“The chaser” nos narra la historia de un ex policía, expulsado del cuerpo por corrupto, que se gana la vida ejerciendo de proxeneta, tan sólo preocupado por sí mismo, y por pagar sus deudas. Hasta, que sus "empleadas" empiezan a desaparecer, mostrando un dato en común, todas han visitado al mismo cliente por última vez.

Y así es como arranca esta cinta, a los quince minutos de metraje ya tenemos todas las cartas encima de la mesa, conocemos a todos los personajes, pero es justamente a partir de ahí cuando se teje, una de las tramas más impactantes y atrayentes que recuerdo.

A medida que va avanzando el film, se va haciendo más difícil apartar la mirada, todo eso debido a una gran dirección, y a un guión implacable, se miden los tiempos a la perfección, va evolucionando tanto en desarrollo de la trama, como en evolución de los personajes. Hasta que llega uno de los tramos finales con más tensión que he visto en una pantalla.

Además destaca por ofrecer una perspectiva realista de las situaciones, ninguna parece exagerada, todas están cuadradas para acercarse lo máximo posible a la realidad. Es agradable decir, que es de las pocas veces que, he visto unas peleas rodadas de forma realista, en la que los personajes, se golpean de mala manera, se cansan, y actúan como cualquier persona normal.

En definitiva, esta película ha sido un genial descubrimiento, tiene todos los elementos que hacen grande a un thriller, acompañados de una calidad técnica impresionante. Una auténtica lástima que no sea más conocida. Imprescindible.

Buena fotografía, gran trama, desarrollo cargado de tensión, fantásticas interpretaciones, excelente trabajo de cámara, y unos quince minutos finales que lo mandan a tomar viento.

En general esta película es un western de nota muy bien realizado y completamente absorbente, además bastante creíble (teniendo en cuenta las situaciones) es decir, una película que caminaba derecha al 9, pero de repente, en los últimos quince minutos el guionista empieza a alucinar, probablemente con el calor del desierto y mete dos personajes más y unas incoherencias acojonantes, que tiran por tierra lo que estaba siendo una cinta genial.

Muy a mi pesar, la película no llega a ser grande, todo por culpa de esos 15 minutos del final, pero bueno, me quedo con lo que se ve hasta ahí, que es un western de excelente factura, con una gran realización, buenas actuaciones, y con mucho nervio, de modo que es muy recomendable, a pesar de ese tramo final.

Cuando hago críticas intento ser objetivo en lo máximo posible, pero hay casos en los que las sensaciones que te imbuye una película superan con todo cualquier atisbo de imparcialidad. Ese es el caso de "Sin perdón"; una cinta que consagró al viejo Clint como un director de los grandes y remarcó lo que es la palabra crepuscular en todos los sentidos para el western; una despedida magistral de un género que en el noventa y dos ya no pasaba por su mejor momento.

Argumentalmente se pone al espectador tras la pista de William Munny (Eastwood) un hombre deshecho, viudo y padre de familia, que tiene dificultades económicas para sacar adelante a sus hijos, completamente alejado de su anterior vida como pistolero. Ante ese desolador panorama, se le presenta la ocasión de realizar un último trabajo junto a un viejo compañero (Freeman), esta situación da pie a un viaje de reencuentro con los fantasmas del pasado.

Realmente "Sin perdón" es una fábula de la lucha del hombre contra su propia naturaleza y sus errores, siendo esta lucha interna contra uno mismo la más dura que una persona puede llegar a librar. El guión de David Webb Peoples transmite, no sólo una buena historia, sino sensaciones; nostalgia, pesimismo y un cierto e inevitable romanticismo envuelven toda la trama. Además cuenta con unos diálogos majestuosos de una profundidad apabullante, valga como ejemplo una cita que me parece impresionante: "Es duro matar a un hombre, le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría haber tenido".

La fotografía de un Jack N. Green en estado de gracia alterna paisajes abiertos con escenas donde prima la oscuridad, y poco a poco son estas tinieblas las que van ganando la partida, hasta el desenlace que parece filmado en el mismísimo salón de Lucifer.

Unas sobrias y excelentes interpretaciones acompañan durante todo el metraje. Personajes muy bien caracterizados por un gran reparto, en una historia en la que hasta el secundario más insignificante tiene algo que decir; todos tienen su particular lucha interna, ya sea contra sí mismos o contra las circunstancias. Sin duda, unos protagonistas inolvidables que perdurarán en la memoria del espectador mucho tiempo después del visionado. Incluso los personajes que no aparecen directamente sino que se mencionan como el de Claudia, la fallecida mujer de William Munny tiene una fuerza especial; al finalizar la película entiendes como esa mujer pudo amar a un hombre así, y también se hace comprensible por qué su madre jamás lo entenderá.

Por otra parte, resulta muy gratificante la forma en que esta obra desmitifica el viejo oeste, en el dialogo entre Hackman y el periodista se observa esto en su máxima expresión; mala puntería, armas que fallan, hombres que se ponen nerviosos. En definitiva, disparar a un hombre era una tarea difícil, dar en la diana lo era aún más, la frialdad necesaria para sobrevivir a un tiroteo era cosa de sólo unos pocos, el resto solía fallar estrepitosamente y pagarlo con su propia vida.

Una obra maestra que es historia del cine. Un Eastwood profundo e introspectivo, con alma propia, nos dejaba su personal despedida del género. Para mí, mucho más que una película.

Acabo de ver esta película pensando que sería una entretenida cinta de zombis, y me he encontrado con una maravilla que no sé cómo ha pasado desapercibida en los grandes festivales de cine de Chercos y Despeñaperros .

Es una obra maestra, que une a su absurdo guión unos diálogos de una estupidez estratosférica, contando además, con una maravilla de actuaciones dignas de todos los premios del festival de cine de Laroya , sobre todo para el personaje de Serpiente,este hombre demuestra una habilidad enorme en el arte de transmitir al gran público como se puede interpretar con una piña metida en el culo, sublime, y que decir del resto del reparto, es tan excelente que lo sigue muy de cerca. Y por otra parte, como no mencionar el montaje, digno del mejor especialista en Windows Movie Maker, con esas cortinillas y ese sonido tan característico que nos muestra como Hitchcock era una simple aficionadillo . Además no nos podemos dejar los efectos especiales del todo a cien, que hacen sentir envidia de los grandes films de Uwe Boll.

Solo me queda añadir, que ahora y gracias a esta película he descubierto el verdadero sentido del cine, que es la capacidad para crear historias que perduren en la memoria…unas por buenas y otras por horribles, pero en la memoria al fin y al cabo. Bueno, la película definitiva. De visión obligada. (Sigo en el spoiler para terminar de quedarme a gusto).

Tengo que reconocer que, no he visto esta película hasta haberme informado bien de la vida de Ed. Wood , y por supuesto ver su obra cumbre “Plan 9 del espacio exterior” y sinceramente, es la mejor forma de disfrutarla en su máxima expresión.

Hay muchos tipos de película biográfica, pero pocos como esta. Que consigan transmitir la cercanía y la esencia de un personaje, que se pasó la vida persiguiendo su propio sueño y luchando una y otra vez contra las adversidades, (no sé si ni siquiera hoy, sería posible hacer una película de cierta calidad y sin presupuesto en tan solo cinco días) porque aunque no consiguiera hacer buenas películas, es cierto que ha dejado una enorme huella en el mundo del cine, y el hecho de que Tim Burton rodara esta cinta es una muestra de ello.

Técnicamente la película es muy buena con una fotografía muy cuidada, y la elección del blanco y negro que en mi opinión es verdaderamente acertada, pero lo que verdaderamente destaca son las actuaciones sobre todo Landau y Depp que están sorprendentes, así como la mano del director que nos muestran de una forma cómica a Ed. Wood en su máxima expresión sin caer en el ensalzamiento de la figura, sino simplemente mostrando lo que era. Mención aparte merece su guión que es excepcional, con unos diálogos sumamente inteligentes, llenos de ironía que hacen las delicias del espectador. No hay más que escuchar conversaciones como esta:

Operario de cámara: “¿Hacemos otra toma Eddy? El actor ha chocado con el decorado?” Wood: “No si es perfecta, así es mucho más realista”.

En definitiva, es una película, que tras verla cuesta sacarle defectos, es mejor simplemente relajarse y ver como se gesta el auténtico cine de la mano de Tim Burton, eso sí, para apreciar esta cinta de verdad, lo mejor es saber un poco de la vida y obra de ese mito del cine que es Ed. Wood.