Curiosa y más que interesante película mejicana enmarcada en un mundo distópico, pero con propiedades muy actuales, ambientada en el sufrido Méjico y en su frontera con los USA.
La idea original me ha parecido magnífica, nos muestra un Méjico totalmente controlado por los vecinos del norte, con las aguas de sus rios privatizadas y defendidas a bombazos por drones y soldados, donde los trabajadores nativos ya solo pueden trabajar en los Estados unidos desde las maquilas de la frontera conectándose intravenosamente a máquinas de realidad virtual..
Lamentablemente, el proyecto sufre la rémora de su más que notable escaso presupuesto, lo que incide mucho en el resultado, con muchos altibajos en el ritmo de la película y el abuso de escenas videocliperas...
Aún así, concentra grandes temas subyacentes en la gran crisis mundial que vivimos en la actualidad, la escasez de recursos, las diferencias económicas insalvables, la aparición de un nuevo proletariado alienado e indefenso y por supuesto, la enfermiza relación del hombre moderno con las tecnologías.
Indispensable si te gusta el género distópico.

Sí, lo más destacable de la película es su valentía, no resulta nada fácil acercarse al difícil mundo de los adolescentes (en éste caso además, jóvenes de barrio más bien "chungo").
Valiente también al esbozar una mirada crítica sobre el fracasado sistema escolar que nos gastamos, con esa profesora de historia, lamentablemente muy verosímil, tan cansada de su trabajo y con tan pocos recursos... El planteamiento de la situación de las aulas es así bastante original en su fiel retrato de muchas realidades y se opone al manido subgénero del profesor - héroe, sí, es un tema secundario en la película, pero me resultó muy interesante y eché de menos un mayor desarrollo, por pesimista que pueda parecer.
Respecto al tratamiento del sexo adolescente, también hay que destacar la mirada desprejuiciada y con afán de verdad con la que el director se acerca al tema.
En fin, una meritoria y prometedora ópera prima, con un trío de protagonistas que hacen un buen trabajo, para mi gusto muy convincentes en sus respectivos papeles.

La película apenas puede disimular, aunque el título intente despistarnos, su pesada carga fascistoide e imperialista. Es lamentable que este tipo de bodrios, panegíricos de la violencia, machismo y total pérdida de valores humanos, llegue a las pantallas de los cines, pura propaganda imperialista, con frasecitas del tipo: nadie, ni humano ni monstruo perturbará la paz, la paz yankee claro,.
Al fin y al cabo mera justificación de la guerra por los recursos que se libra hoy en ,dia en oriente. No me apetece investigarlo, pero no me extrañaría que detrás de la producción de este bodrio estén los mismos que soportan a los más conservadores y belicosos de los candidatos americanos a la casa blanca.

Colección infumable de tópicos. Ejemplo de cómo funciona éste mundo dominado por el marketing y la única ideología internacional : el consumismo. Patrocinada por Oreo, doritos, coca-cola... Puro mainstream yankee para adolescentes salidos. Pura facha y apariencia. Muy esclarecedor.

Terrible bodrio que llegó a mi vista por casualidad, no quiero imaginar mi mosqueo de haber cometido el absurdo de haber visto esto en el cine..

Relata unos acontecimientos de los primeros dias de la guerra civil española, de manera cicatera y totalmente inverosímil; no porque no sea cierto que se cometieran algunas atrocidades por parte de unos milicianos, muchos de ellos trabajadores endurecidos por años de luchas contra un sistema de caciques, y bien conocedores de lo que podía representar el fascismo,sino porque el relato es absolutamente sesgado, un mal cuento para asustar a los niños, totalmente aislado del contexto de aquellos difícilisimos dias. Por supuesto, de las matanzas indiscriminadas que venían llevando a cabo los fascistas de Africa, desde el mismísimo momento en que pusieron los pies en la peninsula por todos los pueblos por los que pasaban no se dice ni una palabra..

Y en el terreno más técnico, patética, como de prácticas de primero de dirección cinematográfica, con unos actores como de teatro barato y unos personajes absolutamente maniqueos (No pude evitar que algunos de los curas me recordaran vivamente al famoso locutor éste "santo" de la radio. Así iba la cosa.)