Es una película que te mantiene casi siempre atento a la historia. Juega con eso, y lo hace muy bien. Te engaña, en el buen sentido. Agreguémosle una notable fotografía y un acertado apartado musical. Pero...a mí no me resultó lo suficientemente macabra (ni con sus ideas) como para deleitarme. Será cuestión de gustos.

Que Antebellum no es lo que esperaba, es cierto. Que no es lo que me vendieron, también. Es menos que todo eso.
La película está bien ejecutada, con una atmósfera enrarecida y buena puesta en escena. Si somos sinceros, la experiencia no es del todo mala; el mensaje y los cuestionamientos son claros. Pero como film de terror? no. La manipulación de la película puede que funcione para muchos. Pero con lo que me encontré es con un argumento con cabos sueltos adornado de buenos recursos estéticos, planos secuencias y una, eso sí, excelente banda sonora.
O sea: una crítica de los valores sociales digamos que acertada, pero con un misterio que no funciona. Vi el humo, pero no el fuego.

Brandon Cronenberg continúa en Infinity Pool con la misma interesante narrativa y línea de estilo visual de sus trabajos anteriores. Aquí nos muestra como tras esas fachadas disfrazadas de paraísos se esconde pobreza y máxima violencia y como los turistas forman parte de ese engaño. Este contraste lo trata Cronenberg casi como una experiencia surrealista.
La ciencia ficción es una pieza clave en el desarrollo de la trama, aunque no obtenemos muchas respuestas respecto a esta temática. Por lo tanto hay aspectos que funcionan más que otros.
La película juega con la identidad y la conciencia del ser humano.
Ya más en lo técnico hay mucho juego con la iluminación, con diferentes colores, componiendo la fotografía esta variedad de filtros y fragmentación de imágenes que van muy bien.
A modo de conclusión: no me olvido de la energía y el magnetismo de Mía Goth. Entonces, el film es una gran sátira hacia el turismo, a ese grupo de élite que con muchísimo dinero pueden lograr casi todo. Hay una interesante dosis de carga sexual y de violencia en el mundo profundo y retorcido de la mente humana que nos trae Infinity Pool.

Como cine de posesiones demoníacas intenta alejarse de lo convencional y lo logra. La película, aprovechando los recursos del Found footage, coloca varios sustos bien planeados y con eso logra no solo un descenso de pesadilla sino muchos minutos de horror. Aquí se enfrentan demonio y hombre. Muy bien técnicamente y agreguémosle un protagónico tan bueno que nos precipita con él al abismo.

Película de terror psicológico bastante genérica que, con la intención de confundir al espectador más que nada en su final, de descalabra durante el desarrollo de su trama. O sea, un gran final pero con una mala construcción a su alrededor.
Teniendo a un director con experiencia se puede disfrutar eso sí de algunas virtudes más que nada en muchos planos bellamente construidos.
A mi parecer lo más interesante es la explicación que nos llega al final que conlleva a temas e ideas religiosas y metafísicas que están muy bien, lástima, reitero, que el trayecto hasta allí no me convenció y casi me aburrió.
A modo de conclusión: una buena idea con un interesante guión desperdiciado. Diez minutos finales que si hubieran estado entrelazados correctamente con la trama aplicando todos esos conceptos ya estaríamos hablando de una gran película.
Pero como dicen: los "hubiera" no existen.