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Críticas de Jinete nocturno
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Críticas 177
Críticas ordenadas por utilidad
8
28 de julio de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, y por más pesados que se te hagan los subtítulos, no se te ocurra ver esta película en otra versión que no sea la original. El doblaje es cáncer.
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Voy directo al grano: esperaba un telefílm sensiblero, y, contra pronóstico, me he encontrado con un film sobrio, sutil y extremadamente inteligente: capaz de meterte en la piel de sus personajes y que hace algo realmente meritorio: combinar la más hilarante comedia con un tono general de amargura. Muy recomendable.

Leo por aquí comparaciones con ‘Leaving Las vegas’ y ‘Días de vino y rosas’: por supuesto, para concluir que esta película es una mierda. Hombre, ya. Hasta ahí llegamos... Pero lamento decir que la comparación, además de injusta, es una gilipollez. Las citadas NO SON películas sobre el alcoholismo, sino sobre la pulsión de autodestrucción: sus personajes no están jodidos porque beban, sino que beben porque desean estar jodidos. Smashed, en cambio, si lo es. De hecho, es lo que Lynch llamaría una straight story: una idea directa, sencilla, sin grandes pretensiones; la historia de una chica corriente que, tras descubrir un día que se convertido en una alcohólica, trata de redimirse y rehacer su vida. Por tanto, no hay comparación posible.

Pero vayamos ya a la gran baza de la película que es, al mismo tiempo, su gran problema: Mary Elisabeth Winstead.

Esto no es Sálvame, así que no voy a especular con la clase de relación que unía a Ponsoldt (director/guionista) con Winstead, pero hay algo evidente: esta es una película hecha desde la fascinación absoluta y para su TOTAL lucimiento. En efecto, el autor parece haber construido su película y el personaje de Kate alrededor de Winstead y no al revés. Y que se me entienda, es el papel de su vida: está maravillosa: ríes con ella, lloras con ella, y, porque no decirlo, acabas irremisiblemente enamorándote de ella antes del minuto 30... De la actriz, no de su FALSARIO personaje: ESE ES EL PROBLEMA. Y es que lo que vemos en pantalla no es una alcohólica, sino a una espléndida actriz demostrándonos hasta qué punto podría llegar a resultar buena haciendo de alcohólica. Metacine involuntario.

En efecto, hay un problema grave de coherencia. Kate resulta ser un personaje tramposo y escrito con demasiado mimo: demasiado lúcido y "sobrio", con demasiado encanto. Pensado para que resulte imposible no empatizar con él. Lleva un cartelito con "achúchame" en la frente. Y eso, precisamente, lo hace inverosímil.

Un ejemplo: justo al principio de la película, Kate despierta tras una noche de borrachera con una resaca de caballo. Resulta que descubrimos que es maestra de infantil. Pues en lugar de mostrarnos lo previsible, el espectáculo patético de una mujer "drogi" tratando de vérselas con una veintena de críos aullando, se nos muestra a una chica divertida, dulce, encantadora hasta decir basta y llena de energía. Algo falla.

Por desgracia, todos los que nos la hemos visto con un alcohólico sabemos hasta qué punto pueden resultar odiosos, patéticos y autodestructivos. Aquí tal cosa nunca llega a mostrarse en toda su crudeza. El guion siempre se encarga de suavizar las situaciones más “chungas” lanzando un oportuno salvavidas en forma de humor (no vaya a ser que por un segundo dejemos de babear por ella). Así que jamás tenemos la impresión de estar viendo a un verdadero alcohólico. Más bien a una buena chica, dulzona y guapetona, un poco perdida.

A pesar de lo dicho, me reitero en que estamos ante un film muy recomendable: una curiosa e inteligente mezcla de comedia y drama que deja un magnifico y algo tristón sabor de boca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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6
19 de enero de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por si todavía no lo has visto, te lo aclaro: esta peli, por increíble que parezca, va de un montón de serpientes venenosas y con muy mala leche a las que un tipo un tanto cabrón mete en un avión de pasajeros: justo, mira por dónde, lo que su titulo sugiere.

Lo digo porque, viendo la nota media de la película y leyendo las críticas que ha dejado el personal, entre las que predomina la tendencia a despellejarla sin piedad, tiendo a pensar que algunos no consiguieron desentrañar las sutilezas del título y creyeron que iban a ver una adaptación de las memorias de Thomas de Quincey, del diario erótico-sentimental de Anaïs Nin o, quizás, una crónica de los últimos días de la Francia ocupada.

Pero no; esto, señores míos, no es más (ni menos) que una gamberrada de inequívoco espíritu “serie B” y sin más pretensión que la de hacer pasar un buen rato a base de gore de baratillo, situaciones absurdas, chistes malos y efectos especiales casposos: todo un homenaje al cine de género que no pretende ser tomada ni por un instante en serio. Y claro, partiendo de ahí, y reconociendo que es “muuu mala”, tampoco es cuestión de dramatizar ni de soltar obviedades al estilo de “La película es asquerosa, estúpida y absurda”.

Pues claro, coño, de eso se trata. ¿Ahora os enteráis, chavalines?

Y es que la película –que, desde luego, no es para todos los paladares- cumple perfectamente con su objetivo de garantizar una hora y tres cuartos de entretenimiento canalla y descerebrado, y está, objetivamente hablando, rodada con un mínimo de solvencia. Así que, ¿A qué leches tanto aspaviento?

Por otra parte, y me permito ser algo cabrón, ya va siendo hora de que algunos empiecen a distinguir lo que es incompetencia o falta de ideas de la sátira y la autoparodia consciente. Las situaciones y personajes son de vergüenza ajena, sí… Porque el director y los guionistas QUIEREN que así lo sean. Repito: esto es “Serpientes en el avión” no “Chinatown”.

Una sátira, por cierto, bastante más sutil e inteligente de lo que parece a primera vista. Y es que a nadie con dos dedos de frente se les escapará la evidente ridiculización de las grotescas medidas de seguridad impuestas en los aviones tras el 11-S.

En definitiva. Si eres capaz de "apreciar" un típico producto de serie B, con todo lo absurdo, excesivo y ruborizante que esto supone, la encontrarás entretenida y perfectamente disfrutable. Si no, siempre te quedará Aronofsky, que es igual de vacuo, excesivo, sensacionalista y olvidable pero de lo más “cool” y “gafapástico”.
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P.D: Me encantará recibir los "no útil" de los fans del "director del siglo". El humor que no falta
Jinete nocturno
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6
29 de junio de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No lo negaré, la primera impresión que me llevé de este “W” se puede resumir en una palabra: decepción. Y es que, la idea de que el director de la monumental y apabullante “JFK: caso abierto” y de la soberbia (e infravaloradísima) “Nixon” le fuese a dedicar unos cuantos minutos de metraje a sacudirle al más nefasto dirigente que ha conocido la humanidad desde que “tito Adolf” se volase la tapa de los sesos en su bunker -un tipo que es responsable de un millón y medio de muertos, del mayor retroceso que han conocido en occidente de los derechos civiles desde el Medievo y de una crisis económica cuyo fondo parece situarse en Australia-, sonaba francamente prometedor.

Pero... No. Una lástima.

Lo que tenemos aquí es una menudencia, de lo menos tragable en la traicionera e irregular obra de Stone: floja, dubitativa, previsible, narrativamente zafia… y, lo que es peor, pusilánime.

Porque, sí, si algo caracteriza al mejor Stone es su "instinto asesino", su dominio absoluto, casi Goebbelsniano, de las técnicas de la manipulación y la propaganda: se puede estar de acuerdo o no con sus planteamientos políticos, ciertamente, pero nadie, ni sus más feroces críticos, pueden negar la brutal y despiadada fuerza de convicción de sus imágenes, de su sentido del montaje y de sus diálogos incendiarios. (¿Quién puede ignorar los brazos del sargento Elías tendidos hacia el cielo en "Platoon" o el espeluznante monólogo de Sutherland en "JFK"?).
Y, sin embargo, Stone, aquí, renunciando a sí mismo, decide sustituir esa “objetividad” documental que caracteriza lo mejor de su estilo por algo que intenta ser, sin conseguirlo, irónico y caricaturesco, y que se queda en una pueril, previsible, y, en el fondo, demasiado condescendiente sátira de Bush y su “equipo”.

¿Que por qué? Quizás, intuyo, por la misma razón por la que Stone rodó la infame “WTC”: una mezcla de cobardía, oportunismo y deseo de “ser perdonado”. Y no nos equivoquemos: del mismo modo que el asesinato de Kennedy requirió de tres décadas de distancia para poder ser tratado por el Cine, es una ingenuidad pretender que alguien se atreva a ni tan siquiera a sugerir lo “inexacto” de la versión oficial del 11-S o a tratar seriamente las reales motivaciones de la guerras de Irak y Afganistán antes de que pasen otras dos décadas. Por otro lado, hay que decir en honor a Stone que en el último tercio de película (sin duda, lo mejor) no se escatima “objetividad stoniana” a la hora de retratar a tipos como Cheney.

Pero, mejor pensado… ¿Quién es W, sino un idiota; un títere en manos de su padre y sus amiguetes de la CIA? Nixon, al fin y al cabo, odioso o no, era “alguien”; un hombre atormentado y contradictorio que basculaba entre la absoluta inmoralidad y la búsqueda de lo recto. Pero esta nulidad humana… ¿Acaso se merecía una película mejor, algo más serio?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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7
19 de mayo de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya algún tiempo que vi está película, pero hay algo que me ha hecho decidirme a dedicarle una crítica justo ahora, un año largo después.

"¿El qué?", os preguntaréis con ansiedad.

Pues... Muy sencillo. Estaba repasando las críticas del los compis y he leído algo que me ha llegado al alma. A saber: que la mejor película de zombies de la historia era “sin ningún tipo de dudas” el remake de “El Amanecer de los Muertos” que rodó Snyder el mismo año en que se estrenó la película que nos ocupa.

Y el Madrid de nuevo campeón de Europa.

En primer lugar –y siendo algo cabrón-, debo reconocer que tiendo a sospechar de la capacidad intelectual de los tipos que utilizan expresiones como “sin ningún tipo de dudas”, “siempre” o “jamás”…. Yo jamás hago tal cosa… Pero, coñas aparte y yendo al grano, debo decir que sí; la película de Snyder es cojonuda, de acuerdo. Pero que comparar un remake –es decir, simple "copy-paste"- con su original es un ejercicio injusto y bastante ridículo. Porque, ¿dónde está el merito, en idear algo y darle forma o en limitarse a coger el trabajo de otro y darle un par de capas de pintura?

Es aquí donde me toca reivindicar a Romero. Y no sólo porque inventase el género y… blah, blah… toda esa mierda, que por descontado, sino porque Romero dota a todas sus películas de algo que a todos sus imitadores, peores o mejores, se les escapa: una venenosa y nada condescendiente carga social y política: Romero no se limita a brindarnos un festival de casquería más o menos entretenido, sino que nos sacude en cada película con un lúcido y despiadado retrato de la especie humana. Y es que, al contrario que Zapatero, mira tú por dónde, el gran G.A. es todo un “pesimista antropológico” que espera siempre lo peor de sus semejantes. No en vano todas sus películas acaban irremisiblemente en catástrofe… Por supuesto, causada por la estupidez humana, no por los “podridos”; que se limitan a hacer de palmeros mientras los aún más podridos vivos se joden entre sí.

En este sentido, “sin ningún tipo de dudas”, y aunque no llegue al nivel de “El Día de los Muertos”, esta película le da un par de cientos de patadas a la ‘profundidad de charco’ de la ya mencionada película de Snyder. Porque, de acuerdo, no te lo voy a negar: si uno quiere hacerse el tonto, puede quedarse en aquello de “una de Zombies” y limitarse aplaudir la evisceración más creativa, pero está bastante claro que Romero, quizás más descaradamente que nunca, ha querido dejarnos su ‘diagnostico’ de la situación: la película, llena de sarcasmo, mala leche y dobles sentidos, esconde una de las críticas más feroces hechas últimamente contra el capitalismo y sus “logros” –se agradece-… Eso por no mencionar frasecitas como el “No negociamos con terroristas” que suenan como autenticas bofetadas en la doble moral de la política yanqui.

Así, que… No me jodáis, amigos. Romero es Romero. No se compara a Dios con un gitano…
Jinete nocturno
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5
26 de agosto de 2010
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Empezaré con una pequeña anécdota que te dejará bien claro por dónde van los tiros: La célebre nave de “Alien" iba a llamarse en un principio “Leviathan”, pero en el último momento el productor, David Giler, sugirió que quedaría más sonoro “Nostromo”.

Bueno, pues, dicho esto, he acabado: no necesitas saber más.

Y es que es exactamente eso: un remake mal disimulado de “Alien” con algún que otro añadido “para dar color” de “La cosa”. ¿Alguna diferencia sustancial? Pues, hombre, ésta se ambienta en una base minera abisal, a tres mil metros de profundidad y... Poco más. Por lo demás, va tomando de una u otra lo que le interesa con la mayor desvergüenza.

Para que te hagas una idea, haré pequeño recuento de similitudes. Si no te importa, pásate al spoiler:
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Y sin embargo, y a pesar de todo lo dicho, que no invita al optimismo, hay que decir que en su primera hora la película es más que digna y funciona. Curiosamente, y pesar de que es más que previsible lo que pasará la siguiente escena -o quizás precisamente por ello- la película consigue resultar inquietante y aceptablemente terrorífica, proporcionando un buen grado se suspense y un montón de momentos “¡No, idiota, no hagas eso!” de esos que todo amante del genero aprecia. El problema, es su media hora final, cuando terminan los preliminares y se desencadenan los acontecimientos. Llegado a este punto cualquier comparación con “Alien” o incluso “La Cosa” se vuelve insultante. Y es que la total falta de medios y la escasísima imaginación de los responsables de arte y efectos especiales consiguen que lo que finalmente aparece ante nuestro ojos, el esperado “monstruo”, más que miedo, nos dé risa: una de las criaturas más ridículas y tópicas que ha dado el género en mucho tiempo. Y si a eso le unimos un final pueril, ramplón e inverosímil, apaga y vámonos.

Desaprovechada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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