Una original película con una buena historia que se desarrolla en un entorno poco usual con unos paisajes preciosos y con el polo norte y la aurora boreal como magnífico decorado.

Robin Williams deja su histrionismo habitual para sumergirse en un papel dramático que desarrolla a la perfección.

La película hace preguntarse al espectador cómo puede desear que le salga bien el plan al protagonista, si en realidad lo que quiere es estafar a una compañía de seguros.

Para los que nos gusta pasarlo bien de vez en cuando sin tener que pensar ni profundizar, esta es una película perfecta que permite que desentumezcas las mandíbulas durante un rato sin comerte el coco.

No obstante creo que hay un punto de inflexión negativo a mitad de la película ya que la segunda parte no es ni un 20% tan brillante como la primera hora.

Esa primera hora de película es de lo más fresco y divertido que he visto últimamente.

Leyendo las críticas de esta película me arrepiento de no haber sido tan valiente para haber ido al cine a verla y haber disfrutado como todos los que fueron, pero después de la IV y V entrega era todo un desafio.

Para los fans de Stallone y del cine de los años ochenta esta película se trata de el fin de una época que ha marcado nuestras vidas, y se da uno cuenta que los años no pasan en balde ni siquiera para el todopoderoso Silvester Stallone.

Este señor tan criticado es mucho más inteligente de lo que aparenta en sus películas.

Es de gran mérito que una persona con un cociente intelectual tan elevado interprete un personaje con tan poco cerebro y se ria de sí mismo.

Después de ver la crítica de mi predecesor parece que estamos hablando de la segunda parte del Padrino, pero no es así. Esta es una película pasatiempo para matar una hora y media de aburrimiento con ella.

Es imprescindible para subir la nota del cinco el fumarse la bolsa entera de marihuana que manejan los protagonistas. Según mi opinión lo mejor es el cameo de Neil Patrick Harris (Un médico precoz). Aún así es cierto que uno tiene curiosidad en ver la segunda parte de esta película pero jamás pagando por ello sino cuando lo pasen por algún canal digital.

Preciosa película que no llega a ser obra maestra porque según mi opinión le sobra algo de metraje.

Destacar la música del genio Ennio Morricone que es una de las protagonistas principales del film y magistral Philippe Noiret y sorprendente que esta película tuviera éxito relativo en Italia en parte debido a su excesivo metraje, el cual fue acortado posteriormente para su estreno mundial.

Un final buenísimo que hace llorar de nostalgia a cualquier amante del cine.