Es una película digna, ciertamente, y se deja ver. Sin embargo, todo nos suena. A pesar de su aceptable factura y algunas licencias o juegos de cámara que se permite su director (por ejemplo en el uso del CCTV de la nave o acertados primeros planos), la película no es nada original ya que mezcla elementos de otras cintas del género de ciencia ficción (2001, Event Horizon, Sunshine, Solaris, y un largo etcétera) para ofrecernos un producto que, siendo mediocre, resulta entretenido merced a sus dos partes bien diferenciadas y a su giro de guión.

Por lo demás, el trabajo actoral deja bastante que desear si exceptuamos a la protagonista y al holograma encargado por Phil Davis. Los efectos especiales son si no buenos bastante dignos, especialmente las secuencias exteriores. En cuanto a los interiores y al atrezzo, rozan lo cutre con unos trajes de astronauta de mono de taller y casco de moto o unos puestos de mando de la nave con sillón gamer de play station.

De un miedo constante, sostenido, elaborado y de un terror fundado, desconocido y angustioso que descubrimos en la primera parte de Insidious pasamos ahora a una cinta de sustos. Desde la pobre y manida argucia hollywoodiense del susto de la cara malévola que aparece de repente y que es acompañada simultáneamente con un golpe de percusión hasta las transformaciones de algunos personajes en súperguerreros de la otra dimensión, esta película se convierte en una cinta de terror autónoma y del montón. A pesar de que intenta constantemente hacer guiños a los capítulos anteriores, esta entrega carece de la originalidad y de la sorpresa de la primera parte. Aunque algún susto está bastante logrado, lo cierto es que no es un filme que mantenga en tensión al espectador como sí lo hizo la primera, menos aún cuando se permiten la licencia de introducir pseudochistes o bromitas para rebajar o suavizar los momentos más dramáticos.
No me gusta cómo se ha dirigido a los actores, el tal Whannell ha explotado hasta la exageración a Lin Shaye mientras que otros personajes quedan desdibujados y perdidos en escena. En cuanto a Stefanie Scott, he de decir que es el papel más convincente de la película y hasta podría decirse que se dirige a sí misma,
Prólogo e interludios largos, casi rozando el aburrimiento, se alternan con sorpresas y sustos que consiguen un aprobado. El juego con los espacios interiores es bueno, en mi opinión, y consigue inquietar por momentos, así como la música que acompaña a las partes rodadas en la otra dimensión, pocas a mi entender y no tan bien llevadas como lo hacía Wan.

...puesto que sabéis cómo cargaros una película.
Con una primera media hora algo floja, digna de cualquier telefilme de misterio o thriller de sobremesa, la película nos va introduciendo lentamente en un ambiente de terror auténtico, merced a unos efectos de claroscuro muy logrados, una acertada utilización de las cámaras, especialmente los primeros planos de la muñeca, y una sincronía exacta entre música y desarrollo de la trama. La dirección es, en mi opinión, casi de sobresaliente, y los personajes principales se van perfilando gradualmente hasta lograr unas cotas de actuación bastante convincentes. Salvo algún "punto" de miedo, por tonto y esperadísimo, propio de Scream o de Viernes 13, el resto de las situaciones de terror están muy conseguidas y provocan estremecimiento real, al menos en el cine. No soy fácilmente impresionable por el cine de terror, pero esta película consigue progresivamente que las sensaciones experimentadas sean ciertamente de miedo y de angustia (abajo cito algunas). Además, la propia Annabelle parece, a pesar de su hieratismo, un personaje real y que soporta parte del trabajo actoral pese a ser una muñeca!! Hasta ahí lo bueno, pues Leonetti (y por extensión, Wan) permiten que llegue un guionista del tres al cuarto y estropee lo que pudo haber sido algo parecido a Insidious o Expediente Warren. La introducción cierto personaje femenino (más datos abajo) desconcierta más que aporta, y contribuye a un final, algo maquillado por el epílogo, estúpido e idiota, no sé aún si por esperado o por insultante hacia el espectador. Otro guionista que merece el destierro. O mejor, que se ponga en huelga y no escriba más guiones de mierda.

Y no me refiero a los directores de esta atrevida cinta, sino a las críticas que he leído aquí. Suspender a esta cinta es suspender al cine, bien por no conocer adecuadamente el séptimo arte, bien por no haber echado toda la inteligencia en el asador al visionarla.
Y es que se trata de una película-collage, donde se trata de muchos temas y en donde su director intenta darles coherencia, o quizás no, porque sencillamente esta película no puede tenerla. Un argumento que juega con el espacio-tiempo, las relaciones familiares y humanas, la religión y las sectas es difícil que posea dicha coherencia.
Es cine para amantes del cine, del misterio, de la ciencia ficción. Una satisfacción visual, donde el elemento sorpresivo, la complejidad y las claves vienen introducidos paulatinamente, primero por boca de los personajes y por juegos de artificio, y luego visual y directamente a través de los efectos especiales, que sin ser del todo excelentes, cumplen sobradamente. No entraré ahora a detallar todos los aspectos positivos de la cinta, que los tiene, desde recursos típicos de las vanguardias hasta un elenco que realiza bien su trabajo (salvo alguna excepción) pasando por el juego (o empanada) mental a que nos llevan sus guionistas/directores, o también por su música o su fotografía o imágenes hipnóticas. Filme bien construído dentro de su propia lógica, con ciertas licencias ciertamente, pero alejado de la basura comercial y la banderita patriótica a que nos tiene acostumbrados día sí y día también el cine de los States