Entiendo su batacazo, esta película en los 80 hubiese vendido muy bien en los videoclubs. El problema está que se han gastado 100 millones de dolares y necesita vender como un Iron Man para triunfar y este tipo de películas no debería de jugar en esa categoría.

La película no es tan mala, va en salto de acción en acción y cuando no hay peleas la historia enseña sus vergüenzas. Un Conan poco bárbaro y un dinero gastado que no se ve en ningún lado.

No hay que pedirle demasiado... bueno si se gastan 100 millones, sí.

Es un caramelo muy bien envuelto. Desde lejos su sabor parece que va a ser delicioso. Buenas interpretaciones, una historia interesante, una puesta en escena elegante, la ambientación genial, la música preciosa... Pero al saborearlo las buenas sensaciones iniciales se desvanecen y queda un caramelo desaprovechado, sin esas grandes sensaciones que prometía. Un caramelo insípido que a pesar de darle muchas vueltas por la boca para buscarle ese gran sabor al final se queda en indiferente.

La secuela justo empieza donde termino “La maldición de Frankenstein”. Supongo queriendo aprovechar el tirón de éxito que tuvo esta primera parte se pusieron manos a la obra. Y el principal problema que se ve en la película es el guion poco trabajado, todo parece indicar que se hizo deprisa y corriendo basándose en una idea interesante. Y solo hay que ir al principio del film. No saben como hacer la fuga y lo dejan en fuera de campo, para eso mejor empezar escapado ya.

Otro de los puntos débiles es el Barón Frankenstein si en la primera consiguen darle una mayor profundidad al personaje en esta queda bastante plano, los guionistas se centran más en otro personaje e ahí el punto fuerte; el monstruo. Aquí hacen todo lo contrario con la primera. Si en la otra la creación era algo verdaderamente desagradable con sus cicatrices, mutilaciones y deficiencias mentales, en esta nueva aventura la criatura es casi perfecta. Los experimentos dan sus frutos.

A pesar de sus altibajos en el guion la historia es entretenida y tiene sus pinceladas grotescas (el hospital de ayuda a los pobres no es mas que el almacén de órganos de nuestro querido Doctor). Con un desconocido actor Michael Gwynn, haciendo un gran papel. Y un giro final de lo más divertido. En definitiva, una digna secuela que deja un buen sabor en los labios, deseando saber como terminara nuestro querido Barón Frankenstein en los próximos experimentos.

Los ingleses andan de pique con los franceses de a ver quien es el que mejor cine de terror hace hoy en día. Para mi gusto son los franceses quienes están ganando por goleada y la muestra esta en The children.

Quien vaya entrar a verla, sabrá lo que espera. No hay sitio para la sorpresas. Con un argumento mas que interesante, no solo porque los niños sean los asesinos. Va más allá, son los hijos los que hacen peligrar la vida de los padres. Mucho mas aterrador. Tener que sobrevivir ante el hostigamiento de renacuajos de tu propia sangre. Sabido el planteamiento, lo que toca es sufrir. ¿Lo consigue?

En mi caso no. Como muy bien explica LennyNero en su crítica en filmaffinity, el director se queda a medio camino. La violencia ni siquiera está fuera de campo sino desaparece y vemos solamente las consecuencias. En una historia que pide a gritos ver esa locura. ¿Puede ser por cuestiones legales que los niños no realizasen escenas violentas? Es la pregunta que se me ocurre porque las pincelas violentas que hay son sin niños en el plano. Quiere evitar a toda costa que aparezcan. Algunas escenas terminan siendo confusas al estar montadas en paralelo, con plano cortos. En resumen, queda bastante torpe por intentar evitarlo y no ser valiente.

Podía a ver si una mejor película. Al final se queda en un film light. Tranquilamente se podría ver con el hijo sin temor a que este se le cambiase el carácter y saltase encima de uno con un cuchillo.

Es mala pero divertida al mismo tiempo. Henenlotter lo sabe y nos regaló una de sus gamberradas. No falta el submundo neoyorquino, las drogas, las ideas alocadas que en otras de sus películas las ha reflejado. Guiños a Basket Case y a Brain Damage sus gamberradas mas reconocidas. Grandes promesas de la interpretación que todas se quedaron en portadas de PlayBoy.

Una pequeña joya que se recomienda verla bajo los efectos de drogas, alcohol y de una buena cuadrilla de colegas.