Cierto es que el guión presenta lagunas, pero las escenas de acción, la trama llena de fantasía y ese duelo épico al final, en mitad del torbellino, suple tales carencias. ¡Estamos viendo aventura en estado puro! Lo mejor de todo sentarse y ver la trilogía como una sola pieza, no cabe sino sentir admiración por la figura de Sparrow... y lo que queda...
Un final precioso para una gran serie de aventuras.

La verdad es que suelo huir de las películas que, a priori, me proponen un drama, quizá porque con estos lo paso realmente mal. Es por eso que me llaman tanto la atención este tipo de films. No nos engañemos, Persépolis es un drama... de los gordos, con una historia trágica, pero su magia radica en que, al igual que en El nombre del padre (por poner un claro ejemplo), un film que podría haberte hecho sufrir durante casi dos horas, revolcándote en la tristeza; se convierte en un viaje entretenido, que te engulle y absorbe, te transporta, te hece pensar e, incluso, reir en algunas ocasiones. No aprovecha la tragedía de la historia como móvil facilón para llegar al público, sino que toma el difícil camino de la sinceridad más simple para convertirse en un agradable visionado; en un exquisito film.
Seguramente de haber estado protagonizada por actores encabezados por una Kidman o por una Streep, por ejemplo, y rodada por un director de cierto renombre, estaríamos hablando de una película oscarizada, y el hecho es que quizás tenga mucho más mérito que muchas de las ganadoras de los últimos certámenes.

Es una gran película, de las mejores de Burton, y a aquellos que basan sus críticas en asegurar que veneramos al director, que se echen un vistazo a sí mismos revolcándose aún en el encanto de Eduardo Manostijeras. Sweeney supera, me atrevería a decir en casi todo, a ésta última,siendo, a mi parecer, su principal baza la madurez. Poco queda del gamberrismo de Bitelchus, y de los tonos apastelados de Eduardo, (es cierto, pero, ¿significa eso peor?, ¡por favor, avancen! ¡Maduren!), sin embargo lo que se ve es a un director muy cómodo tras la cámara, sin grandes alardes pero fluido y dinámico, y a un ACTOR, que desborda la pantalla.
Claro está, que si lo suyo no son los musicales es muy problable que no se sienta a gusto viéndola, pero no quita que sea (quizá junto con Ed Wood) de lo mejorcito del director.

Críticos de la vieja escuela, no todo lo pasado fue mejor. Dejen las enciclopedias y no se estanquen. Dense un buen baño de sangre con Sweeney, dejense llevar y disfruten, pues el tratar de hundir a base argumentos trillados a este barbero diabólico, puede pagarse con un tajo en la garganta.

Algunos films están tocados por una varita mágica, en el caso de éste esa varita es Spielberg y su magistral concepción de la acción. El desembarco y la batalla final son bailes de una sincronización casi perfecta en los que la cámara está siempre donde tiene que estar para sumergirte de lleno en la imágen; prevaleciendo sobre el resto los (complicados) planos de larga duración. Un lujo.
Pero, para colmo, la película posee una fotografía brutal y unas interpretaciones que, al ritmo que impone Tom Hanks (no entiendo cómo se le escapó la dichosa estatuilla), forman un coro del todo creíble.
Spielberg, a mi parecer, toca techo con esta obra maestra, que por méritos propios merece pasar a la historia del cine, como una de los mejores films bélicos.

Cierto es que acudí con gran interés a ver Hancock, pues lo poco que sabía del argumento y las imágenes que había visto despertaron en mí el interés por ver cómo sería el antihéroe borracho y perdido. Lo malo es que dichas imágenes funcionan bien como reclamo, pero cuando uno las visiona dentro del film, pues no pasan de ser curiosas; tiene uno tantas ganas de verlas que pierden su sabor... maldita publicidad.
En lo que al film respecta..., bueno, tenemos a Will Smith en un papel raro y atractivo, poco convencional, y él, que es un buen actor, sabe tratarlo con suavidad y sin sobractuaciones. Llegas a creer su sufrimiento. Y la verdad es que la peli tiene poco más, buenos momentos de acción0, alguna que otra risa y una historia que, para ser sincero, llegado a cierto momento parece avanzar a trompicones.
El climax del film... pues no sé, parece rebuscado y brusco aunque si uno consigue introducirse en el argumento, puede llegar a emocionar, aunque sea sólo un poco.
Conclusión: film palomitero de verano, con un buen protagonista y una historia con cierto aire a nuevo de la que, a mi parecer, se podía haber sacado más partido.

Para verla sin prejuicios contra los taquillazos.

Que aproveche.