Este film, de trama sumamente endeble y aburrida, desarrolla las desventuras de un conjunto de neuróticos y malhumorados parisinos, que Lacan dejó escapar de su consultorio sin ninguna culpa. Ninguno de ellos es querible o rescatable. Menos aún su protagonista, que no hace el mínimo esfuerzo por revertir su puta suerte, y que agrede a cuanto mortal se le cruza por el camino como un redondo erizo alimentado a chocolate. Solo rescato algunos breves y placenteros momentos de música coral; el resto...para el olvido!

Película entretenida, ágil, con actuaciones sorprendentes, y buena fotografía, en medio de una idea interesante como es la de recrear el mundo maya precolombino, hablada en su idioma original. No es un secreto para nadie ya que los sacrificios humanos eran un dolorosa realidad en la cultura maya, así como en la azteca, pero la diferencia es mostrar con morbo, algo que puede ajustarse a la realidad.
Sin duda, que si el actor devenido en director y productor, hubiera elegido la pintura como una forma de expresarse, tendría como color preferido el rojo-sangre...y elegiría el estilo del "salpicado".

Disfrutemos de la frescura de la niña Abigail, la belleza madura de Catherine-no tanto de sus dotes actorales-, la aceptable construcción de la personalidad de su protagonista; buena música; buena fotografía, guión interesante; y denostemos los innecesarios golpes bajos, que hacen audibles múltiples snifs en el silencio sepulcral de la sala.
El entretenimiento no decae en ningún momento.

No sé si es buena actriz pero...¡me enamoré de Bebe! Solo conocía su voz por una que otra de sus canciones, pero me enamoraron sus ojos tan profundos como el más profundo de los mares y todo lo que expresan sus miradas ¡Me puso tan cachondo como al supervisor del supermercado, o el narco, o el niño prodigio, o Darín en medio de su crisis existencial...!Bueno, y del resto debo decir algo, que esto es una crítica de cine... me gustaron la actuación de Darín y del niño. Me gustó la fotografía. La causa de la locura repentina de la protagonista, me resulto previsible.

El cambio constante de personajes, y el solo hilo conductor del instrumento a lo largo del tiempo, no llegan a atrapar el interés del espectador. Solo disfrute de la buena música, la ambientación y los cuidados vestuarios. Pasable