Entre copazos y marihuana mala debieron combatir director y guionista el invierno duro de Pavía, cuyo retrato tétrico y neblinoso es lo único salvable del film. Y es que, realmente, hay cada pirueta argumental no ya inverosímil, (cosa maravillosa cuando la cámara no tiembla), sino producto de una mala digestión de tripis, que una revisión desde un prisma humorístico podría cambiar toda la crítica. Mastroianni sólo puede poner cara de alelado en cada vuelta y revuelta del camino, y se le ve al hombre la gana de acabar el rodaje y pasar por caja. Lo de Schneider, (encima, doblada en la versión original), no tiene nombre. Y Dino Risi, un genial director de comedias vitriólicas en los años sesenta, ni siquiera tiene aquí fuerza para cargar su ácido en la degradación del matrimonio de Mastroianni, aunque levante, un poco, un dedo exangüe señalando ese camino que nunca cogerá forma. Empleándose más a fondo en el cotejo de ese tema tan fastidiosamente real con el del espectro deseadamente ilusorio quizá hubiéramos tenido otra cosa.
Lo peor, sin duda, los reencuentros Mastroianni-Schneider, de un rancio estúpido que tira patrás.

Videojuego hecho para tontosdelculo. Espera, que lo digo a cámara lenta: vi deo ju-ego he-cho- pa-ra ton-tos-del-cuu-looo---

Espero que se acepten críticas tan cortas y con leve falta de respeto. Este segundo párrafo ya sobra para lo que hay que decir. No se dejen engañar por los extranjerismos que usan los frikies del género: "samurai", "muxia", "anime" y "fast-slow shots". De verdad. Son sólo frikismos de musculitos de gimnasio obsesionados por las artes marciales, o de ninis que mañana no tienen que trabajar y les gusta ver algo de sangre entre paja y paja. Esto no es cine, es algo que empobrece al ser humano y lo lleva por el camino del retraso mental.Y aunque el moderador me insta a que la crítica tenga una cierta estructura y no se quede en el primer párrafo, y yo lo haya intentado, es que no hay más que decir acerca de algo tan romo. Pido a los tontosdelculo que no se enfaden conmigo, pero supongo que eso es mucho pedirle a un tontodelculo friki que juega a samurais con su joystick

Patética reliquia que un día se quiso adorable sainete costumbrista y hoy semeja una mortaja amarilleada por los siglos. Dirigida por el después maravilloso Risi, un experto en agitar vitriolo que aquí parece una hermanita de la caridad. Sylva Koscina está muy guapa, pero, misterios del siglo XXI, hoy la que pondría cachondo a más de uno es la que hace de fea, Rossella Como, en especial en la escena del río. Fue premiada en San Sebastián en pleno franquismo, pero luego otras de Risi como "Un amor en Roma" no se atrevían a estrenarlas, claro. Es, con todos los respetos, una mierda. Una mierda vieja. Como único punto bueno, da gusto escuchar el italiano de Peppino de Filippo

Es, básicamente, lo que contiene la cinta. Buena intención, afán de elegancia comidos por la polilla. Desde el minuto uno se sabe, exactamente, todo lo que va a ocurrir. Peor aún, desde el minuto uno llora uno cuando contempla los desgarrones del tiempo. Stewart está ridículo porque el papel es tontorrón; magnífico en cambio el empleado trepa. Vi esta película imbuido de cinefilia hace muchísimos años, en un cineclub, y salí encantado. Verla otra vez es ya no verme a mí, lo que aterra. Claro que la película era igual de tontina, sosina en aquellos tiempos, y seguramente también en 1940, pero uno estaba más limpio, más nuevo. Bah, bah y rebah. ¡Qué tontería!
Lo que sí es para tomar nota es Morgan, si no excelente actor, sí formidable presencia, y a quien creo recordar como capitán pirata en "El cisne negro". De verdad, queridos amigos; si ustedes están lúcidos, no vean cine clásico, porque añadirán amargura a la lucidez.