Una película bonita, con un estilo particular reconocible en otras obras de Makoto Shinkai. Una conjunción de arte tradicional y a la vez las técnicas más modernas de animación para recrear distintas locales vivas del Japón contemporáneo.

Si bien Your Name acaba siendo una película que argumentalmente no se diferencia de otras, el toque de romance junto con una predisposición visual única convierten a Your Name casi en un referente para las películas que han ido saliendo tras su estreno.

Importante pérdida de chispa para una película de terror juvenil cumplidora pero poco ambiciosa. Una secuela por hacer, por estirar la caja y por aprovechar el tirón de una primera parte sorprendente y bastante más fresca.

Aunque sea irónico, lo peor de Pesadillas 2 es que parece un capítulo largo de Pesadillas, de estos que se partían en dos porque no cabían en uno. Puede sonar como algo bueno, pero esconde una lectura, y es que parece más una película para videoclub, cuando estos existían en su mejor momento, que una película que quieras ver en un salón cinematográfico.

Su poco éxito no ha debido pasar desapercibido, y dudaría sobre una tercera parte.

Disfruté mucho Predestination, de los Spierig, y sin duda los apunté como nombres a seguir, pero tras el batacazo de Saw VIII y esta Winchester pongo en duda mis prejuicios positivos hacia sus películas.

Winchester es un producto sin alma, que se puede definir de manera inmediata como una película mala con presupuesto. Los primeros compases son aburridos, y tan sólo te despertarán de una siesta por culpa de unos jumpscares a la altura de los canales de youtube más mediocres. De alguna manera, en medio de todo este despropósito, Winchester empieza a tomar forma y presenta una idea tan interesante como ridícula, para un público que sabe a lo que ha venido. Sin embargo, algunos buenos tramos -lejos del mejor terror siempre- no compensan un total demasiado cutre, casi de telefilm de media tarde.

Romero vuelve a repetir estructura, aunque no escenario. Day of the Dead pasa la mayor parte del tiempo moviendo sus fichas para concederte un festival gore final a la altura de su nombre y su saga.

Romero explora en esta entrega muchas de las cosas que más sacarían de quicio a los amantes de los zombies durante generaciones. Experimentos con zombies, humanización de los mismos y un montón de decisiones que se ven valientes pero que a veces denotan un poco de infantilidad, probablemente potenciadas por un género que ha tomado esas ideas y las ha retorcido de maneras inverosímiles. En cualquier caso, nada empaña un buen festival de zombies ideal para cualquier noche temática.

Me he tragado suficientes basuras herederas de SyFy como para no ver en Lavalantula un producto tan mediocre como, a ratos, entretenido. Mike Mendez consigue, no sin pasar por periodos de fuerte vergüenza ajena, hacer una película suficiente para los estándares del género y que aunque no puedo llegar a recomendarla me toca en la fibra sensible de esta clase de producciones: el no tener complejos.

Porque no son pocas las películas sin presupuesto o unos medios ridículos inferiores a los de un canal de YouTube con mediana cantidad de seguidores que intentan camuflar sus carencias con planos rápidos, borrosos y oscuros donde difícil es discernir dónde está la criatura de turno. Lavalantula transcurre en pleno sol angelino, y no tiene complejo alguno a la hora de mostrar sus digitalizadas ridiculeces. Todo termina en un clímax que, he de decir, presenta efectos bastante más currados.

Sabiendo a lo que vas, es de las mejores peores películas.