La película tiene cosas extraordinarias. Casi perfectas. El director ha hecho un trabajo impecable. Los del casting; (la niña merece mención especial por no ser un adulto y actuar con la perfección de un muy experimentado actor) sobresaliente. El guión que en principio parece otro enfoque de una historia ya conocida, gira, conmueve y aún cuando uno da por bueno el final, ora si ora no, convencional, le da otra vuelta de tuerca. Tiene fondo y trasfondo.
Qué le resta a mi modo de ver? Si lo digo me tomarán por xenófobo...
Lo digo!. Es Belga. Y no está rodada en inglés claro, pero tampoco en francés, ni en alemán. Está en neerlandés. Los actores dominan el inglés, se nota en las muchas ocasiones que cantan, pero dialogan en neerlandés. Supongo que es genial que un actor se exprese en su lengua materna (tengo que creer que son parte de los más de 6 millones de belgas que hablan ese idioma. Quiero creer que la mayor parte de los 16 millones de holandeses los entienden en V.O.) y que no es lo mismo actuar en una lengua que en otra -por muy bilingüe que seas como deben serlo-.
Lo reconozco; no me gustan los yoísmos ni los nosotrosmismos, prefiero la mundanidad de lo global. Y la película, a pesar de su Country, su Bluegrass Country, es muy muy belga. Gris. Lluviosa. Belga del norte de Bélgica.
Aún así es buenísima porque transmite mucho. Frío, tristeza, congoja, dolor. E invita a la reflexión.( ¿ ¡ Porqué ! ? )
Si no me hubiese dejado tan vacío le hubiese dado un 8 o un 9. Pero creo que no. No quiero.
Necesito ver el sol.

Poco se puede añadir al título. Lenta?. Larga?. Amarga?. Quizás peque algo de aquesto último. Pero es que no dice: La gran "y perfecta" belleza, no.
A ratos entretenida, a ratos esperando que lo sea, consigue en conjunto ser una obra admirable. Lleva enseñanza, mala leche, corazón y ese batiburrillo de caos que, según dicen, caracteriza vida y tráfico de la ciudad eterna.

Sucesión de ideas sobre el sexo de una mujer poco convencional. (Lars no lo es, sus actores tampoco). Poco que decir, sólo mirar, atentamente, ligeramente incómodo. Más por los decorados que por la sucesión de representaciones actorales. Todos muy bien, se entregan con pasión a la lección magistral de Trier.
Dosis de humor. Lars, Lars, me matas.
Y una profusa muestra del porqué Ikea es el no-va-más de la decoración patria en Suecia, resto de Escandinavia (Escondi-nabia) & países nórdicos ( Dinamarca incluida, claro).
Finalmente una sensación de que hay una importante enseñanza por alguna parte, que tras un sueño reparador tal vez logre rescatar del subconsciente.
Um, quizás cuando vea la primera parte...

El divertimento, de fácil digestión, busca sorprender y esquiva los caminos más trillados de la comedia dramática Disney. Finalmente uno se siente gratamente complacido con el banquete que no ha resultado pesado. Disimulamos un educado eructo y emprendemos la retirada acariciándonos suavemente la panza. Luego, en el intestino, las pildoritas con envoltorio protector descargan su contenido emocional. Interesante. No convencional. O sí, pero amablemente contradictorio, dulcemente transgresor.

Una pena que no se pueda puntuar con decimales; ésta sería un 7,9. No 8 porque ese lo reservo para aquellas que van desde ese dígito al 8,9. Disquisiciones numéricas aparte se trata de un producto muy bien acabado. Buenos ingredientes ( guión, actores, dirección, puesta en escena...), cuidadosa elaboración y un punto extra de fórmula secreta que para much@s pasará desapercibido (o no). Un trasfondo más trascendente de lo que a priori podría parecer. Porque no sólo de corrupción y grandes estafas vive y respira esta película. Sentimientos muy difíciles de expresar pueden , algunos lo comprobarán, comprenderse tan claramente como..., como aquello que a cada uno le resulta de lo más obvio.