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España España · barcelona
Críticas de avanti
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Críticas 313
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
4 de febrero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A friend in deed (Un amigo de verdad), dirigida por Ben Gazzara en 1974 es el octavo y último telefilm de la tercera temporada y veinticinco de la serie, pilotos incluidos, en el que se nos narra las accidentadas y celosas relaciones entre matrimonios, por amor o por dinero, por desconfianza o por indiferencia, por sentirse marginado, o menospreciado. Hugh Caldwell (Michael McGuire) en su desesperación y tras una dura reyerta con su esposa con accidentado final como resultado, decide acudir a su amigo el comisario Mark Halperin (Richard Kiley) para pedirle consejo después de la desesperada situación que acaba de vivir.

El director Ben Gazzara, fiel al espíritu de la serie, nos muestra los hechos y sus resultados haciendo partícipe al espectador, dándole a conocer las circunstancias del inesperado delito y la necesaria complicidad desesperadamente buscada en su amigo Mark quien, sin el menor atisbo emocional, ofrece al desesperado Hugh aprovechar la confusión por medio del encubrimiento mediante el urdido plan de simulación de robo culpando las acciones criminales a terceras personas.

El trepidante ritmo en el que suceden los hechos posteriores, delatan para Colombo (Peter Falk) la supuesta implicación que ve en el comisario Halperin y su amigo y cómplice Caldwell, después de encontrar contradictorias pruebas que al parecer no concuerdan demasiado con la percepción que tiene de los hechos tras conocer entre otras, las declaraciones de la señora, Margaret Halperin (Rosemary Murphy) esposa del comisario poco antes de desaparecer de forma violenta, aclarando ubicaciones importantes en la trascendental escena de alcoba en la que el calculador Murphy ha puesto su empeño para desviar las posibles sospechas.

La intervención (entre otros habituales) del gran secundario Val Avery en el papel de Artie Jessup (ladrón de joyas venido a menos), dan a la trama un giro positivo en la narración. Colombo, llevado por el interés del comisario en investigarlo y, tras entrevistarlo, cree que no solo conoce bien a Jessup, sino que este, tras una sincera charla entre ambos le puede ser de gran ayuda en la trampa final que acabará sacando a la luz a los verdaderos culpables de los asesinatos, con la ayuda además del teniente Duffy (John Finnegan) otro importante secundario de la serie, siempre en papeles diferentes, igual que Val Avery.

La infalible artimaña de Colombo preparada con la participación de Artie y los necesarios cebos sobre el sospechoso principal, dan contundentes resultados y la revelación de los culpables en un escenario imposible de imaginar, donde se pretendía inculpar a un ladrón de tercera que solo robaba joyas, añoraba a sus amigos en la trena y soportaba los caprichos de su mujer Thelma (Eleanor Zee) como mejor podía.

Gran guión de Peter S. Fischer, la buena ambientación en la fotografía conseguida por William Cronjager que junto a la música de Dick DeBenedictis y Billy Goldenberg, ponen el fin a la tercera temporada de la serie por la que han pasado señoras obsesionadas por el cutis, espirituosos vinos envenenados de celo, oscuros aspirantes a la política, ambiciosos gemelos celosos de herencias, fríos y calculados editores, robots cibernéticos, cantantes poco convencidos de sus mensajes y amigos que de verdad a medias.

Complemento genealógico: Colombo cita en una ocasión a su mujer, su cuñado, su cuñada, su sobrino y su sobrina.
avanti
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6
1 de febrero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Swan song (El canto del cisne, dirigida por Nicholas Colasanto en 1974 es el séptimo telefilm de la tercera temporada y veinticuatro de la serie donde el realizador trata los temas del afán de poseer, la lujuria encubierta, la coacción y la fe de manera desigual aunque manteniendo el centro del interés en la recaudación necesaria para la construcción de un tabernáculo donde pueda reunir a los incondicionales seguidores en los actos masivos de fe organizados por el matrimonio Tommy Brown (Johnny Cash) y Edna Basket Brown (Ida Lupino) junto a la joven Maryann Cobb (Bonnie Van Dyke) protegida de Edna.

Instaladas las diferencias entre el matrimonio por el modo de llevar las cosas, Tommy decide que debe hacer algo para liberarse de la encubierta opresión que sufre, atado a las exigencias del proyecto y, forzado a cumplir su parte, teniendo su origen en los desvaríos amorosos no confesables de un pasado no muy lejano, decide que es el momento de liberarse de la obsesión tiránica de su visionaria esposa y de su ambicioso proyecto.

Colasanto nos ofrece con todo lujo de detalles los elementos necesarios que utilizará Brown para su venganza, lo que le facilitará así liberarse de la silenciosa opresión en la que vive. Calculado hasta el milímetro, y teniendo como aliado al mal tiempo y algo de café, pone finalmente en marcha su plan, del que el receloso hermano de Edna, Luke Basket (Bill McKinney), siempre sospechó, manteniendo la animadversión y desconfianza hacia su cuñado.

Roland Pangborn (John Dehner), encargado para inspeccionar el lugar del accidente aéreo, cree que fueron las causas naturales las que lo produjo, cosa esta en la que Colombo, enviado al lugar del accidente por requerimiento de la policía de Los Angeles en cumplimiento a la denuncia de Luke para investigar las causas de la muerte de su hermana, no lo ve claro.

Los primeros indicios sobre el terreno y los restos de la accidentada avioneta, le sugieren al teniente que hubo manipulación humana para conseguir finalmente la consumación del trágico accidente, al que sobrevivió su piloto Tommy Brown con el resultado de algunas contusiones, liberándose así de pasar por los servicios funerarios tan espléndidamente representados por Mr. Grindell (Vito Scotti) gran secundario en la serie con personajes espléndidamente interpretados.

La suspicacia de Luke, frente al silenciado pasado de Tommy, su irrefrenable galanteo (entre los cuales Tina (Janit Baldwin) secretaria) y, la perdida de la fe en el proyecto espiritual de su hermana, convierte la narración en la fracasada manifestación de un alma perdida que solo quería algo más bienes materiales, vivir con holgura y disfrutar abiertamente de la vida a la que solo le pedía ser feliz, pesando finalmente más la conciencia que el deseo frente a los hechos demostrados por un espiritual Colombo y las pruebas humanas del delito, solucionando así el caso de El canto del cisne.

Complemento genealógico: Colombo cita a su mujer en tres ocasiones y, indirectamente otro personaje en una ocasión, además, Colombo confirma en una conversación su origen italiano.
avanti
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7
31 de enero de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mind over mayhem (Mente mutilada) dirigida por Alf Kjellinen 1974 es el sexto telefilm de la tercera temporada y veintitrés de la serie donde se narra el desvarío y las artimañas del Dr. Marshall Cahill (José Ferrer) hiperproteccionista padre capaz de cualquier cosa para convencer a su hijo Neil Cahill (Robert Walker Jr) que es un genio y que ha de aceptar el reconocimiento general de sus investigaciones científicas, cosa a la que se muestra radicalmente en contra el veterano Dr. Howard Nicholson (Lew Ayres).

El conflicto está servido por medio el descubrimiento de un plagio integral sobre unas investigaciones científicas pertenecientes a un autor fallecido. Desde ese instante y, en vísperas de ser reconocida y premiada su labor, el doctor Marshall ante la indecisión y la duda de su hijo decide tomar cartas en el asusto sobre el único obstáculo que se le presenta para mayor gloria de su ego paternal.

En la preparación del escenario del crimen, el Dr. Marshall mueve las fichas necesarias para llevarlo a cabo implicando en su treta entre otros al robot MM7 (Robbie, en ‘Planeta prohibido’ (1956) de Fred M. Wilcox) controlado por el niño superdotado Steve Spelberg (Lee Montgomery) que colabora en el Centro de Estudios Cibernéticos, quien por medio de una hábil artimaña Marshall lo envía al cine en compañía de Murph (Art Batanides) el receloso mecánico que acepta el encargo del maquiavélico doctor, reduciéndose así los obstáculos para la malvada acción.

Con el atrezzo necesario y Colombo entre computadoras, se cumple la fatal perspectiva del Dr. Marshall y su posterior simulación de falsas pistas que al parecer solo nuestro teniente saber encontrar, lo que le llevará hasta las entrevistas con los diferentes personajes entre los cuales la psicóloga Margaret Nicholsoncox (Jessica Walter) la joven esposa del malogrado Dr. Howard.

El acecho continuado de Colombo al principal sospechoso debido a las pistas halladas, se vuelve progresivamente irrespirable, poniendo a prueba al protector padre que, tras cerciorarse sobre la agravada situación de su hijo Neil, decide finalmente poner solución a la asfixiante situación imposible de encubrir por más tiempo.

Complemento genealógico: Colombo cita a su mujer en cinco ocasiones; otro personaje lo hace en una ocasión; además, Colombo cita en una ocasión a sus hijos y a la madre de su mujer.
avanti
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6
26 de enero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Publish or Perish (Publicar o morir) dirigida por Robert Butler en 1974, es el quinto telefilm de la tercera temporada y veintidós de la serie (pilotos incluidos). En su segunda colaboración (en 1973 dirigió Doble Shock), el realizador nos cuenta la historia de una venganza por despecho a cualquier precio de Riley Greenleaf (Jack Cassidy) editor venido a menos que no está dispuesto a deshacerse de Alan Mallory (Mickey Spillane) para irse a la competencia en su deseo de mejorar sus narraciones y probar otros ámbitos de estilo narrativo.

En su huida hacia la venganza Riley no duda en usar cualquier treta, contra el escritor que se atrevió a cambiar de editorial y orientación estilística influido por los consejos de Eileen McRae (Mariette Hartley) su agente literaria y el editor Jeffrey Neal (Jacques Aubuchon).El realizador de acuerdo con la línea general en las narraciones de la serie y, una vez conocidos los personajes entorno a los cuales girará la narración en la que nos previene con la acciones y los hechos consumados de Riley Greenleaf y el peligroso exmarine Eddie Kane (John Davis Chandler).

Colombo desprevenido por (como suele ser habitual) la llamada de sus superiores, se presenta en el lugar de los hechos poniéndose al corriente sobre los movimientos del malogrado escritor Alan Mallory quien es brutalmente asesinado después de haber facilitado la acción el vengativo editor Riley Greenleaf.Una vez nuestro investigador se ha hecho con el caso, tras encontrar las pistas necesarias para iniciar sus contundentes pesquisas, le llevarán hasta el culpable de los hechos quien, en su macabro plan se asegura cerrar posibles vías de escape a quien fue pagado para la acción criminal brindando por el éxito de la macabra acción.

Los necesarios secundarios a los que Colombo nos lleva para redondear Publish or Perish, nos lleva hasta, entre otros,al estirado Metre (Vern Rowe), el ayudante Investigador Lou D’Allessandro (Gregory Sierra) y, al sargento Young (Paul Shenar) o también al desconfiado y pertinaz abogado David Chase (Alan Fudge) que, junto al imprescindible atrezzo que requiere la historia narrada, completa un metraje en plenitud narrativa de la serie.

Llama la atención la referencia explícita que Colombo hace a un caso anterior referido a un candidato a gobernador perteneciente al telefilm ‘Candidato al crimen (1973), así como al novedoso uso de la multipantalla o pantalla partida que Robert Butler utiliza para mostrar las secuencias que directa o indirectamente llevan hasta la culminación del asesinato investigado.

Complemento genealógico: Colombo cita en tres ocasiones a su mujer (una indirectamente); también cita en una ocasión a su familia de forma genérica, citando también en otra ocasión a un primo de su mujer.
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6
21 de enero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Double exposure (Jugada doble), dirigida por Richard Quine en 1973 es el cuarto telefilm de la tercera temporada y veintiuno de la serie. Se trata de la tercera colaboración de Quine en la serie (‘Fuera mancha maldita’ (1972) y ‘Una estrella fugaz’ (1973). El Dr. Bart Kepple (Robert Culp) es un celoso guardián de su empresa de asesoría, investigación y documentación para la imagen y la publicidad en el consumo, así como de su trabajo, enfrentado al convincente cliente Vic Norris (Robert Middleton) quien le reclama unos negativos que le pueden implicar en un lio de faldas, de no hacerlo, está dispuesto a denunciar la manera poco licita que el doctor Bart ha usado para levantar su centro.

Previamente y una vez meditada la trama con mensajes subliminales como arma psicológica, durante la proyección de un breve documental, mueve las fichas necesarias para crear falsas pistas en las que implica vía teléfono con voz simulada a la señora Norris (Louise Latham) sobre la infidelidad de su marido con la modelo de spots publicitarios Tanya Baker (Arlene Martel) invitándole a descubrirlo infraganti. Así las cosas, según el plan previsto al que asistimos, a Bart parece que su plan se va cumpliendo según lo planeado.

Durante la proyección del documental influido sin saberlo por el mensaje subliminal que contiene el visionado, Vic Norris siente un irrefrenable deseo de beber agua como consecuencia de haber comido demasiado caviar ofrecido previamente por Bart, excusándose por unos momentos de la proyección, para saciar su sed, momento en el que Bart se ausenta por medio de una treta tecnológica suplantando su propia voz, suficiente para quitar del medio a Vic Norris, y reintegrarse a la proyección en su fase final, habiéndose creado así la coartada perfecta para no despertar ninguna sospecha entre los invitados a la proyección.

Para Colombo, las primeras pistas se relacionan entre sí, argumento suficiente para comenzar a tejer la tela de araña que irremisiblemente llevará a atrapar al autor material de los asesinatos ya que, un curioso proyeccionista Roger White (Chuck McCann) se percata incidentalmente de las argucias del doctor Kepple, intentando sacar provecho pecuniario, lo que saca es su propio asesinato. La acumulación de pistas, los horarios contradictorios asociados a los hechos, las falsas pistas psicológicas en modo subliminal y la deducible reacción del doctor a las subliminales imágenes en una proyección hábilmente introducidas por Colombo con la ayuda del fotógrafo Milt (Danny Goldman) hacen que el esquivo asesino se descubra a sí mismo tras comprobar que la pista que tenía oculta para esclarecer el caso la tenía guardada, siendo fotografiado en el momento de la comprobación.

Un metraje en el que los protagonistas principales conscientes de las posiciones de cada cual inician el juego del gato y el ratón, con un subliminal Colombo, en su sabía intuición cree desde el primer momento que el doctor Kepple es el asesino, pero este es esquivo, escurridizo, sagaz, minimiza las acciones de Colombo con cierta suficiencia, escudándose en sus estudios sobre conductas de masas en el mercado libre del comercio, unos estudios que, en el caso que nos ocupa, no sirvieron al asesino para escabullirse de la sagacidad de nuestro lógico e intuitivo detective.

Complemento genealógico: Colombo cita en una ocasión a un tío suyo, y cuatro veces a su mujer (una de forma indirecta)
avanti
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