La escritora, Edna Ferber (1885-1968), a quien muchos recuerdan por su novelas, “So Big”, “Cimarron”, “Giant”, y otras, fue una viajera infatigable, y era capaz de tomar un vuelo para ir a “echarle un vistazo” a un lugar cualquiera que le llamara la atención en la televisión, en una revista o simplemente porque alguien le habló muy bien de él… y si ocurría que dicho lugar la cautivaba, se obsesionaba por querer saberlo todo sobre su historia, sus características, sus riquezas naturales y su cultura.

Algo así, fue lo que le ocurrió a la señora Ferber, cuando al fin supo algo de Alaska. Al exgobernador de aquel territorio, Alfred Gruening, le escribió en octubre de 1954; éste la remitió a un asistente quien le recomendó algunos lugares que debía conocer y, en época de invierno, el 15 de noviembre ya estaba en Fairbanks. Mientras observaba una mañana a las mujeres que cruzaban por la calle, en su agenda de notas la escritora escribió: “En todas partes hay mujeres lindas que lucen muy bien embarazadas”. Después, hizo otros viajes a Alaska para conocerlo cada vez mejor… y así se gestó su novela, “Ice Palace” (El Palacio de Hielo), que se publicó en 1958 y que comienza con esta frase: “Una de cada tres mujeres con las que te cruzabas en Gold Street en Baranof, era joven, bonita y embarazada”…

Para el personaje de, Zeb Kennedy, la escritora se inspiró en Austin E. Lathrop, un poderoso empresario de pesca y posterior político, quien fuera el mayor opositor a que Alaska se convirtiera en Estado, ya que temía que las regulaciones implicaran, para sus empresas, fuertes gravámenes y mayores controles. Curiosamente, tres meses después de que, Edna Ferber, publicara su novela, el congreso estadounidense aprobó la ley que convertía a Alaska en el Estado 49 de la Unión… y se afirma que la novela tuvo mucho que ver en ésta decisión.

Por otra parte, el personaje de Bridie Ballantyne, se basó en, Eva McGown, a quien se conocía como “la anfitriona de Fairbanks”, por su decidido apoyo a todos aquellos que llegaban a la ciudad, fuesen estudiantes, trabajadores o simples visitantes. La revista, Reader’s Digest, le dedicó un artículo por su valiosa labor.

Adaptada la novela a guion cinematográfico por Harry Kleiner, la dirección se puso a cargo de Vincent Sherman; y un calificado reparto que incluye a: Richard Burton como Zeb; Carolyn Jones en el valioso rol de Bridie; Martha Hyer representando a Dorothy; Robert Ryan como Thor Storm, el capitán del barco pesquero… y Diane McBain, como la nieta Christine, nos ofrece un atractivo drama con buenas dosis de romances truncados, ambiciones desmesuradas, amistades puestas a prueba, juegos políticos… y otras actitudes y respuestas humanas que mantendrán nuestro interés con eficientes diálogos y situaciones que ponen a prueba los valores humanos.

Rodada, en parte, en el glaciar Mendenhall, en la isla Mitkof y en la ciudad de Fairbanks, Alaska, <<IMPERIO DE TITANES>> (un título con aroma a cuento mitológico que alienta falsas expectativas), nos asegura una imponente y gélida ambientación que, de manera efectiva, se complementa con la frialdad que, por momentos, envuelve los corazones de aquellos que luchan por poseer… mientras otros se esfuerzan esencialmente por Ser.

A New Orleans, Louisiana, acaba de regresar, Clio Dulaine, una joven hermosa y carismática, hasta el punto que asombra a hombres y mujeres por dondequiera que pisa. Sin embargo, la joven es de un fuerte carácter y trae inmensos ánimos de venganza contra la familia de su padre que, tiempo atrás, le hizo la vida imposible a su querida madre. Clio tiene también dos grandes anhelos personales: Hacerse rica casándose con un hombre de la élite y convertirse en una mujer respetable, para lo cual se dispone a hacerse pasar por una condesa aunque tenga que sostener unas gruesas mentiras.

Así comienza este romántico drama, en el que no faltarán los toques de comedia y los conflictos sociales, mediante los cuales se alienta una franca y necesaria crítica a la hipocresía de la sociedad y a los retorcidos manejos de los potentados, al tiempo que se dejará al desnudo el origen de ciertos títulos de “nobleza”.

La película parte de la novela, “Saratoga Trunk”, que la periodista y escritora, Edna Ferber (1885-1968), publicara en 1941. Ganadora, en 1924, del premio Pulitzer por su obra, “So Big”, la señorita Ferber (nunca se casó ni tuvo hijos), con su labor como periodista tuvo incontadas ocasiones de profundizar en las clases altas de su sociedad… y de aquí la precisión con la que siempre incorpora en sus novelas a personajes de este tipo a los que expone con fino humor o con una sátira bastante punzante.

Ingrid Bergman, tiene aquí otro inolvidable personaje, recreando, con Clio, a una de esas féminas, muy del estilo de la Ferber, que, además de tener un fuerte carácter es, en cierta forma voluble, lo que la lleva a equivocarse, pero, sin dejar de estar siempre dispuesta a enmendar sus peores errores. Dos hombres: Bartholomew Van Steed (John Warburton), empresario sin demasiados escrúpulos –propietario de la troncal Saratoga del ferrocarril-; y el segundo, Clint Maroon (Gary Cooper), un texano de ancho sombrero blanco que vive del juego y del azar del destino, y quien, acaso por ésto mismo, luce dispuesto a dejarla ser, aunque en ese, ser, quizás termine casándose con otro hombre.

Con guion del calificado, Casey Robinson, el director Sam Wood, consigue con, <<LA EXÓTICA>>, una película con apreciable acabado: lujosamente ambientada; elegante vestuario y una efectiva banda sonora de Max Steiner; y teniendo, además, a unos actores de reparto bastante definidos: Flora Robson, la ‘medio bruja’ Angelique; y Jerry Austin, el enano Cupidon (ya veremos porqué éstos nombres), son encantadores. Florence Bates, como la mete-puntada, Sophie Bellop, es de un histrionismo inmejorable; y el restante grupo actoral consolida un filme que nos deja bastante complacidos.

Estuve a punto de objetar que, con semejante ambiente de clase alta, la película no se hubiese hecho en technicolor… pero de pronto comprendí que, es tan sombrío lo que se desprende de aquella grotesca sociedad, que ponerle color no venía al caso.

Pensada inicialmente para que la protagonizaran, Olivia de Havilland y Errol Flynn, hecho que no se logró por desavenencias entre ellos, <<LA EXÓTICA>>, le mereció a Flora Robson, una nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto; y aunque fue rodada en 1943, fue otra de aquellas películas cuyo estreno se postergó hasta 1945, a la espera de un mejor ambiente para su categoría.

Hacia el año 1845, cerca de 30 tribus estaban asentadas en los territorios de Kansas, y dada la fertilidad de la región, comenzaron a llegar también grandes grupos de blancos provenientes del norte, los cuales se propusieron acabar con el trabajo esclavo. En 1854, Kansas se convirtió en territorio estadounidense mediante la Ley Kansas-Nebraska, y al ser mayoría los abolicionistas que allí habitaban, se inició un conflicto con Missouri donde la esclavitud seguía siendo permitida. Llegado el año 1862, con un origen hasta hoy no esclarecido, surgen unas milicias antiesclavistas que se hicieron conocer cómo, los Jayhawkers (término que podría provenir del pájaro, Jay>Azulejo o Chara azul, cuyo plumaje parcialmente azul, podría asociarse con el traje del ejército de la Unión; y Hawkers>Halconeros, podría aludir a que el halcón es un ave de caza… y ellos cazaban a los esclavistas).

Al llegar a superar el centenar de hombres, los Jayhawkers, decidieron usar una suerte de polainas largas, hechas de hilo rojo, que les servían para proteger las piernas y, sobre todo, como distintivo. Por esta razón, también se les llamaba, los Redlegs. Para repelerlos, surgieron entonces en Missouri, los Bushwackers… y fue entonces cuando se dio el enfrentamiento conocido como, Bleeding Kansas, el cual sirvió de preludio a la Guerra Civil Estadounidense que estallaría, el 12 de abril de 1861.

Entre los líderes de los Jayhawkers, se conoció a James Henry Lane, James Montgomery y Doc Jennison, pero, los desmanes (saqueos, incendios, asaltos, asesinatos…) cometidos tanto por ellos, como por los Bushwackers, llevaron a que la gente de a pie llegara a temerlos a unos y a otros. Sin embargo, cuando arranca la Guerra Civil, los abolicionistas sinceros se enlistaron en el ejército de la Unión… y como era de esperarse, los Bushwackers se sumaron a los proesclavistas Confederados.

El guion escrito por, Joseph Petracca, Frank Fenton, A.I. Bezzerides y el también director, Melvin Frank, nos presenta a un personaje ficticio, Luke Darcy, que, inconforme con las políticas de Estado, decide servirse de los Jayhawkers para promover la independencia de Kansas… hecho bastante absurdo, pues, le implicaría como mínimo tomarse también a Oklahoma y a Texas, para no quedar rodeado por los demás Estados Unidos.

Darcy, es un hombre sensible y de buenos propósitos; quiere de corazón servirle a la gente ofreciéndole una mejor calidad de vida, libre además de esclavitud… pero sus propósitos separatistas y sus métodos non sanctos, llevan a que el gobierno quiera eliminarlo, y el ejército contratará entonces a, Cam Bleeker, otro hombre que tendrá una buena razón para querer matarlo.

Con una preciosa fotografía, una convincente ambientación, una atractiva banda sonora… y calificadas actuaciones de, Jeff Chandler, Nicole Maurey y Fess Parker, la trama de este filme nos pone en la difícil disyuntiva de ¿dónde está el bien y dónde está el mal?, y con hechos contundentes, nos irá mostrando matices de los personajes que harán bien difícil esta definición.

Quedan también preguntas que abrirían un buen debate: ¿Se es malo por pretender la independencia de un estado, en vista de que, el país no respeta los derechos de las minorías? ¿Es razonable saquear, incendiar y asesinar para poder forzar un cambio? ¿Puede ser señalado de asesino el hombre que ha abandonado a una mujer, porque ésta enferma luego, y muere? ¿Es justo colgar públicamente a un hombre para que sirva de burla y escarnio a los habitantes de un pueblo?

En lo que a mí respecta, a <<LOS REBELDES DE KANSAS>>, la considero una valiosa película que motiva importantes reflexiones.

Título para Latinoamérica: CUANDO MUEREN LOS MALVADOS

El Libertarismo (del francés: libertaire), es una filosofía política que defiende la libertad como principio esencial de la existencia humana. Sin libertad no hay paz, ni integridad, ni plenitud, ni felicidad. Por ésta razón, la intromisión del estado en las libertades individuales debe ser muy concreta y estrictamente basada en censurar o disuadir de aquel libertinaje que se mal entiende como libertad. Pero, debe haber libertad de cultos, libre asociación, libertad de expresión y de elección; libertad de movimiento y libertad sobre el propio cuerpo. Debe haber libertad de ir o no a la guerra, y libertad de amar a otra persona sea o no del mismo sexo…

Se afirma que, el primero en usar el término, libertario, fue el escritor e historiador inglés, William Belsham, quien, en 1789, lo utilizó al escribir sobre metafísica. Posteriormente, el término se usó para definir a un abogado o defensor de la libertad. En su esencia originaria, el Libertarismo está basado en ideas liberales y se originó como una política de izquierda contra los gobiernos opresores. En los Estados Unidos de Norteamérica, se convirtió en un renacimiento del liberalismo clásico adoptando el progresismo y el llamado New Deal… y estaría asociado, más recientemente, con el no intervencionismo, la no agresión y el antirracismo.

Entre los partidarios del Libertarismo se encuentran: Herbert Spencer, Max Stirner, Kevin Carson, Karl Hess, Hillel Steiner, y un largo etcétera; y también podemos incluir al escritor estadounidense, Frank H. Spearman (1859-1937), un autor febrilmente aficionado a las historias de ferrocarriles, dispuesto siempre a contar cualquier historia que él mismo vivía o de la que se enteraba… o también cualquier cuento que se le ocurría.

Ésto lo comparto plenamente con él porque, para mi gusto y en lo relativo al cine, hay tres cosas que lucen siempre fascinantes: Un caballo pura sangre, un par de tetas bien formadas, y un tren en marcha. ¡Cómo pues, no querer ver, <<SMITH EL SILENCIOSO>>, si el guion de, Frank Butler y Karl Kamb, está basado en la novela, “Whispering Smith”, que, en 1906, publicara Spearman.

El personaje, se inspiró en dos detectives de la, Union Pacific Railroad Company: Timothy Keliher y Joe Lefors, pero, al elegir su nombre, el escritor optó por el de otro policía llamado, James ‘Whispering’ (Susurrante) Smith. Lo de susurrante -no silencioso-, aplica en la novela y en la película porque, un hombre enamorado suele susurrar a la mujer que ama... y más si la ama en secreto.

Fue tal el éxito de ésta novela, que ha sido adaptada al cine en ocho ocasiones (cuatro de ellas en el cine silente); tuvo una serie de televisión (1961) protagonizada por Audie Murphy; y la versión que nos ocupa ahora, de 1948, puesta en manos del director, Leslie Fenton, goza de una calificada producción (fotografía en magníficas tonalidades y muy efectiva; una precisa banda sonora; impecable vestuario y ambientación)… y aunque en la definición del triángulo amoroso, los guionistas “se inspiraron” sin pudor alguno en, “Union Pacific” (Cecil B. De Mille, 1939), a tal punto que, Fenton, decidió incluir de nuevo a, Robert Preston, como el antagonista de turno, lo cierto es que la película se desarrolla con un marcado magnetismo al que, Alan Ladd, refuerza con su gran carisma y la admirable personalidad del héroe al que representa.

La película nos habla con suma firmeza acerca de la lealtad (Smith > Murray, Marian > Murray, Bill > Smith). Hace también clara referencia al ejercicio de la justicia con pleno entendimiento; y también alude a las comunes consecuencias de las ambiciones irracionales… pero, queda decir que falla al dejar sin resolución algunos hechos (la presencia del ovejero, el destino de Du Sang, y aún el de Marian…), pero aun así, vale la pena haber visto una historia donde los trenes siguen adelante, ¡siempre adelante!

Título para Latinoamérica: EL SILENCIOSO

Creo, sin dudarlo, que 14 años de espera para poder ver la secuela de, “Los Increíbles”, han sido bien compensados con una nueva aventura que es entretenimiento al 100%; sirviéndose de una tecnología donde los progresos se notan a primera vista; un marcado ingenio para crear -o retomar- viejos poderes de antiguos superhéroes notablemente mejorados; con un ritmo en la edición que la pone a la altura de las mejores películas de este género… y con una historia que, aunque mantiene claras semejanzas con la primera, logra valiosos giros con muy buenos elementos sorpresa e incorporando a una serie de personajes bastante simpáticos… siendo indudablemente el bebé, Jack-Jack, quien ésta vez se lleva las palmas.

Para empezar, será ahora, Helen Parr-Elasticgirl, quien tendrá la voz cantante al ser contratada por, Winston Deavor (el nuevo presidente de Devtech, una empresa de comunicaciones heredada de su padre) para tratar de restituir el derecho que el gobierno les ha arrebatado a los Súper al declararlos ilegales y, de paso, desenmascarar a un misterioso personaje que se autodenomina, Screenlaver (Raptapantallas) quien está interfiriendo e hipnotizando a los presentadores para dar sus personales mensajes anti-superhéroes.

Deavor, tiene una hermana, Evelyn, quien actúa un poco en la sombra como su brazo derecho y es una experta en tecnología con la que le echará una mano a Elasticgirl, cuando a bien lo necesite…. y andará siempre presta, la restante familia Parr (Violet, Dash y el ahora poderoso, Jack-Jack), y un grupo de menores Súper también estará deseoso de entrar en acción para conseguir ser reivindicados… sin faltar, por supuesto, la inmensa ayuda que siempre presta el poderoso generador de hielo, Frozone.

La larga espera del director, Brad Bird, queriendo escribir una historia que no solo trascendiera la primera película que él mismo dirigió, sino que se desligara en cierta forma de la serie de superhéroes que abundaron por esos años, dio sus valiosos frutos, pues, la acogida que tuvo entre el público fue sorprendente, permitiendo que, en tan solo 46 días, se lograra un recaudo en taquilla de ¡mil millones de dólares!, cifra que solo han alcanzado, en mayor tiempo: Toy Story 3 (2010), Frozen (2013), Minions (2015), Zootopia (2016), Finding Dory (2016) y Despicable me 3 (2017). Al final, el recaudo mundial alcanzaría la exorbitante suma de: 1.243 millones de dólares.

De hecho, la segunda secuela (o parte 3) ya está cantada, siendo probable que se estrene en el 2025… ¡y creo que mucha gente -niños y adultos- estará ansiosa por verla. Comparto plenamente el alegato que ha hecho, Bird, acerca de que es necio clasificar a las películas animadas como “aptas para niños”, cuando por sus características intrínsecas (humor -a veces muy fino-, referencias cinematográficas, mensajes psicológicos, crítica social, acción muy adulta, romance… e incluso su avanzada técnica, atraen por igual a chicos y grandes. Así que, ese estigma de, “apta para niños”, debería convertirse en, “apta para todos”.

El ejemplo es claro en, <<LOS INCREÍBLES 2>>: El encomio que se hace de la unidad familiar; el alegato que incluye contra la represión de aquellos que quieren hacer justicia calificada y digna ante la comprobada incompetencia -o limitaciones- de las autoridades; y el cuestionamiento contra la manipulación y coerción de los medios de comunicación, no es asunto de niños precisamente; e incluso, las referencias a series televisivas como, “The Outer Limits” (1963) y “Jonny Quest” que data de 1964; a personajes como Henry Selick o Edith Head… o al huevo de pascua A113, son cosas que, solo los mayores, pueden llegar a captar.

En lo personal y estando ya pasadito en años, con ésta película la he pasado de lo lindo.