en algún momento llega a justificar su existencia, al final la trilogía cerraba bastante bien en cuanto al desarrollo de la trama. Digamos que era complicado hilar con lo que vimos anteriormente y darle continuidad a eso. Y lo hace medianamente bien. Sobre todo por su inicio.

Me ha fascinado e intrigado su arranque, no voy a decir mucho más sobre ello, pero creo que ha sido magnífico; una gran forma de empezar. No se hace aburrida en general, sin embargo tras ese inicio, la parte intermedia se me ha hecho algo pesada; el final sí que se anima y acaba en alto.

Aunque he de decir que la trama no me ha impresionado en exceso, peca un poco como las dos últimas entregas, la historia algo plana; para dar más cabida a la espectacularidad de su acción y efectos visuales.

Además, en ocasiones he tenido dificultades para entender partes de la película Matrix Resurrections, pero no tanto por la complejidad de lo que se estaba contando, si no cómo se hacía; nada tan enmarañado como para no entender el argumento, pero sí dificultarlo. Tampoco he conseguido entender del todo bien el comportamiento de algún personaje y sus decisiones. Por suerte, ambos problemas no se repitieron tanto como para dificultar seguir o disfrutar de la historia.

*La ambientación y acción de siempre

La acción no decepciona; coge lo mejor de la trilogía para actualizarla, dejar ciertas sorpresas y recuerdos. Volvemos a ver esas vertiginosas escenas de disparos incesantes, coreografías inverosímiles de contorsionismo, saltos imposibles, patadas, puñetazos, ralentización del tiempo y espacio... Ofreciendo adrenalina de la más alta calidad, a la que nos acostumbró la trilogía.

Desde el mismo arranque de la película Matrix Resurrections nos damos cuenta que estamos viendo una nuevo capítulo de Matrix, mantiene por completo la esencia visual de los espacios y caracterizaciones; ese vestuario tan icónico compuesto por cuero negro y sus gafas de sol. Además de contar con esos momentos de lluvia y lucha, luces de neón en plena oscuridad, las balas arrasando todo, etc.

Por el simple paso del tiempo y de las mejoras digitales; los efectos especiales para la acción, representación de personajes y situaciones se ven mejor que nunca. Una saga tan icónica por todo esto, no podía desaprovechar los avances para darnos una cinta impresionante en este sentido.

*Entre la nostalgia y la novedad

La película Matrix Resurrections no es un simple ejercicio de nostalgia para dar a los fans algo bonito y bien envuelto. Consigue hacer algo distinto y novedoso, sin por supuesto dejar de ser Matrix, y todo lo que significa la saga: filosofía existencialista, la dualidad entre realidad y ficción, el libre albedrío, acción impresionante e inverosímil y demás cosas.

Aunque sí tiene innumerables instantes para la nostalgia, ya sea mediante flashbacks o similitudes con la trama de las anteriores; también hace uso de líneas de diálogo parecidas o iguales y demás elementos que nos hicieran recordar lo ya vivido. Para así, hacer las delicias de los seguidores.

Me ha encantando el tratamiento del personaje de Trinity y las nuevas cotas a las que llega en este filme. Otra gran baza es el nuevo episodio de la relación entre ella y Neo, adquiere un nuevo significado. Forjan una conexión poderosa y más creíble que nunca.

Por desgracia, al nivel de la primera no llega ni de lejos, pero eso era una tarea casi imposible. Matrix es una de las grandes obras de ciencia ficción modernas. Es más, Reloaded y Revolutions, las dos siguientes a ésta, tampoco tienen un nivel ni parecido.

Esta se queda en un lugar intermedio, me convence un poco más que las dos antes mencionadas, sin embargo, la primera sigue siendo mi favorita con una más que amplia diferencia.

*Gran reencuentro y buenas incorporaciones

Los actores están todos magníficos. Los ya conocidos, es todo un gusto volver a verlos; los nuevos entran firmes, pero sin robar el protagonismo al elenco original.

Reeves está sensacional, un papel que encarna como suyo. El único inconveniente es que en muchas ocasiones creía que era más John Wick que el propio Neo, por su aspecto y muchas escenas de acción que protagoniza; pero cuando tenía líneas de diálogo, desaparecía esa sensación para reencontrarnos con el carismático personaje. Es un actor impresionante para las escenas de combate y coreografías, tampoco se queda atrás en la parte dramática.

La que más me ha gustado y sorprendido es Moss, una vez más como Trinity; ya que no ha tenido una carrera tan notoria como su compañero. Vuelve a un papel que se notaba que deseaba retomar, puede que incluso haya disfrutado más ella, que yo viéndola; y yo he estado realmente encantando. En la acción bien, pero más destacando su registro dramático.

El casting con las nuevas incorporaciones es notable. Por destacar algunos nombres: Patrick Harris lo clava y se luce más que cualquier otro de los nuevos; Abdul-Mateen II también se nota que disfruta y está genial; por último, Groff no está nada mal, aunque su reto era el más grande.

*Conclusión

Matrix Resurrections capta lo mejor de las anteriores entregas para adaptarlo a nuestros días, sobre todo sus imponentes escenas de acción, coreografías y efectos especiales. El argumento es imperfecto, pero más que disfrutable. Las actuaciones, tanto de los nuevos como de los veteranos son espléndidas; sobresaliendo Reeves y, sobre todo, Moss, tanto por su desempeño como por la evolución del personaje.

Dentro de la saga de Matrix, la primera entrega se mantiene como mi preferida con diferencia; pero esta me ha agradado ligeramente más que las otras dos secuelas.

Escrito por José Luis Arribas Gala

*Buen comienzo de fase

Una de las cosas que más he pensado viendo Ant-Man y la Avispa: Quantumanía es lo mucho que se parece a 'Doctor Strange 2 en el multiverso de la locura', uno de los productos mejor elaborados de la historia del Universo Cinematográfico Marvel y, sin querer meter el dedo en la llaga con el resto, de lejos la película más destacable de la fase anterior. Como digo, sin necesidad de dar nombres, está claro que la cuarta ha sido la más floja, salvo excepciones, un cúmulo de errores en los efectos especiales que han colmado la paciencia de millones de fans que no entendían muy bien el rumbo de la franquicia al ver el sinsentido de la sobrexplotación del producto al que se sumía.

Evidentemente, no soy adivino (ni tampoco fanboy) como para aventurar el futuro próximo del mastodóntico estudio, pero la tercera pieza de nuestro cuántico superhéroe ha sido una grata sorpresa para los sentidos. Por muchos motivos de peso está por encima incluso de la primera cinta, y por supuesto de la de 2018. Y algunos de sus argumentos son, desde luego, que Peyton Reed acierta enormemente cogiendo en peso un guion de Jeff Loveness que sí aporta mucho. ¿Es esto posible en Marvel Studios? Así es. La importancia de dicha escritura es tremenda en el resultado final, lo que hemos visto en pantalla durante aproximadamente dos horas.

Sin necesidad de llegar al punto de "locura" de la última dirección de Sam Raimi con 'Multiverse of Madness', en la que por fin se daba rienda suelta a lo que un niño pequeño pudiera llegar a imaginar, en Ant-Man y la Avispa: Quantumanía vuelven a cruzar esa línea creativa dando coherencia a lo que se está viendo. Siempre teniendo que aceptar las conveniencias habituales e incongruencias en la continuidad narrativa que con frecuencia van a apareciendo en favor de una propuesta de dimensiones antes imposibles de creer.

*Coherencia

En este sentido, prácticamente todo lo que aparece en pantalla es aprovechable (incluso la duración es igual a la última de Doctor Extraño), y lo que va sucediendo cobra el sentido suficiente como para continuar adelante. Y lo que es clave, sana las heridas generadas en la imagen de Marvel respecto a lo antes mencionado, que la edificación lógica y creativa de la empresa parecía tambalearse.

Esta nueva cinta de la 'Saga del Multiverso' recupera a tiempo una coherencia antes desgastada, también por las series de televisión. Los eventos principales que se desarrollan a lo largo del metraje concuerdan con lo ya visionado en películas pasadas, y voy más allá, evoluciona las tramas de manera notable para que nos encontremos a gusto y sin problemas viendo las más inmediatas. Y eso es un trabajo bien hecho por Kevin Feige en lo general y Loveness en lo concreto.

Lo que fue en 'Multiverso de la locura' con la inédita profundización en la fantasía y la magia, en esta ocasión nos sumergimos en un mundo cuántico que contempla única y exclusivamente la ciencia ficción como puente a la credibilidad. No lo voy a negar, me gusta enormemente que así lo hagan y retomen lo que fue la base principal del imaginario, que funcionó a la perfección como una incansable extensión de los elementos conocidos, antes de que decidieran adentrarse en esferas como la brujería, el ocultismo o la nigromancia.

*Grandes aciertos

La gran diana de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía haber conseguido presentar su loca historia con dos focos distintos y que tanto la frescura como la solidez no se vieran mermadas. He visto una destreza enorme para formular una ecuación infalible tratando con seriedad lo que ya conocemos de sobra del hombre hormiga, recuperando su esencia y dando continuidad natural a su discurso particular, a la vez que esto se reproduce como microcosmos de sello propio dando rienda suelta a esa amplitud desmesurada del multiverso y, más que nada y lo que nos ocupa, el mundo cuántico, que es una auténtica brillantez.

La última cinta del UCM es sobresaliente cuando se trata de unir elementos. Es un vaivén de emociones a través de imparables incidentes, uno tras otro, que llevan al espectador a no descansar apenas, salvo por esos espacios dados al diálogo explicativo. Los personajes principales pasan por muchas cosas excitantes y a veces inverosímiles (de difícil comprensión porque sabes que atendiendo a la lógica ciertos desenlaces no deberían existir). Hay cabida para el terror y la perturbación, la alegría y reconciliación, los puntos cómicos (algunos de ellos muy forzados, todo hay que decirlo) y la más absoluta emotividad por lo que uno está presenciando.

*Buenas interpretaciones

Asimismo, los intérpretes ayudan mucho a construir ese producto tan atractivo que termina siendo la nueva película sobre Scott Lang. Paul Rudd sigue con su tan particular sentido del humor que no hace daño a nadie y está más fresco que nunca, Evangeline Lily goza de suficientes momentos de inflexión como para dar empaque a su personaje, Michelle Pfeiffer es de lo más destacable, Michael Douglas es...Michael Douglas, Kathryn Newton sustituye a Emma Cate Fuhrmann para dar ese salto que pedía a gritos Cassie Lang como futura superheroína, y encima vemos a Bill Murray, que siempre es un gusto tremendo.

Pero el verdadero gancho, la mayor potencia y el resultado positivo de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía es sin lugar a dudas el papel de Jonathan Majors, que hace de Kang el conquistador uno de los mejores villanos de todo el Universo Cinematográfico de Marvel Studios, en el TOP junto a Thanos y Bruja Escarlata. El nuevo enemigo en 'Creed III' siempre cae de pie, y ahora esta realidad adquiere una dimensión superior. Ya no es ese pequeño personaje que apareció en 'Loki', sino una auténtica fuerza de la naturaleza en su actuación que dota a esta siniestra figura de un carisma endiablado y una motivación casi perfecta. Es el nuevo rey del multiverso, lo sabe y actúa en consecuencia.

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Escrito por Gabriel Sales Triguero

*La regla número uno

Algunas brujas dirían que la regla número uno es “no juegues con la magia”, que destaca sobre las demás. En Jóvenes y brujas, por su parte, destaca un reparto bastante sobresaliente que cuenta con Cailee Spaeny como Lily, Gideon Adlon como Frankie, Lovie Simone como Tabby y Zoey Luna como Lourdes (personaje trans protagonizado por una actriz trans, que siempre es una buena noticia).

También fuera del elenco principal cabe recalcar el papel de Nicholas Galitzine como Timmy y de Michelle Monaghan como Helen, la convincente madre de Lily. Por otra parte, David Duchovny parece un tanto descafeinado en su actuación como padrastro de la protagonista.

*Brujería, brujería, tan dentro del alma mía

La película se centra en un eje temático directamente relacionado con el filme en el que se basa Jóvenes y brujas: la adolescencia y los aquelarres. No resulta complicado ver desde un primer momento que la esencia de la cinta original ha sido plasmada y moldeada en torno a la situación social y cultural de una nueva generación.

No puedo afirmar que agrade a todos los gustos, puesto que siempre existirá ese grupo de personas que reniegan de una realidad que todas vivimos. Mas resulta gratificante poder ir viendo películas donde las mujeres, y no solo ellas, toman una conciencia y verbalizan unas problemáticas que hoy en día siguen siendo tan preocupantes. Sin embargo, Jóvenes y brujas deja pasar por alto muchos de estos temas y no indaga demasiado en ellos, cuando podrían haber sido propuestas bastante interesantes, como es el caso del transfeminismo y la bisexualidad.

La manera en que los tópicos están servidos es tan natural y tan verídica que he podido visualizar mentalmente conversaciones reales prácticamente calcadas a las ocurridas durante la película. Lo más probable es que quienes hablen de corrección política y toda esa pejiguera lleven mucho tiempo sin tratar con adolescentes.

Resultaría impensable realizar un reboot de una película sobre adolescentes para adolescentes donde no haya una actualización sobre los temas de interés de los mismos. Le pese a quien le pese, el feminismo es uno de los movimientos con más auge entre gente joven por razones obvias. Por tanto, es una idea muy acertada intentar acercarse a este público mostrando a unas mujeres mucho más concienciadas que en la película original.

*¿Caza de brujas o brujas de caza?

En relación directa con lo anteriormente expuesto, Jóvenes y brujas muestra una persecución cocinada a fuego lento que, desgraciadamente, se deja presentir demasiado pronto.

La película rápidamente varía entre una caza de brujas y un grupo de brujas de caza. Pero la realidad es que la batalla más dura de lidiar es la de el rancio machismo de unos contra el feminismo propio de la era de la Generación Z.

Del mismo modo que sucede con otros temas, lo que vendría siendo la caza de brujas dentro del filme se reduce a la presunción de un ser maligno que acecha a Lily y a un desenlace que ocurre con demasiada premura. Cuesta entender un final tan apresurado para una película que explora con tanta delicadeza otros temas.

*Conclusión

En definitiva, Jóvenes y brujas consigue de manera efectiva llevar al público actual una versión modernizada del clásico de culto en el que, aunque se echa en falta una dosis mayor de terror, se consigue crear una atmósfera a caballo entre el suspense, la fantasía y el drama. Las adolescentes del siglo XXI también merecen un aquelarre, y pese a que este acelera en demasía algunos temas y pasa otros por alto, resulta entretenido e incluso divertido.

Escrito por Ana Aliaga Díaz

*Acción a raudales

El agente invisible propone una historia de espías clásica, con traiciones, enemigos y aliados inesperados y una trama llena de secretos. Pero la película consigue camuflar un guion demasiado visto y con pocas sorpresas con unas escenas de acción trepidantes llevadas a cabo gracias a la experiencia de los hermanos Russo.

El protagonista, Seis (Ryan Gosling) es un criminal al que la CIA saca de prisión para participar en un programa secreto. Años después, alguien quiere deshacerse del programa Sierra del que Seis forma parte. La premisa, pues, sirve para que el espectador asista a escenas que demuestran que los Russo saben hacer bien su trabajo.

El agente invisible tiene, claramente, el sello de Joe y Anthony Russo. Los toques de humor funcionan perfectamente en todo momento y sirven como respiro a la acción non stop de la película.

*Carencias visibles

Los Russo construyen un guion lleno de acción con diálogos chispeantes pero que se respalda en las convenciones más básicas de las películas de espionaje. No por ello es una película vacía, pero sí que deja con la sensación de que a nivel de trama podría ser mejor.

Las escenas de acción son visualmente impactantes y los movimientos de cámara ayudan a ello. Pero hay algún punto en el que parece que el protagonista es invencible porque es el protagonista y la resolución de las escenas demuestra algún punto flaco de la escritura de guion.

*Destrucción masiva

Hay, además, algún personaje que sirve como deus ex machina a pesar de que se intentan explicar sus motivaciones. Precisamente ese intento de arco de personaje resulta artificial y poco creíble, más una necesidad de guion que otra cosa.

A pesar de ello, El agente invisible se disfruta de inicio a fin sin problema, con una química muy interesante entre todos los personajes, especialmente entre Seis (Ryan Gosling) y Lloyd Hansen (Chris Evans)

*Conclusión

El agente invisible resulta una propuesta interesante de Netflix. Acción a tutiplén, buenos actores y actrices, escenas bien resueltas visualmente y una trama que, sin aportar nada nuevo y a pesar de resultarnos conocida, funciona bien. Si quieres ver disparos y acción a raudales El agente invisible es, sin duda, tu película para este verano.

Escrito por Guillem Uceda i Oliver

*La fibra sensible forzada

Es complicado explicar lo que puede llegar a sentir un espectador con Rambo: Last Blood. La película de Adrian Grunberg vuelve a traer al icono de los 80 que consagró en el cine a Sylvester Stallone, con permiso de “Rocky”, como héroe de acción. El principal problema que tiene el guion es que se convierte en una consecución de escenas que apenas se sostienen a nivel narrativo. Una historia vaga, que quiere llevarse a la emoción y empatía, pero provocan lo contrario. No es una historia sólida y se percibe el desorden de ideas desde el primer momento. La primera parte parece sacada de una película de sobremesa de los domingos por la tarde, con un rollo “feel-good” que no encaja para nada en la saga de “Rambo” y la segunda parte, es lo que esperaban todos los fans pero metido a presión. Sin sentido.

Es, sin duda, una oportunidad perdida de traer de nuevo a la gran pantalla a esta leyenda del cine de acción. La trama sobre la mafia mexicana no ofrece nada nuevo y además, cae en el cliché típico que hace que parezca una parodia mal hecha. Luego, los golpes de efecto, el frenesí sentimental y las propias relaciones de Rambo con los otros personajes se pierden en el contenido. No hay un punto concreto, lo que hace que el público esté dubitativo ante lo que esta viendo. No se trata de buscar una profundidad extrema, pero está demostrado que las películas de acción, nombrando a la propia “Acorralado (Rambo)” de 1982 está a un nivel muy superior de este final de saga. Por último, la construcción de los personajes es plana y no hay una intención de ir más allá con ellos. Sangre por sangre, no hay más.

*México made in Spain

Es complicado analizar la capacidad interpretativa de Sylvester Stallone en Rambo: Last Blood, dado que sus cambios físicos han provocado que apenas se pueda diferenciar su gesticulación en pantalla. Sin embargo, al ser el principal protagonista de esta franquicia, por lo menos llama a la melancolía y al espectador no le incordia su actuación. Pero, tristemente, el resto del reparto exceptuando Adriana Barraza, es un sinsentido al nivel del largometraje. Tristemente, el reparto mayoritariamente español no tiene coherencia al interpretar a mexicanos. Paz Vega, que se vende como actriz principal, apenas aparece en alguna escena. Acento neutro, gestualidad plana al nivel de “Teresa, el cuerpo de Cristo” y no transmite nada al espectador. Es una pena que la sevillana no haya podido lucirse en esta producción internacional. La actriz española ha tenido mejor suerte en títulos como “Spanglish” o incluso, la fallida “Grace de Mónaco”.

Una de las grandes desilusiones de la cinta es la participación de Óscar Jaenada. El catalán, que se ha hecho un nombre fuera de fronteras españolas, no consigue un buen resultado en esta película. No encuentra su estilo, se ve muy forzado interpretativamente: gestos artificiales, movimientos que no se consolidan y luego, el acento es tan impostado, que provoca las risas del espectador. Nada que ver con su gran labor en otros trabajos como “Luis Miguel. La serie”. Y por último, el madrileño Sergio Peris-Mencheta como capó de la mafia mexicana no termina de convencer, pero defiende su papel. El fruto de su trabajo no tiene un nivel tan criticable, pero le falta dinamismo. Sí es cierto que consigue convencer más como mexicano, pero no se explica la necesidad de convertir a tres españoles en americanos. ¿Acaso no hay buenos actores mexicanos? Sí y muchos.

*Espectáculo sangriento

¿Qué se puede esperar de un blockbuster como Rambo:Last Blood? Pues una eficiencia técnica buena, aunque artísticamente no aporte demasiado. No se puede negar que la realización de los acontecimientos de la última parte de la película tienen buen ritmo, cierto dinamismo y si lo sacásemos del contexto del film, sería una buena muestra de montaje en el género de acción. Sin embargo, pese a que cumple las expectativas de los seguidores de la saga y es indudable que es un espectáculo de adrenalina, no hay mucho más. Los escenarios se vuelven repetitivos y se extraña que haya una naturaleza más salvaje. Hay una simplicidad muy notoria que no le favorece, demasiado minimalista para este tipo de cine de atracción.

La iluminación es uno de los puntos más fuertes de la película, junto con la dirección artística. No se puede negar que en conjunto, crea un escenario bastante atractivo. En las escenas más escabrosas, la manera de fijar la luz y utilizar los colores evoca a ese universo de los bajos fondos. Hay una buena coreografía con los extras, aunque claramente, se ven desaprovechados en pantalla. La inversión utilizada para este tipo de filmes se ve desaprovechado porque ni siquiera cumple con su facultad de entretener. Parece una mala obra hacia el espectador, algo que puede pasarle factura, ya que el desconcierto provoca la decepción del público. No se habla de expectativas, pero sí es cierto que no se percibe el esfuerzo que hay detrás de esta producción. Es un claro ejemplo de la falta de originalidad que está sufriendo el cine en la actualidad. ¿Dónde queda la calidad?

*Conclusión

Rambo: Last Blood no consigue cerrar la saga de una forma positiva. Un guion inconsistente, no permite al espectador entrar en la historia, hay un gran desorden de ideas… En resumen, no hay una coherencia narrativa y hace aguas según avanza el metraje. No se mantiene por sí misma ni mucho menos. Interpretativamente ofrece un nivel bajo, en el que se desperdician artistas que podrían haber dado más de sí. Una insensatez no coger actores mexicanos para interpretar a mexicanos e insistir en obligar a españoles a hacerlos. Resulta muy mejorable. Por último, el esfuerzo técnico no brilla por los grandes errores que tiene la película, por lo que pasa sin pena ni gloria. Un nuevo episodio del héroe de acción cinematográfico que podría haberse omitido. Una pena.

Escrito por Diego Da Costa