Orson Welles, con problemas con las productoras de hollywood que ya todos conocemos de sobra, huye a Europa buscando mayor libertad artística.
Mr. Arkadin es la primera de una serie de películas rodadas en Europa, quizá no tan importantes como sus grandes películas en Hollywood pero no por ello son menos interesantes o geniales.

Mr. Arkadin intenta deconstruir un personaje muy al estilo Charlie Kane (multimillonario dueño de medio mundo y con empleados por doquier) para ofrecernos su particular visión sobre la difusa línea que separa el bien y el mal.

Y esque, pese a ser un déspota, Gregory Arkadin no deja de ser una persona, y al igual que todo el mundo tiene miedo, y también amor.

Como toda la filmografía de este genial director, Mr. Arkadin es altamente recomendable.

Hago esta crítica como fan de la saga, pero también como atacador de todo el uso que se le está dando al mundo del videojuego. Empezando porque los propios juegos en sí, pocas veces tienen un argumento que merezca ser contado en forma de película. Pero vayamos al tema.

Silent Hill relata la historia de un antiguo pueblo, un pueblo que sufre una maldición. Nada que no hayamos visto nunca, bueno, casi. La hija de Rose, sonámbula, habla de un misterioso pueblo llamado Silent Hill. Rose, desesperada por los problemas de su hija, no duda en acudir al pueblo para ver qué coño es eso de Silent Hill.

Silent Hill es una película que peca de intentar complacer a los fans de la saga, contando con un argumento enrevesado en su elaboración pero acaba resultando bastante simplón y absurdo. Personajes que no dejan demasiada huella y que a veces resultan bastante tópicos. Pero lo realmente interesante del film no es su argumento, es intentar dar miedo a base de no dar sustos (con un par). El problema es el de siempre, que no da miedo, y ya se sabe que el cajón de las pelis malas está lleno de buenas intenciones (y esta película las tiene).

¿Por qué guardo cariño por esta película? Por su elaborado trabajo artístico, ese mundo de pesadillas lleno de óxido y chirríos es realmente alucinante. Lo que hecho yo de menos es algo de locura en esos personajes que permanecen impasibles después de haber pasado por el propio infierno, al menos yo estaría cagado de miedo.

''La caja tonta'', todos hemos escuchado esa frase alguna vez. Tus padres te lo decían cuando te tirabas horas viendo la tele, los profesores defendían a capa y espada los libros y tachaban la televisión como un entretenimiento estúpido, todos estaban en contra de la tele.

La tele tenía un hermano mayor, se llamaba cine. Él era el hijo pródigo, mucho más viejo que ella. Puede que todos los ojos se centraran en la pequeña de la familia pero los halagos y el respeto eran para el varón. Todos admiraban lo que contaba y cómo lo contaban, mientras él relataba historias la gente le escuchaba mientras lloraba reía o simplemente se quedaba maravillado ante tanto talento.

Algo le pasó al hermano mayor. Sus historias ya no eran tan buenas, de hecho la gente creía haberlas escuchado ya. La gente ya no se emocionaba, la gente ya no admiraba lo que escuchaba. De vez en cuando tenía algo que les volvía a hacer dar volteretas, pero esas historias eran pocas y escucharlas era como encontrar diamantes.

Pero su hermana aprendía, había crecido y algo dentro de ella se había forjado. La tele también escuchaba al hermano con la admiración de todos, también sabía apreciar el tacto de un libro y todo en ella era pasión, quería contar sus propias historias.

Y la caja empezó a hacerlo. La mayor parte de ellas les hacía recordar a los que la escuchaban todas aquellas buenas historias que contaba su hermano. La gente empezó a sentir palpitaciones cada vez que se sentaban a escuchar.

Y esta es la historia de como unos cuantos autores y cadenas han dejado el orden de las cosas patas arriba. Han cambiado todos los valores que para nosotros eran Dogma, han hecho que la televisión sea digna de admiración (al menos la del otro lado del Atlántico). Y David Simon, uno de los baluartes del arte en nuestra pequeña pantalla lo ha vuelto hacer. Nos ha vuelto a contar una historia de pérdidas, de injusticias y sobre todo de personas. Y esta vez no utiliza escuchas, ni teléfonos, ni buscas, ni drogas. Esta vez los que hablan son los trombones, los saxos, los pianos, los violines, y toda la gente que ha sufrido una gran catástrofe y que siguen levantándose día a día para poder sobrevivir, aunque el gas no funcione, aunque no puedan entrar en sus propias casas, aunque no encuentren a sus familiares.

Algunos gritan y alzan la voz, otros han sobrevivido al Katrina, pero en realidad murieron ese fatídico día. Aún queda el Mardi Gras, los locales de jazz y r&b y toda esa gente llena de amor por la música, pero la ciudad sigue llorando a pesar de que lo hagan bailando.

Me alegro de estar viviendo la época dorada de la televisión.

Desde hace ya algunos años llevo tragando como loco películas de miedo. La razón principal esque me entretienen mucho (por muy malas que sean) y la otra gran razón es sentir lo que sentía de pequeño cuando veía una de esas películas: terror.
Pocas pelis me han hecho acojonarme en serio, The Ring (la versión japonesa) me sorprendió gratamente, aunque el argumento era bastante pobre y realmente sólo acojonaba la parte final.
Rec me impresionó en el cine, nunca había sentido tanta tensión, pero fue verla una segunda vez y perder todo el encanto (y para mí las buenas películas JAMÁS pierden encanto, por mucho que las veas).
Mucho he oído sobre ''Al final de la escalera'' que si la peli fetiche de Amenábar (lo cual no me decía mucho porque es un director que me apesta) que si era una de las pelis mas terroríficas de la historia. Bueno, me ha decepcionado, pero vayamos por puntos.

Recuerdo ver esa interesante peli de 60 minutos llamada ''El fin del mundo en 35 mm'' del querido Johnny Carpenter. Recuerdo la gran decepción que me llevé al final cuando pude visulmbrar esa terrible cinta que acabó siendo no tan terrible. Aquí me sucede algo por el estilo. Por lo general no soy fan de las pelis de terror que se sustentan en una investigación sobre algo que ocurrió hace ya. Realmente creo que no me interesa saber porque está ese niño ahí porque me parece más terrorífico no saberlo. El miedo a lo desconocido, el miedo a aquello que no comprendemos ni comprenderemos. Como eso no hay nada. Pero vamos, una opinión personal.
Podría verlo de otro modo, podría pensar que no es un film de terror propiamente dicho, su función no esque te cagues en los pantalones, más bien que disfrutes con una historia interesante con dosis de terror dosificadas. Pues si esto fuera así estaría en las mismas, la historia no me emociona, no me importa. Me sobra. Nuevamente, opinión personal.

Pero eso sí, la peli no es mala. Consigue crear una atmósfera (aunque no me parezca terrorífica) las interpretaciones son bastante correctas, sobre todo la de George C. Scott. Todo muy creíble. Y por suerte no recurre al susto fácil, me parece uno de los mayores errores del cine de terror.

Lo mejor: La bola cayendo de la escalera, la silla de ruedas, la sesión de esoterismo.

HBO es una cadena que siempre te depara sorpresas. Y siempre de calidad.
Los Soprano fue una apuesta difícil, y más partiendo de un tema tan trillado como es el hampa y la cosa nostra. Pero al igual que Goodfellas dista muchísimo de El Padrino (no me refiero a calidad, sino a temática) Los Soprano hace lo propio con todas las películas hechas y por hacer.
Tan sólo centrándose en la vida de Tony Soprano, sus problemas psicológicos y su doble vida familiar, la serie ya hubiera dado para rato. Pero no. La calidad y profundidad de cada personaje es abrumadora, y eso se demuestra cuando uno coge cariño a personajes tan sádicos como Ralphie o la madre Soprano.
Volviendo al tema de películas sobre el hampa: muchos criticaron a Coppola y Scorsese por engrandecer a los capos de la mafia, aunque ese no es el asunto de esta crítica si me sirve para pasar a elogiar otro de los grandes aciertos de la serie: su objetividad. Los Soprano no elogia ni critica a ningún personaje, todos tienen sus razones; mejores o peores, pero sus razones después de todo.
Y conque facilidad nos muestran los sentimientos de estos personajes, nada de diálogos expositivos; un simple rostro, una imagen o un silencio bastan para que sepamos lo que está pasando por la cabeza de los personajes de la serie.
Si no has visto esta serie no se a qué esperas, junto con Roma una de las mejores series que ha hecho una mente humana.