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España España · Málaga
Críticas de Franky_23
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Críticas 215
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
25 de septiembre de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Daniel Sánchez Arévalo ya despuntó con su genial ópera prima "AzulOscuroCasiNegro", una historia que partía de un corto previo del director. En su segundo largo, Sánchez Arévalo sigue fijándose en gentes no muy bien vistas por la sociedad, se podría decir, en este caso los gordos. Pero caerá en un tremendo error quien piense que va al cine a reírse de estos gordos, a verles devorar con tremenda ansia todo aquello que les es prohibido, mientras sus cuerpos van aglutinando calorías de sentimientos reprimidos.

El director compone una historia enarbolada en varias fases, cada una de ellas respondiendo a una pregunta del método para perder peso KiloAway, liderado por un Antonio de la Torre que como todo el mundo ya sabrá tuvo que ganar 33 kilos en tan sólo cuatro meses para el rodaje. Su composición de homosexual arruinado, gordo y desencantado con la vida y todos los que le rodean es correcta, así como lo son las de la debutante Leticia Herrero, que efectuó el proceso inverso a De la Torre, adelgazando varios kilos; Verónica Sánchez, que no lo hace nada mal; Fernando Albizu, que tiene un personaje muy simpático, y Roberto Enríquez como terapeuta de los gordos.

Pero si hay alguien a quien hay que destacar, es al a-cada-película-que-hace-más-prometedor Raúl Arévalo, un prodigio de chaval, que sabe ponerse serio cuanto toca, hacerte reír, que le odies, que te caiga bien... Su personaje es sin duda uno de los más destacados en la historia, y muchas de las mejores escenas son entre él y Herrero.

"Gordos" nos presenta pues varias historias, todas dando cabida a un gordo o gorda, pero si superficialmente sí que se nos habla de cómo uno quiere perder peso, cómo otro teme morir de un infarto pasados los 50 o cómo una embarazada se contempla al espejo y no puede ni mirarse, en el fondo lo que vemos y sentimos es a un grupo de personas que no se comprende a sí mismas, que viven con el piloto automático que tarde o temprano tendrán que desconectar.

"Todos llevamos un gordo dentro" es el lema de esta finalmente notable segunda incursión del director tras las cámaras, que ya ha sido (junto a "El baile de la Victoria" y "El mapa de los sonidos de Tokio") preseleccionada para los Oscar. No supera a "AzulOscuroCasiNegro" en mi opinión, pero es que tras un comienzo tan rompedor era difícil. Aún así, aportando algo fresco y nuevo al tan manido cine español, ¿quién sería capaz de recriminarle nada a este director? Leí que recibió la llamada que le informaba de que "Gordos" estaba entre los tres filmes posibles para los Oscar cuando se encontraba trabajando en el que será su próximo guión. Esperemos que no le entretuvieran demasiado.
Franky_23
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9
20 de septiembre de 2009
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay veces en que un tráiler se monta de forma que la selección y el encadenado de sus imágenes puede llegar a transmitir una idea errónea sobre la película. Quien haya visto el de la nueva película de Quentin Tarantino posiblemente espere más de 120 minutos de sangre, tiros y violencia sin control ejercida por los malditos bastardos (o infaustos cabrones, como muy acertadamente se refirió a ellos el crítico Carlos Boyero). Pero como no sólo de violencia vive Tarantino, "Malditos Bastardos" supone una vuelta por la puerta grande del peculiar director tras el patinazo comercial y (para muchos, entre los que me incluyo) cualitativo de su anterior trabajo "Death Proof".

"Inglorious Basterds" es una auténtica maravilla, una visión despojada de cualquier costumbrismo de la Segunda Guerra Mundial y totalmente personal (que se lo digan a Hitler). Tarantino ha vuelto a lo que mejor sabe hacer, rodar historias independientes que convergerán en un tramo final apoteósico. Sus personajes, aunque esta vez con el peliagudo telón de fondo de una guerra mundial, hablan de ratas, de cine, de sótanos, cosas ordinarias podría parecer, pero lo hacen, como viene siendo regla general en las películas del director, a través de diálogos extraordinarios.

A Brad Pitt le encantan los personajes desmedidos ("12 monos", "Snatch", "Quemar después de leer") y el teniente Aldo Raines no podría haber encontrado mejor actor para interpretarle en pantalla. Sus líneas ante los bastardos o los oficiales nazis, su carisma, sentido del humor, su irreverencia, hacen de él el indiscutible líder de esta panda de judíos mata-nazis. En el bando opuesto, encontramos al coronel Landa, un Christoph Waltz que allí donde se estrenaba la película recibía los más sonoros aplausos. Su composición es tremenda, tiene gran culpa del éxito de la película, roba cada plano en que aparece y son suyos los mejores monólogos. A Diane Kruger la han promocionado como la chica del film, título que para mí debiera corresponder a Mélanie Laurent: es la historia de esta chica en busca de venganza por el asesinato de su familia la que más me llega, para mí, el motor de la cinta.

El clímax se desarrolla en un cine, y es aquí donde veremos qué ocurre con el curso de la historia. Tarantino propone al cinematógrafo, del que tantas influencias bebe, como elemento salvador de la historia. Y, de nuevo, más violencia, hasta un punto casi atroz, desorbitada, con una última línea de diálogo que bien podría reflejar el pensamiento del director que con tanta maestría maneja un relato: "Creo que esta podría ser mi obra maestra". Eso le toca a cada uno decidirlo. Obra maestra o no, si que es una de las más arriesgadas y geniales obras del director de "Pulp Fiction".

* Indispensable verla en versión original, pues los actores cambian constantemente idiomas (francés, alemán, inglés, italiano) y de hecho los acentos son determinantes para entender ciertos momentos de la trama.
Franky_23
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8
13 de septiembre de 2009
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor que se puede decir de "Distrito 9" es que a partir de una idea sencilla y bajo una apariencia de serie B ha logrado lo que los últimos Terminators, Transformers y demás bichejos no atinan a conseguir: colocar al género de la ciencia ficción en el lugar que le corresponde. Enmarcar una historia atemporal como es el racismo, la segregación de razas y la intolerancia en un contexto alienígena, con los seres extraterrestres como perfecta metáfora de los grupos marginados de la sociedad. Contratar a un actor (Sharlto Copley) absolutamente genial, idóneo para el papel. Aunar en dos horas momentos dramáticos, divertidos, terroríficos... Y, por una vez, desplazar la acción de la nación más poderosa de todas.

Neill Blomkamp, apadrinado por Peter Jackson, ha partido de un corto previo para realizar esta su primera película. Su habilidad como narrador queda patente en lo que se convierte en un apasionante falso documental. Pasa de la comedia al drama en cuestión de segundos, y en ningún momento sientes que esté forzado, el producto mantiene una dignidad apabullante. Los efectos (sobresalientes) están al total servicio de la historia, una que bucea en lo más hondo del ser humano, que analiza y juzga con mano de hierro al opresor, al colonizador, en definitiva, a lo que se conoce como el hombre. Y consigue que te identifiques con los seres venidos de otro planeta, que te pongas de su lado cuando el rechazo y el miedo lleven a la inevitable confrontación.

Aunque los más reticentes podrían hablar de un último tramo que hace uso de las habituales persecuciones, explosiones, tiroteos y demás pirotecnia, sería injusto decir que el director se olvida de la historia en pos de un final Hollywoodiense. Para nada. Nada es habitual, típico o tópico en esta notabilísima película, estandarte necesario de un género que se ha valido siempre de monstruos, alienígenas o robots para hablarnos de amenazas mucho más terribles y cercanas: las concebidas y perpetradas por el homo sapiens. El género de la ciencia ficción está, gracias a "Distrito 9", realmente de enhorabuena.
Franky_23
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6
14 de agosto de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
"No te ates a nada que no puedas abandonar en 30 segundos si ves a la policía a la vuelta de la esquina". Era el gran Robert de Niro quien soltaba esta frase a Al Pacino en la única escena que compartían en la más que notable "Heat". Ahora, en "Enemigos públicos", Johnny Depp y Christian Bale también comparten una escena, de la que, habiendo visto la película hace unas horas, apenas puedo recordar nada destacable.

Johnny Depp y Christian Bale son aquí el ladrón y el detective, dos caras de una misma moneda que el destino se ha encargado de hacer caer por un lado y otro. Dos hombres que no pararán ante nada para lograr su propósito. Uno, vivir una vida plena al lado de su enamorada, una Marion Cotillard cuyo papel se queda en chica bonita. El otro, dar caza al enemigo público número 1 de los Estados Unidos de América para así coronarse. El problema es que la película del director de "Heat" y "Collateral" (dos buenas obras) resulta fría y distante. Lo que se cuenta me parece correcto, pero no logra emocionarme lo más mínimo. Las andanzas de este héroe urbano, que debiera alabar, me parecen muy convencionales, y el compungido Bale, a quien debería odiar, me deja indiferente, no me transmite nada, todo lo opuesto a la perfecta caraterización que ha dado el actor al Batman de Nolan.

"Enemigos públicos" es una cinta con un trabajo técnico encomiable (aunque el formato digital me resta credibilidad), pero que se pierde en una sucesión de escenas de acción que si bien poseen en ciertos tramos algo de garra y fuerza, la mayoría de veces se dejan arrastrar por convencionalismos que no le hacen bien. Tiene en su haber, eso sí, momentos de buen cine: la persecución y posterior tiroreo a Baby Face Nelson me produce una sensación de estar viendo algo grande. Contemplo cómo acribillan al gángster, observo el rostro de Bale (la única escena en que me creo a su personaje) y me sobrecoge. Y tan sólo un par de escenas más me hacen sentir algo similar, y me pregunto porqué no es toda la película así. Ni siquiera el final me atrapa.

En resumen, una obra aceptable para la cartelera que reina en los cines, una cinta menor de Michael Mann, con un Johnny Depp que hace un buen trabajo y un Christian Bale que continúa su estela de inexpresividad de "Terminator Salvation". A priori contaba con un buen número de elementos para constituir algo grande, pero finalmente falla en su cometido. Hubo un tiempo en que el cine de gángsters se elevaba por encima de todos. Esos tiempos ya pasaron, y dudo que algún día regresen con la fuerza de antaño.
Franky_23
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10
2 de agosto de 2009
126 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine te apasiona, te remueve por dentro, te hace sentir cosas que nada ni nadie podrá igualar. Por mucho que, por ejemplo, quieras a una persona, nunca vas a sentir lo que Edward G. Robinson te hizo sentir cuando encendió el último cigarrillo de Fred MacMurray en "Perdición". Por mucho que vivas, será difícil que algo te conmueva más profundamente que el agónico y poético discurso de un replicante Rutger Hauer a un Blade Runner Harrison Ford, que ha visto cosas que nosotros no creeríamos y que sabe que es hora de morir. Complicado será también sentir mayor culpa que al ver a James Stewart recibiendo unas palabras en un tren que deberían ir para el vaquero más grande del séptimo arte. Y, por supuesto, nunca verás una puerta cerrarse con un panorama tan poderoso como el que refleja Coppola en su primera parte de "El Padrino".

Y, joder, que una serie de televisión, la conocida ahora y siempre como "la caja tonta", sea capaz de sacudirte como lo hacen las mejores cintas... Sería absurdo empezar a deshacerme en elogios, podría llenar hojas y hojas de adjetivos positivos en su forma más superlativa. Absurdo sería también empezar a recordar personajes, mejor dicho, personas: nombres que para mí significan ahora el cielo, que me han hecho pasar por una experiencia inigualable. "Los Soprano" no es una serie: 86 episodios, 4.300 minutos que conforman el mejor cine, la película más larga de la historia de este arte, que, gracias a ésta, se engrandece un poquito más.

Y es que de lo que Chase y su equipo de guionistas nos hablan aquí, no nos engañemos, es de la vida: cogen los momentos más insustanciales de la vida diaria de un norteamericano (o por extrapolación, cualquier persona) medio, e incorporan sobre dicha base los mejores elementos del cine de mafiosos. Ponen en boca de estos gangsters diálogos alucinantes, reflexiones que ya querrían para sí más de la mitad de películas estúpidas que se estrenan en salas con aires de grandeza.

Seis temporadas. Y lo mejor es que, como he dicho antes, como esto es cine, puede verse todo como una larguísima pelicula. No se pueden comparar temporadas, no en términos de calidad ni de historia, aunque sé que habrá quienes no esten de acuerdo con esto. Para mí, "Los Soprano" comienza con el rotundo tema "Woke Up This Morning", en una sala de espera, y termina, de forma brillante, en una cafetería cualquiera, con un fundido a negro que creó mucha polémica en su día pero que, creo, no se podía haber hecho mejor, con el apabullante tema "Don't Stop Believing". Desde el "Piloto" hasta "Hecho en América" asistimos a una experiencia única, que debe ser vista en conjunto, que te coge y no te suelta, te agarra y te tiene donde quiere. Como hacen las mejores películas. Como hace el mejor cine. "Los Soprano".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Franky_23
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