Presenta una historia sencilla y previsible, en la que un soldado de elite y una reportera, seguirán las pistas de un caso, que les conducirá a una inhóspita isla repleta de soldados súper desarrollados genéticamente.
Entrar será fácil, pero salir con vida de la isla tras averiguar los hechos que se esconden tras los experimentos genéticos, supondrá una arriesgada misión.
Lo que sobre el papel parece una atractiva base para una película repleta de acción y emociones fuertes, se traduce en un vehículo anodino, parsimonioso y carente de la intensidad y acción que se le presupone.
No funciona en ninguno de sus apartados, cuenta con un endeble guión, repleto de diálogos absurdos e interpretaciones vacías y ni siquiera la acción eleva la calidad del conjunto, que se aproxima a la ofensa.
Las secuencias de acción resultan pobres y de baja factura, rozando lo mediocre, carecen de un atisbo de interés, puesto que todo lo que va sucediendo a lo largo de la trama resulta previsible y repetitivo.
En otra época del cine de acción podría haber funcionado, pero el personaje principal y el actor que le da vida, carece del carisma necesario.
Adaptación del famoso videojuego shoteer, Far Cry, que resulta una decepción para los seguidores del juego y un letargo para el resto.

Descomunal reconstrucción de los hechos y personajes que rodearon al misterioso asesinato del presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy, recogidos por el fiscal Jim Garrison, que llegó a reabrir el caso.
Atrevida y audaz visión del asesinato de Kennedy por parte de Oliver Stone, que recrea de manera magistral los acontecimientos político sociales que rodearon al crimen, apoyándose en un montaje apabullante y esclarecedor.
Presenta los diferentes personajes que pudieron estar involucrados en la trama criminal, interpretados por un elenco de actores de alto nivel, dejando entrever las diferentes vinculaciones e intereses que existía entre ellos y el propio presidente.
Una obra que a pesar de su larga duración, engancha por completo en su tela de araña, repleta de incógnitas y teorías conspiratorias, que aun hoy en nuestros días persisten.
Llega a presentar pruebas fidedignas, que elevan las sospechas sobre lo que ocurrió en Dallas en 1963, apoyándose en un video casero contundente, en el que se recoge la muerte del presidente.
Oliver Stone presenta las piezas del puzzle sobre la mesa y va construyendo alrededor de las mismas una trama repleta de intriga y suspense.
Plantea cuestiones e innumerables incógnitas sobre lo que se contó en la versión oficial del caso, llegando a mencionar a diversas entidades y personalidades que pudieron estar implicados, como el FBI, Fidel Castro, la CIA y el propio vicepresidente Lindon B. Johnson, dejando entrever que la figura de Lee Harry Oswald fue la cabeza de turco, la punta de un iceberg tras el cual existieron mayores sombras.
Un relato complejo, lleno de matices, con un ritmo aplastante, atractivo y fascinante, que cuenta con una serie de elementos que la convierten en una obra perfecta, como el perdurable crimen perfecto que presenta.
Cuenta con un montaje y fotografía apabullantes e innovadores, manejados con maestría por la mano de su director, acompañados por una banda sonora magnética y envolvente, que nos adentra en la densa red de conspiraciones que rodearon al caso.
Indispensable y fascinante trama, que lanza muchas cuestiones al aire y deja una respuesta clara, el caso sigue abierto.

Un par de psiquiatras se reúnen para que uno le detalle al otro, las diferentes historias que presentan sus pacientes y explicarle la razón de los diferentes sucesos.
Las historias son presentadas por el doctor, en total son cuatro casos de pacientes que sufren algún tipo de trastorno, lamentablemente ninguna de ellas suscita el interés necesario, resultando en su gran mayoría parsimoniosas, lineales y carentes de un elemento de sorpresa, a pesar de intentar evitarlo resultan previsibles.
Dentro de la pobre calidad argumental de los diferentes casos, todos y cada uno de ellos presentan algún tipo de efecto que se encuentra muy próximo a lo ridículo y bochornoso.
Ni siquiera el nexo de las diferentes historias, presenta cierto atractivo, resultando en conjunto aburrido y letárgico, a pesar de su corta duración no se libra de ser un pestiño.

Un mundo dominado por el dinero y la ley de la violencia, bajo el mandato de las armas, machista, implacable, desértico y polvoriento, en el que los fuertes doblegan y abusan de los débiles, será testigo de la llegada de un hombre que impone su propia ley.
En el horizonte se aprecia una sombra, una figura, que trae consigo un ataúd en busca de dueño, esa figura es la de Django, un hombre al que le arrebataron lo que más quería y que ahora viene a saldar cuentas con la muerte.
Cuenta con una introducción musical pegadiza e intrigante, con una música compuesta por Bacalov, que ya introduce a un personaje de leyenda, ya que la aparición de la figura llevando un ataúd consigo resulta sensacional.
Un personaje seco y contundente como la tierra de México, envuelto en una manta de misterio, que se destapa para desenfundar y disparar su arma en un fugaz pestañeo de ojos.
Tradicional argumento y estética de Spaguetti Western, que pasa a ser una referencia del género, repleto de diálogos secos y contundentes, que cuenta con una ambientación envolvente que se apoya en la intensa y voraz presencia de Franco Nero, en una trama que llega a adquirir tintes épicos.

Mientras un grupo de la guardia nacional esta de maniobras por los pantanos de Louisiana, decide tomar prestadas unas canoas que no les pertenecen y en el momento que son descubiertos por los dueños de las canoas, deciden divertirse a costa de ellos con las municiones de fogueo que tienen sus armas. A partir de ese momento da comienzo una caza implacable, en la que los habitantes de la zona, conocedores del terreno, perseguirán y eliminarán uno a uno a los miembros de la guardia nacional, la carrera por la supervivencia esta servida.
El ritmo de la trama es intenso y fluido, desarrollando los intereses y debilidades de cada uno de los personajes a medida que avanzan por el encharcado terreno, repleto de trampas y sombras amenazantes, que se mueven sigilosamente acechando al grupo.
Muestra las relaciones existentes entre los miembros del grupo, mostrando el deterioro que van sufriendo a medida que pasa el tiempo y sienten próximo el peligro que corren sus vidas.
Genera una atmósfera opresiva que aumenta in crescendo por el acoso y peligros al que se ve sometido el grupo, apoyándose en la zona pantanosa y arbolada, repleta de trampas por donde caminan los integrantes del grupo, pasando a ser el cazador cazado.
Los acontecimientos se precipitan hacia el miedo y la agonía que padecen los personajes, sacando a relucir el lado oscuro de cada uno de ellos ante una situación extrema, mostrando gestos de egoísmo y locura, que van mermando a los hombres.
La historia se alarga ligeramente y pierde fuerza en los momentos que se aleja de la pesadilla del pantano, pero no deja de palparse la tensión en ningún momento.
Una gran ambientación, con un manejo de la cámara y los tiempos acertado, que presenta cierta similitud con lo sucedido en la guerra de Vietnam.