Llevaba años pensando que quizá nunca volvería a sentir la magia de musicales como La Sirenita, Aladdin, La Bella y la Bestia, El Rey León... ese sabio toque Disney que convierten una película en un clásico. Empezaba a pensar que ya me había hecho muy mayor cuando, ¡por fin! Disney se esfuerza por recuperar la magia sin renunciar a los cambios que épocas más modernas nos exigen: las princesas tienen miedo, pero no son frágiles.

Para mí lo mejor es el personaje de Elsa. El clip con la canción "Let it go", interpretada magistralmente por Irina Menzel, bien puede que sea una de las mejores secuencias que nos ha brindado el cine de animación. "Suéltalo" canta Elsa, ¿pero el qué? En su caso unos poderes que no controla pero la hacen única y poderosa. En el caso del espectador, cualquier deseo, secreto o ilusión interna que jamás se haya atrevido a sacar a la luz. Esa conexión espectador/personaje es el punto fuerte.

Ambas hermanas evolucionan en paralelo: Elsa viviendo momentos de ansiedad y angustia que la hacen, por momentos, convertirse en la villana de la película y Anna dejando atrás la chiquilla vivaracha para convertirse en una mujer madura que trata de solventar por sí sola un conflicto familiar interno por el bien de su reino mientras descubre cuáles son las personas en las que realmente uno debe depositar su cariño y confianza.

Los personajes secundarios no están a la altura del interés dramático de ambas hermanas, si bien todos caen simpáticos y ninguno se hace cargante. Se queda una con la sensación de querer saber más acerca de Kristoff, personaje masculino no del todo desarrollado que pedía más protagonismo y peso en la historia.

Lo único que lamento es que los rasgos sean tan parecidos y no hayan dotado a Elsa de unas facciones menos dulces que mostraran mejor el contrapunto entre ella y su hermana. No obstante representa una deliciosa Reina de las Nieves que no es ni buena ni mala y que tiene algo que contar. Ojito al vestuario, maquillaje y peinado de las protagonistas, que no dudo que inspire a más de un diseñador.

Christian Bale, Jennifer Lawrence, Bradley Cooper y Amy Adams se conocen. Son colegas. Se nota demasiado en la película. Seguramente también del director, el quinto en la Happy Panda de actores que eran oficialmente malos (Jennifer Lawrence a parte) pero que están de moda y ahora resulta que hacen papeles serios y buenos. A mí me puede caer muy bien Amy Adams y reconocer que no sólo es una belleza si no que su papel es, con mucho, el más interesante de la película, pero si no está a la altura y no me la creo en ningún momento, pues no diré lo contrario.

Realmente me ha decepcionado mucho esta película. Estaba deseando irme del cine, me perdí en la trama de estafador estafado estafando al estafador y ni tuve ganas de darle vueltas, ni de volver a verla para entender la parte en la que me hice un lío. Nunca llegué a empatizar con ninguno de los personajes, ni me importaba un pimiento si Robert de Niro (lo mejor) se pillaba un rebote y los mataba a todos. Verdaderamente lamentable Bradley Cooper, a quién se le veía encantado de hacer un papel con algo de carga dramática, da la sensación que se pasa el filme restregándose las manos para tenerlas calentitas al recoger el Óscar. ¿Y Christian Bale? Parece un tío con algo que contar, un tío inteligente, un tío por encima de la tontuna de los demás... y supuestamente lo es, pero la relación con Adams me hizo dudar de si en realidad no era el más tonto de la película.

Demasiado bombo y buenas críticas para un filme que a mí no me hizo disfrutar, preguntándome todo el rato si estaba viendo una gran obra maestra y mi terrible mediocridad no me permitía vislumbrar lo fantástico del film. Me recuerda mucho al cuento del traje del emperador, que nadie se atrevía a decir que no veía porque sólo los tontos veían al rey en pelotas. Pues sí, yo veo al rey en pelotas, y recomiendo ver este filme una tarde de domingo aburrida y con las expectativas muy bajas.

Lo único malo de Matrix es que se me pasa volando y sus secuelas no están a la altura de este magnífico film. Bueno, también calificaría como mala la cara de palo de Keanu Reeves durante toda la película, que el chico da gusto verlo, pero por guapo, no por como actúa.

El guión se basa en la filosofía platónica (dualismo cuerpo-mente) que ya trató Amenábar en la buenísima "Abre los ojos". ¿Es la materia todo lo que existe, o por el contrario todo es producto de nuestra mente? Un debate al que la humanidad lleva dándole vueltas desde sus inicios. Sólo que en Matrix se contempla a través de un espectáculo visual que rompió moldes en la época.

No es sólo que el dilema sea maravilloso, sino que para explicarlo se crea una fábula de un futuro post-apocalíptico (tema muy manido en los films) que sorprendentemente no resulta vacío o ridículo. Destacar la estética futurística, de líneas rectas y colores carentes de vida, que ayudan a sumergirse en un ambiente deshumanizado y controlado por máquinas, así como las acertadas reminiscencias orientales. Revisión, a su vez, del tema bíblico del Mesías que está por llegar, de la fe, de los que discrepan, y del elegido, un mar de dudas. Sin duda uno de los puntos que más destaco del film (aunque podría estar horas hablando de los brillantes efectos especiales) es ese mágico oráculo convertido en señora mayor ama de casa, sin duda una licencia humorística que rompe con la superprofundidad del conjunto. Un Morfeo tierno y esperanzado que ofrece pastillas, un villano descarnadamente humano que quiere volver al mundo irreal, un agente que parece tener algo personal contra el protagonista, una maravillosa Trinity que expresa mil sentimientos con una sola mirada...

En fin, que siempre se me hace corta.

Es una película que si eres amante de la ciencia-ficción no te recomiendo que veas.
Tiene un comienzo interesante en el que el personaje de Chris Pratt se despierta de su habitáculo de hibernación 90 años antes de lo estipulado. Cuando su nave llegue al planeta que van a colonizar él ya habrá muerto. Todos los demás pasajeros duermen y él los observa cuando de entre los pasajeros descubre a una bella mujer (Jennifer Lawrence) y le surge el dilema moral de despertarla, condenándola a su mismo destino, o aceptar su soledad hasta el fin de sus días.
Hasta aquí, todo bien. Interesante, profunda, bella y misteriosa. Luego se convierte en un ejercicio de insulto a la inteligencia del espectador, con comedia romántica ñoña incluida.

Cabe destacar la brutal actuación de Michael Sheen como barman autómata. Ellos están bien, Jen está bastante más Jen que en otras películas y a Pratt parece que le cambie la personalidad durante la película.
Faltan aliens comiéndose a la gente, o un gato, o un Anakin Skywalker dando tumbos. Un algo.

SIGUE LA FIESTA EN LA ZONA SPOILERS

He visto la película porque es una de las favoritas de mi hermano y al principio la estética y el argumento enganchan.

El apartado técnico es impresionante, los decorados, el vestuario, la fotografía, la ambientación... realmente parece que más que una película, sea una especie de obra de arte barroca hecha por un artista que rebosa personalidad.

En cambio, como cinéfila me siento decepcionada. Todo es muy bonito y los actores son geniales, pero la trama es vacía. Yo no compararía esta película con 1984, porque si bien Brazil tiene escenas muy buenas e impactantes, el conjunto no ha removido mi interior como hizo la novela de Orwell (no me la pude quitar de la cabeza durante días).
Brazil critica muchos de los vicios de la humanidad y retrata de forma satírica un cruel e irreverente período de dictadura, con una sociedad dividida en dos y una personaje que oscila entre ambos mundos. Podría ser una auténtica delicia ver al personaje combatir y aprovecharse de ciertos privilegios, sin embargo el protagonista deja claro que sólo está pensando con el pene y que todo le da bastante igual, con lo cual el interés decae. La verdad es que decepciona que no se comporte ni como un héroe ni como un antihéroe, todo se queda en un buff, en humo. No quiero alargarme más, ved la película porque el apartado artístico es brutal, pero en cuanto a narrativa... pide a gritos unos personajes más redondos y una trama con más carga emocional.