Esa es la palabra que me viene a la mente cuando pienso en Muchachada y sus personajes. Aquí hay un maestro muy especial, Joaquín Reyes y su particular mundo, con un humor único, distinto a todo lo visto. Cada espacio cuenta con varias de sus imitaciones, nadie se salva, desde Quentin Tarantino, pasando por Michael Jackson, Macaulay Culkin, Larsss Von Trierrrrrr, Chuck Norris, Bud Spencer, etc... y a todos los clava. Si son alguien, estarán en Celebrities.
Acompañado por un grupo de compañeros de autentico lujo, como Ernesto Sevilla o también llamado ¡Marciaaaallll... Ruiz Escribano, pa serviros! Julián López, al que recordamos como Perro Muchacho o el gran Juan José El hombre asqueroso. Después están otros como Carlos Areces (El bonico del To, El joven Rappel), Pablo Chiapella, Raúl Cimas o Antonio Tato. Todos dejan algún personaje en la memoria colectiva.
Después esta las secciones animadas, como Los Klamstein, tan odiada por unos como querida por otros, Montgomery y Clift o el mítico, no hay otra palabra que lo defina tan bien, Enjuto Mojamuto. Personaje del que soy un fan declarado.
Y no me puedo olvidar del espacio Mundo Viejuno. Un despiporre.
Muchachada Nui es un programa único, diferente, de lo mejor que ha parido la televisión en años. Su humor puede que no te encaje al principio, incluso que te resulte indigesto la primera vez, o que posteriormente resulte algo repetitivo, pero una vez te adaptas a este personal estilo y aceptas sus fallos y sus carencias, se vuelve adictivo.

Aquí me veo intentando hacer una crítica de El bueno, el feo y el malo... Imposible amigos. Y todo lo positivo que pueda decir de ella, sería poco.
Cada vez que pienso en esta película, me viene a la mente mi infancia llena de recuerdos.
Recuerdo cuando veía en una vieja televisión a tres personajes en busca de un buen pulñado de dólares. Recuerdo que deseaba que no terminara su aventura.
Recuerdo al Rubio, sus frases, contundentes es poco, eran rotundas, aplastantes, sentencias. Mencionarlas seria inútil, imaginarlas en boca de Eastwood sería bonito, pero oírlas produce esa sensación de regocijo interior que provoca una sonrisilla cómplice, disfrutas de cada una de sus palabras. Recuerdo su andar elegante, incluso sufriendo en el desierto, que es por cierto, uno de los momentos míticos de la película.
Según dicen algunos, es un Dios que desciende a la tierra para jugar con los hombres, pero entre nosotros se le puede definir como un zorro astuto, inteligente, el bueno.
Recuerdo las andanzas de Tuco, el feo. Que es uno de los picaros más grandes, si no el más grande, de la historia del cine. Cuando estaba con la soga al cuello, a mí también el diablo me mordía las nalgas.
¿A quién no le cae bien Tuco? Me arriesgo a decir que a nadie. Simplemente tengo que dar las gracias a Elli Wallach por dejarnos a un personaje inolvidable, si es que no lo son los tres, que lo son.
Recuerdo al tercero en discordia, Sentencia. Sin duda Lee Van Cleef dejo aquí su mejor personaje. Bueno, quizá igualado por el del coronel en La muerte tenía un precio.
Aun nos preguntamos algunos porque uno solo tiene que ser el malo, siendo todos unos piezas de cuidado.

Blade Runner es la culminación de la ciencia ficción, de la perfección más absoluta que se pueda alcanzar en el séptimo arte. El final del camino que otros clásicos como Metrópolis de Fritz Lang, impusieron en el género. Y al mismo tiempo es el origen, el comienzo, el ejemplo a seguir para el futuro, el lugar al que mirar desde el justo momento de su nacimiento.
El año de mi nacimiento también es 1982, quizás sea uno de los motivos que hacen que esté enamorado de esta película. El mismo año que murió Philip K. Dick, el genio visionario de la ciencia ficción que creó todo este mundo con la novela, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?.
Tengo un vínculo especial con esta película, con su historia, con sus dilemas existenciales que son los de cualquier ser humano y que deseo que si tienen que terminar, lo hagan al final de mis días. vínculo que lejos de perderse como lágrimas en la lluvia, va forjándose conforme pasan los años, durante toda mi vida.
Harrison Ford es Rick Deckard, ex-policía, ex-blade runner, ex-asesino. El mejor blade runner, el que tiene esa magia. Un auténtico cazador de replicantes, capaz de todo. No duda en disparar por la espalda si la situación lo requiere, aunque su presa sea una mujer. Despréciate luego. Por eso es el mejor de todos. Bendita voz en off.
Rutger Hauer es Roy Batty, el replicante que busca lo que buscamos todos. Las respuestas a esas preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez.
Tiempo, el suficiente.
Todo en esta película es como tenía que ser, todos están Perfectos; Gaff, Rachel, Tyrell, Briant, J.F. Sebastian, Pris, Leon, Zhora, Holden, Chew, hasta el maestro sushi. Por eso es Blade Runner.
Solo puedo agradecer a todas las personas que hicieron esta película realidad, por dejarme un mundo con el que soñar. En una ciudad de noches eternas, humo y neones acompañado en todo momento por la impresionante banda sonora de Vangelis. Mirar al cielo y ver pasar un zeppelín con pantalla publicitaria, que me hable de la vida que me espera en las colonias del mundo exterior. De la ocasión de volver a empezar en una tierra de grandes oportunidades y aventuras. Un lugar en el que poder refugiarse de la lluvia en un puesto de comida y pedir un poco de sushi.
Lástima que algún día tengamos que morir y dejar de vivir películas como esta...Pero ¿quien vive?.

Enmarcada en el siempre farragoso género de la comedia bélica, Aquel maldito tren blindado es una película con un argumento tan absolutamente disparatado, que uno no se pregunta si puede ser real, sino que se dice a si mismo que es tal el desbarre fílmico que tiene que haber pasado realmente o como mínimo algún suceso similar. Y ya se sabe que la realidad siempre supera a la ficción, aunque siempre se puede llevar uno sorpresas, como ocurre con esta película.
Sin casi respiro asistimos a un no parar de disparos por todos lados.
Lejos quedan para esta, películas a las que quiere emular como son Los violentos de Kelly o Doce del patíbulo. De la primera coge el toque cómico de sus personajes y situaciones, de la segunda coge la idea de que los protagonistas sean condenados y también que figure un negro en medio del reparto, que servirá para un montón de situaciones cómicas. Sobre todo dando por hecho que ese puñado de hombres se tendrán que hacer pasar mas de una vez por alemanes. Además tendrán uno como aliado al principio de la película.
Es de esta forma como en su huida hacia Suiza, se verán inmersos sin quererlo y por equivocación, en una misión suicida.
También homenajea ligeramente a La gran Evasión, en particular al gran Steve Mcqueen y su carrera en la motocicleta huyendo de las balas alemanas, aquí protagonizada por un gracioso con bigote.
No se puede negar que como película bélica no llega al mínimo de rigor histórico aceptable para ser valorada como un titulo a tener en cuenta, al margen de que como comedia bélica esta llena de bastadas y sobradas por todos lados. Pero tampoco se puede negar que si se ve sin reticencia alguna, llega a entretener con sus continuos tiroteos y sus situaciones de gran hilaridad, proponiéndoselo en unas y sin proponérselo en otras tantas.

Preciosa aventura entre un piloto que se estrella accidentalmente y una acompañante muy especial, que le ayudara a sobrevivir, aunque el creía que seria al contrario.
Barry Pepper, el cual aparecía como Jackson, el francotirador en Salvar al soldado Ryan o en Ajuste de cuentas, muestra en Perdidos en la nieve un personaje duro, Charlie Halliday. En un principio reticente y antipático con la joven Kanaalaq, Annabella Piugattuk, una esquimal enferma de tuberculosis. con la que tendrá que entenderse forzosamente y que le enseñara una lección de humanidad a Charlie, mientras al mismo tiempo se gana su respeto. Ella le cuidara, curara sus heridas, dedicara el tiempo a cazar y pescar para la supervivencia de los dos. En definitiva una bonita historia, que cuenta con una base que ya planteaban películas como Infierno en el Pacifico o Enemigo mío; el entendimiento y la comprensión entre razas.
Destacan unos cuantos momentos de gran calidez entre los dos (la joven enamora con el paso del tiempo), y la excelente fotografía de la película, con esos hermosos paisajes nevados canadienses.