Positivo:
1. Espectacularidad de difícil realización que consigue sumergir al espectador en el cosmos del filme.
2. Buena recreación de la sensación de gravedad y de encontrarse perdido en el espacio.
3. Buen uso del 3D, el cual puede provocar hasta mareo, el mismo que sufren sus protagonistas.
4. Al salir del cine, te das cuenta que has estado sumergido en un mundo que no conocías de esa forma.
5. George Clooney es capaz de llenar la pantalla y equilibra el carácter frío de Sandra Bullock.
6. Buen final que da razón al título de la película.

Negativo:
1. Guión muy básico y con poca historia. Un objetivo marca el desenlace y hasta el final, éste no evoluciona.
2. No llega a traspasar las emociones que no sean estrictamente físicas y lleva al espectador a que no empatice con la actriz principal. No llega al corazón y todo el esfuerzo de realización es insuficiente para cumplir las expectativas formadas en el público.
3. El guión está supeditado a la espectacularidad. Se busca el entretenimiento y las reacciones del público, como si se tratara de una película en 3D en el Imax pero con unas imágenes muy realistas y creíbles.

Django desencadenado intenta ser una mezcla entre el suspense de Malditos Bastardos, la sangre de Kill Bill y los diálogos banales e impresionantes de Pulp Fiction, pero se queda ahí en una mezcla que no acaba de destacar en nada. Tarantino recicla y renueva sensaciones cinematográficas del pasado, sin hacer uso de la réplica, mediante la composición de una orquestra musical y de escenas, que nos muestra a través de una estructura lineal clásica, el recorrido de un héroe. Un héroe que recupera la sencillez de los antiguos mitos, los cuales solo sienten venganza y tienen un objetivo.

Tarantino demuestra con Django desencadenado que no busca retratar la historia de la esclavitud, sino lo que se construye a partir de ella de una forma imaginaria a través de su propio método impactante de filmar, sin buscar la visión documental, ni la visión realista en la ficción. Tarantino encuentra en el spaghetti-western una forma de transgredir el tradicionalismo que ha marcado Hollywood y burlarse de su propio país, como así lo demuestra el excelente gag del asalto al carromato de los protagonistas por parte de los encapuchados con ropas del Ku Klux Klan, en el que ninguno de ellos ve a través de la máscara. Una comicidad, que en la versión doblada al español, nos recuerda a los sketches del actor cómico televisivo José Mota y que, por consecuente, hace reír al espectador. Sin embargo, esta nueva mirada más analista y menos narrativa del director produce que éste caiga en la convencionalidad al usar unos prototipos que no son propios de él.

La muerte de Sally Menke, la montadora de sus películas, se hace notar en la agilidad de los cambios de planos en el film, sobretodo en la extensa cena con Di Caprio, que acaba convirtiéndose en una pesada lucha dialéctica entre Calvin J.Candie (Di Caprio) y Schultz (Waltz) a la espera de que, de una vez por todas, Django deseé actuar. Así pues, hasta la llegada de esta escena, la película aguanta el tipo mientras sale en pantalla Christoph Waltz, que vuelve a deleitar su gran poderío de interpretación y expresión verbal. Después el film se diluye y Tarantino fuerza minutos que pesan en la última parte del metraje, un tramo donde tan sólo se salva por otra gran actuación: la de Samuel L. Jackson, que borda los papeles de alcahuete y de malévolo que tanto le gustan a su director. No obstante, si hay que destacar algo verdaderamente malo de la película, es la actuación de Kerry Washington, que interpreta de una forma muy teatral y poco creíble a la mujer de Django.

En definitiva, Django desencadenado es un film menos inspirado y sorprendente que los anteriores de Tarantino, pero cargado de guiños -sobretodo al antiguo Django de Corbucci, como es la recuperación del zoom- e innovaciones, como es la importancia de la palabra en los western o un protagonista y héroe de color. El problema de este film recae, no en el derrame de sangre, sino en como explica la historia. Una narración que intenta y que consigue, aunque pocas veces, momentos de tensión, pero siempre muy lejos de su anterior película Malditos Bastardos. Django desencadenado se queda en la superficialidad y no consigue que el espectador contacte con los protagonistas. Me quedo con la explosión final de Malditos Bastardos. La de la casa de Calvin J.Candie me sabe a poco. A Tarantino se le pide más.

Apunte: gran trabajo de Robert Richardson como director de fotografía.

Tras un guión incomible y dilatado, Edward y Bella por fin se casan. Pobre Jacob. La más rentable de las entregas de la franquicia basada en las novelas de Stephenie Meyer, sigue en debacle. Bill Condon, director de la película, parece que ya se ha dado cuenta de que poco importa el resultado, ya que lo que más satisface es el deseo de sus seguidores.


Todo el film se sustenta a partir del momento, en que, Bella queda encinta por su falta de precauciones con Edward. Ahora es posible que los vampiros y los humanos puedan tener hijos. Un tostón carente de tensión emocional, con una fotografía repetitiva, y una banda sonora a base de hits. Por si fuera poco, el elenco actoral no se queda corto. Kristen Stewart, permanece todo el film con la misma cara, Robert Pattinson pierde su carisma y Taylor Lautner, que ya puede aprender con Gus Van Sant, simplemente aparece para mostrar músculo. Finalmente, el guión no se sustenta y se inventa "con pinzas" una forma de satisfacer a todos. Dejémonos de ñoñadas y saquémosle partido a la última entrega, que seguramente, verán millones y millones de personas. Quizá los fans no piensen lo mismo. Yo me quedo con los lobos.

Mátalos Suavemente es una película de antihéroes, de secundarios y que carece de protagonistas. Un thriller que transcurre en el extrarradio de cualquier ciudad de Estados Unidos donde la lluvia predomina en un paisaje desolado. Un horizonte poblado por unos tipos que deambulan por la pantalla sin moral y sin valores, con un solo objetivo: sacar beneficio a todo precio.

Su director Andrew Dominik, usa el personaje de Brad Pitt como metáfora: un mercenario que prefiere matar de lejos para que no le salpique la sangre de sus víctimas. Y es que esta película juega dos bazas: el entramado mafioso y una fuerte carga política. Parte de esta última se encuentra en su banda sonora, la cual alterna entrecortadamente ruidos y voces de George Bush (hijo) y Barack Obama, creando una atmósfera como símbolo del país desintegrado que han causado los políticos y los sistemas financieros.

Aunque no lo parezca, Mátalos Suavemente también es una comedia. Básicamente como resultado de sus diálogos mordaces y heridos en secuencias casi monologadas. Para ello, Dominik ha confeccionado el guión basándose en un libro de uno de los mejores escritores de novela negra: George V. Higgins. Un autor al que le gusta el parloteo entre sus personajes y que consigue a modo documental, dar voz a esos individuos de América que normalmente no la tienen. Por ello, Andrew Dominik no busca que el espectador sienta apego por los actores, sino que te los enseña desnudos tal y como son.

Si bien las ráfagas de acción salvaje o asesinatos en slow motion no aportan gran cosa a la película, sí lo hacen las virtuosas actuaciones de James Gandolfini y Scoot McNairy que a través de sus gestos muestran unos personajes perfectamente definidos. Efecto que produce que sientas por ellos asco y pena al mismo tiempo.

Así pues, nos encontramos ante un film que no tiene subtexto, todo lo que nos muestra se encuentra en su vertiginosa superficie. Sin embargo, esta película que nos podría recordar al más puro estilo de Tarantino, se queda ahí en la enquistada superficie y no consigue herirnos a nosotros también.

'El profesor' (Detachment) es una película que puede verse como una repetición de otros filmes -como por ejemplo 'La clase', pero con menos profundidad en el tema educativo-; o quizá, como una película que va más allá de éstas y que aporta otra dimensión más ambiciosa como es la felicidad y la comprensión del comportamiento humano adulto - véase en la inclusión del cuidado del abuelo o en el sentimiento depresivo y altruista del protagonista-. Sea cual sea la percepción del largometraje, la película del director Tony Kaye es sólida, con algunas escenas increíbles y que golpea y agita tanto el corazón como la conciencia.

Bajo una realización con el habitual recurso de cámara en mano y unas brillantes actuaciones que impactan en el espectador, en la que destaca la capacidad carismática de Adrien Brody, reside una reflexión que engancha desde el primer momento y que sumerge al público en una sustanciosa historia. Aunque es cierto, que el guión de ‘El profesor’ (Detachment) pueda pecar de un exceso de planteamientos pretenciosos que no terminan de resolverse, la película en su conjunto es un tipo de cine que hace pensar al espectador y, además, de una forma elocuente. Que en esta época algo consiga esa hazaña, lo convierte en un documento a tener en cuenta y que se agradece.