Tener la franquicia de una buena película no es garantía de nada. Con Terminator Salvation esto queda más que demostrado. Dónde quedó la entretenida trama de aquella primera Terminator, que nos entregó la justa mezcla de suspenso y acción. Bueno, evidentemente acá no estuvo ¿Quién fue el malandra que se robó la historia?
A la película le falta ángel: no emociona, no entretiene y no alcanza con una batería de cuidados efectos especiales para tener una buena película.
Las actuaciones no ayudan y nadie en todo el reparto parece terminar de meterse en el papel. Cómo serán de malas las interpretaciones que el T800 que ante las cámaras se ve menos acartonado que sus compañeros de carne y hueso.
¿La infiltración en Skynet y la batalla final? Bueno, no voy a entrar en detalles pero resultó tan patéticamente concebida que, en un punto, hasta se vuelve graciosa.
Me la pasé mirando el reloj.
Dicen que sigue, que habrá otra. Ojalá sea dando un fuerte golpe de timón.

Llevaba tiempo sin ver una película tan buena y llega a mis manos Felicidades, que fue filmada en el 2000 por Lucho Bender, un director que prometía mucho, pero que tuvo la mala idea de morirse de un infarto, cuatro años después del estreno de su ópera prima.
Pero qué tremenda película que es Felicidades sería un poco la síntesis de lo que tengo para decir. Allí se mezcla de forma natural el relato de un grupo de historias sencillas, pero no por eso menos mágicas, que se desarrollan durante una noche de Navidad en la Argentina; cuando el guión de una película, la mano del director y la interpretación de sus actores coinciden en cuerta calidad, el resultado de la cinta no puede ser otro que bueno y acá, precisamente lo que sobra es calidad; los actores están todos muy bien y algunos hacen su papel de modo sobresaliente como Carlos Belloso, Alfredo Caseros, Cacho Castaña y, por supuesto, Gastón Pauls.
Historias con buenos díálogos, llenas de ingenio y de magia, donde no falta el humor negro e incluso el surrealismo dan forma a un relato con aroma a poesía.
Altamente recomendable.

La película toca temas demasiado complejos con una liviandad tan grande que el asunto termina irritando y así, el resultado del guión es una historia inclasificable en la que finalmente nadie entiende nada de lo que está ocurriendo. Los cuatro puntos que le doy (tal vez un 3,5 sería lo más justo) son exclusivamente resultado de los efectos especiales, que cumplen con su cometido pero que, obviamente, no alcanzan para darle contenido a la película.
El desarrollo de la trama está lleno de baches insalvables, de diálogos que no tienen el menor sentido, de personajes vacíos que no convencen ni entusiasman a nadie y de situaciones a las que se arriba sin nada que lo justifique, como ocurre con el protagonista, que en menos que canta un gallo se sumerge en un mundo virtual para convertirse en experto gladiador de un coliseo de neón.

He visto toda la saga e incluso he jugado al resident evil 4 para playstation 2 (notable juego), y tengo que decir que cada vez me gusta menos la propuesta. resident evil Degeneration está realizada bajo un sistema de animación notable y realista; lástima el guión, que nunca termina de armar una historia y hace del nudo de la trama, un relato tirado de los pelos que no tiene demasiada lógica ni sentido. Un desperdicio.

A mí la película me ha gustado, y mucho. Hace algunos días comentaba el asunto con una amiga que ni siquiera había terminado de verla y me dijo que todo el asunto le había resultado demasiado fantasioso.
¿Y cuál es el problema? Quiero decir, si uno se dispone a ver un film de terror tiene que hacer ciertas concesiones previas y aceptar la lógica de la película. Claro que una cinta de terror no es lo mismo que sentarse frente a una comedia, una de tiros o un drama y ahí está el asunto.
Dicho esto, The Mist es una película muy buena; en mi opinión, una de las mejores que he visto en los últimos años. Hacia tiempo que la adaptación de una novela de King no me atrapaba de esta manera y la película consigue una atmósfera verdaderamente claustrofóbica, en la que el director Frank Darabont consigue mantenernos en el borde de la silla. Las actuaciones están bien conseguidas y los efectos especiales cumplen su parte, con unas criaturas verdaderamente de pesadilla; la aparición de una de ellas, hacia el final de la cinta (y no dirá más pero seguramente quien vio la película sabe a cuál me refiero), me produjo tal desazón y abatimiento que me dije ¿cómo puede terminar bien todo esto después de lo que acaba de cruzar la pantalla?
El final tendrá seguramente sus detractores, pero eso ocurre con casi todas las películas. Si todavía no la han visto y buscan una buena película de terror para el fin de semana, creo que esta es la cinta.