Para mí un desatino del que sólo sale indemne el personaje de Aitana Sánchez Gijón, magistralmente interpretado además y a pesar de que me la vendan como la mala de la ficción… Y pongamos que Elejalde a continuación, más que nada porque no molesta. Sobre el resto de la película no voy a entrar a matar porque tampoco es mi estilo pero sí diré que la primera parte me ha parecido entretenida pero a partir de ahí meter en el mismo pack una relación lésbica, otra de abusos sexuales, a Daniela Santiago por el morro, arqueología de unas fosas -y/o apología forzada a nivel de narración-, familias con calzador, Janis Joplin y unos hippies y hasta tortillas porque sí o barquillos de dulce si me apuran por más buena pinta que tengan, pues como que no, un batiburrillo más bien... Para no entrar a matar asumo que me he lucido, por una vez coincido con Boyero, je, je, y limitar a Adelfa Calvo a una mesa camilla como que tampoco (Julieta Serrano tiene un poco más de papel). En cuanto a los hisopos, aunque se abusa un poco de ellos, voy a ser más positiva y voy a decir que vale -además queda vistosa la iconografía en mouse como llave del enigma-.

O sea que, en resumen y siempre para mi gusto, para madres, madres, me quedo y reivindico, de todas, todas, la extraordinaria “SOLAS” con Benito Zambrano al timón (ala, ya me he desahogado un poco por más collejas que me den, ah! y que Pe será todo lo buena actriz que quieras pero pelar bien unas patatas como que no es lo suyo; también pongo en entredicho sus dotes como decoradora aquí, rectifico, las de Pedro apabullante como siempre y dominando la escena, pero bueno, es lo que tiene el diseño. Añado, sobre Milena Smit, que es una gran y fresca presencia, sí, pero al final pierde un poco de fuelle también, no por ella sino por el guión.

(Ahora, es evidente que el cromatismo es estupendo, como siempre)

Parece una chirigota pero el trasfondo es sólido y más que una advertencia deviene en crítica social sobre los tiempos actuales y su inoperatividad a veces a través de los medios de comunicación y zafarrancho político en general (mucho ruido y pocas nueces) que tienden a confundirnos... No deja títere con cabeza empezando por una aviesa Presidenta muy bien calzada por la Streep o una presentadora de televisión con una Blanchett chispeante que hasta me ha costado reconocer... Mark Rylance, como un mesías tecnológico, también aporta lo suyo y en resumen este circo se convierte en parábola pero mosaico a la vez de un galimatías frívolo con emoticones, follows, economías, tendencias... pero desnudo en el fondo de un objetivo mejor. Y si tú no quieres verlo y adoptar soluciones cuando los problemas surgen quizás sí que un cometa lo decidirá por ti...

(Hay gags después o enmedio de los títulos de crédito finales o sea que ¡atención a ellos! ;)

No tendré cuerpo, en lo que me resta de vida, para volver a verla, pero ahí he estado yo, clavada durante más de dos horas (dos horas y media en realidad!) frente a la pantalla del televisor con la esperanza puesta en ella... Y de eso nada, o poco. Pero sí ha servido, mi abnegada guardia, para dejar constancia de lo que puede dar de sí la actuación arrebatada, más bien desesperada de un actor, especialmente al final y además en plano secuencia, que me ha dejado sin habla.

Sigo en shock y sólo espero que a él, Bogdan Dumitrache -premio obligado en Donostia-, no le quedaran secuelas -el pelo ya sé que vuelve a crecer, la barba puede afeitarse y las heridas cicatrizan- porque yo, al cabo de media hora, aún le tengo en la retina y no será fácil olvidarlo.

(Y entiéndase lo de 'interesante', en cuanto a puntuación, obedeciendo a la esencia del relato porque hay que reconocer que su cadencia se las trae y los planos se prolongan, se prolongan hasta acabar estallando, de ahí el origen del título -por cortesía informativa de Wikipedia- ;)

Es ésta una película insólita que empieza con un Concurso de Orgasmos simulados -aunque sin la presencia de Meg Ryan, je, je- y termina con un paseo andrógino y a piel desnuda por las calles de Barcelona a cargo del artista transformista Lazlo PEARLMAN que nos recuerda en parte al inquietante presentador de “CABARET”, de Bob Fosse, pero más sensual y 'metafísico' que perturbador.

En Lazlo recae buena parte del metraje de este documental y singular performance que sirve para cuestionarse los roles arquetípicos de hombre y/o mujer en cuanto a sexualidad y que el protagonista induce a trascender, previa oportuna reflexión sobre lo que representa el juego y el hecho de simular, derivándol@ hacia el concepto de 'persona', sin más, lo cual no es poco!

“¿Está preparada la sociedad para un cambio tan rotundo -en cuanto a aglutinar los géneros, por decirlo de algún modo-?” se refiere un participante… Y la respuesta está bien: “La sociedad no, pero el individuo sí”. Ahí queda el desafío, sin ánimo de provocar ;)

Un gran personaje-pirata desde luego (con influencias al principio de su padre, conocido escultor), y al que Maíllo sabe extraerle jugosas confidencias -aunque seguro hay muchas más!- de modo amable y coloquial. Se sigue con interés y refleja también el mundo-mundillo de una época que Oswald vivió muy a tope... Pero son agudas sus reflexiones, especialmente las del final, y hace que simpaticemos con él. Genio y figura absolutos por encima del artista que también es (curiosamente ahora vuelven a cotizarse o reivindicarse sus cuadros de estilo muy personal y esta vez sin falsificar ;)