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Críticas de La voz en off
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
4
15 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el tibio primer trabajo de Joseph Kosinski con ‘Tron: Legacy’ nos llega ahora su segundo filme de ciencia-ficción. Una película que deja claro que el valor de Kosinski como director es puramente estético, nada más.

‘Oblivion’ no empieza mal. Su planteamiento post-apocalíptico y la esmerada producción dan lugar a numerosos planos vistosos y elegantes, siempre bien recibidos por todo fan de la ciencia-ficción. Incluso comienza con cierto interés en cuanto a su argumento. Esta sensación dura poco y al cabo de media hora ‘Oblivion’ empieza a caer en picado.

La película depende mucho de los giros argumentales, completamente predecibles en su mayoría y muy mal situados. El resto de la historia es insípida, con personajes planos nada interesantes. Ni siquiera la acción merece la pena. Se siente confusa y aparatosa, a pesar de los efectos especiales de los que hace gala sin llegar en ningún momento a resultar impresionantes. Le falta mayor épica y grandeza, más inventiva y atrevimiento.

En el apartado interpretativo Tom Cruise vuelve a hacer de Ethan Hunt, perdón, de Tom Cruise y Morgan Freeman repite como Morgan Freeman. No me he equivocado. Resulta incomprensible la elección de Freeman para un papel de tan poco calado. Kurylenco parece ausente durante todo el filme. Tan solo destaca Andrea Riseborough por lo enigmático de su personaje.

Ni siquiera la fotografía del recién oscarizado Claudio Miranda destaca en ‘Oblivion’, cuando en una película de esta clase este debería ser uno de sus mayores atractivos. La banda sonora compuesta por el grupo M83, aunque estimulante en su comienzo, termina por parecerse demasiado a las colaboraciones de Hanz Zimmer con Christopher Nolan de estos últimos años.

‘Oblivion’ falla como película y como producto de entretenimiento al pecar también de una duración excesiva para lo poco que tenía que contar. El filme, de clara influencia argumental de ‘Matrix’ y estética de ‘Terminator’, acaba por aburrir y decepcionar. Muy poco recomendable.

@lavozenoff66
www.lavozenoff.net
La voz en off
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6
18 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Kathryn Bigelow se rodeó de una inmensa polémica. No es para menos pues los eventos narrados son bastante recientes y las heridas que el famoso atentado de 2001 dejó en la población norteamericana no han cicatrizado sino todo lo contrario. El cambio sufrido por la sociedad estadounidense ha sido reflejado en múltiples películas cuyos argumentos no tenían nada que ver incluso con el asunto terrorista (véase la sobreprotección plasmada en la cinta de animación 'Buscando a Nemo'). Por no hablar de otros filmes que directamente han contado la historia con mayor o menor acierto ('United 93', 'World Trade Center'). Spielberg en una de sus últimas grandes películas, 'Munich', dedicó su último plano a una mirada hacia las Torres Gemelas para calar en el espectador la idea de los devastadores resultados de la violencia en la persecución de objetivos y guerras sin fin. Incluso en televisión hemos podido ver esta clase de argumentos, cada vez más frecuentes, en series como la exitosa y excelente 'Homeland' o '24', con las que la presente película presenta numerosos puntos argumentales en común.

'Zero Dark Thirty' (incomprensiblemente traducida en nuestro país como 'La noche más oscura') muestra los eventos, supuestamente apoyados en informes confidenciales de la propia CIA, sin atisbo de posicionamiento ni de juicio moral. Las torturas que, una y otra vez, muestra en la pantalla como un medio necesario para alcanzar el fin no son juzgadas como correctas. No es su intención demostrar la necesidad de emplear tales medidas (del todo reprochables y que habrían de perseguirse en todo Estado de Derecho sin importar los fines a que atendían) sino mostrar, a modo de docudrama, unos supuestos hechos reales. Lo que persigue Bigelow, más allá de esta recolección de momentos de intensa crueldad, es la deshumanización de quien ejerce tales tareas para el Gobierno.

Es en su personaje principal, Maya, donde se encuentra el mayor atractivo y razón de ser principal de la película. Podemos ver cómo la agente de la CIA pasa de presentar al inicio una actitud incómoda e incluso nada convincente con lo métodos empleados, a una total asimilación y concienciación de las técnicas que entiende necesarias en una especie de involución emocional. El personaje de Maya presenta además numerosas similitudes con la protagonista de la ya mencionada serie de televisión 'Homeland'. Ambas protagonistas femeninas fuertes que sufren de una insana obsesión por capturar a su objetivo, ya sea Bin Laden o Abu Nazir.


Si la película funciona es gracias al trabajo de su actriz protagonista, una inmensa Jessica Chastain que ha sido capaz de absorber a su personaje y dotarlo de una profundidad más allá del guión no tan acertado. Chastain muestra al espectador la evolución de su personaje sin histrionismos ni sobreactuaciones. Una sobria, serena, contenida y, cuando ha de serlo, explosiva interpretación. Sin duda, el único elemento de 'Zero Dark Thirty' que consigue transmitir al espectador el sentimiento de obsesión y frustración por conseguir atrapar a Bin Laden. Jessica Chastain se revela así como una de las actrices más importantes de su generación.

Destaca también la dirección de Bigelow, mucho más contenida que en su anterior cinta 'The hurt locker' ('En tierra hostil'). Bigelow empapa de realismo la pantalla y consigue sus mejores momentos en aquellos en los que transcurre la acción. Lo que demuestra por enésima vez que la directora se mueve mejor en el género de la acción que en el del thriller netamente político.

Transcurrido su inicio demoledor, con una pantalla en negro y conversaciones reales y aterradoras mantenidas vía telefónica por las víctimas durante el atentado, 'Zero Dark Thirty' comienza directamente con la persecución ya en curso y unas tensas secuencias de torturas. Tras esto, la película desarrolla un proceso de investigación, más que frío, desapasionado y carente de intriga. El guión no infunde en el espectador esa pretendida obsesión por capturar al terrorista sino que se limita a narrar objetivamente y sin alma alguna las constantes revelaciones que permitieron localizar al objetivo, muchas veces de forma confusa e inexplicable sin la menor implicación con el público. Todo ello da lugar a una profunda desconexión emocional del espectador con la historia, a pesar de la brillante interpretación de Chastain, único pilar sobre el que se sustenta la película hasta este punto.


No es hasta que se produce el descubrimiento de la mansión-fortaleza del terrorista cuando se retoma el interés. Es entonces cuando el filme se convierto en aquello que debió de ser desde el principio, un intenso y emocionante thriller. A partir de este punto, 'Zero Dark Thirty' vuelve a conectar con el espectador, haciéndole partícipe de las sucesivas frustraciones de la protagonista ante las numerosas trabas políticas y legales.

La película finaliza con una impresionante y extensa secuencia final que acaba revelándose como la razón de existencia del propio filme: la captura de Bin Laden. Juicios morales a parte, la escena es todo un ejemplo de tensión y adrenalina casi desprovista de acción. Bigelow alterna con acierto numerosos planos en una oscuridad para nada confusa y del todo clara con otros en primera persona, otorgando a la secuencia de una continuidad, realismo y clarividencia sorprendentes. Una escena de una maestría visual y narrativa al nivel de otros logros últimos del cine moderno como puede ser 'Salvar al soldado Ryan'. Memorable.

Lo peor es que esta muestra de excelente cine llega demasiado tarde en forma de tercer y último acto. Queda al final una sensación agridulce de la extraordinaria película que podría haber llegado a ser y no fue. Recomendable pero sobrevalorada.
La voz en off
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6
3 de febrero de 2013
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El director Benh Zeitlin consiguió con esta historia de carácter fantástico e hiper realista el premio a la mejor película en el Festival de Sundance en 2012. La recolección de premios que vino después y el efecto "boca a boca" hizo de 'Bestias del sur salvaje' una de las mayores sorpresas del año a pesar de su escaso presupuesto, su argumento atípico y la ausencia de cualquier conocido en su reparto.

Hay que decir que 'Bestias del sur salvaje' es también una película que se presta al aplauso fácil y a la aceptación generalizada de crítica y festivales sin que la película destaque mucho en realidad. El filme aporta un punto de vista sobre la naturaleza y la socialización del hombre interesante y poco común, pero al final se ve rendida a los excesos estéticos de su director. Por momentos la película parece un anuncio de una fundación de ayuda para el tercer mundo. Este carácter de vídeo publicitario despista y por momentos marea, lo que lastra demasiado una narración fluida.

Donde la película más destaca es en su vertiente fantástica de cuento infantil con claros ecos de aquella película de Spike Jonze basada en el libro de Maurice Sendak, 'Donde viven los monstruos'. Igual de satisfactorio es el camino recorrido por su protagonista, perfectamente interpretada por la joven Quvenzhané Wallis, hacia la madurez y la comprensión del mundo y la naturaleza. Una naturaleza cruel y despiadada pero al mismo tiempo bella y ordenada, donde cada cual tiene su aportación vital para el funcionamiento de la misma. Destaca también dentro de ese viaje, la construcción de la relación de la pequeña Hushpuppy con su padre, interpretado con mucha fuerza por el desconocido Dwight Henry. La banda sonora escrita por el propio Zeitlin y Dan Romer se encuentra también entre lo más reseñable del filme.

Es de admirar el resultado impactante a pesar del escaso presupuesto, así como también el hecho de tratarse de la opera prima de su director. No obstante, 'Bestias del sur salvaje' se siente muy sobrevalorada, consecuencia de un goteo incesante de premios incomprensible y una adulación constante por parte de la prensa especializada, siempre ávida por descubrir las jóvenes promesas. Es cierto que la carrera de Zeitlin promete más de un filme interesante y merece nuestra atención desde ahora. Pero todavía ha adquirir mayor madurez en la narración y dejar a un lado la dictadura estética con la que ha pretendido captar la atención de los más impresionables. 'Bestias del sur salvaje' no es una excelente película sino, simplemente, un buen punto de partida.
La voz en off
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2
16 de mayo de 2013
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'Colin' cuenta la historia de un chico que, tras ser atacado por un zombie, se contagia y transmuta en una criatura movido solo por sus impulsos más primarios. La típica película de zombie desde la perspectiva del propio zombie. Ahora bien, ¿a quién le puede interesar tal punto de vista?

El filme se reduce al protagonista, recorriendo las calles de Londres, testigo y partícipe de una epidemia. Jadeos, gruñidos y gritos ininteligibles son básicamente la base del guión de una película en la que no ocurre prácticamente nada. O al menos nada medianamente interesante.

'Colin' es famosa por el casi nulo presupuesto con el que su director Marc Price la rodó, unas cuarenta y cinco libras. Para ello tuvo que emplear una cámara propia, material prestado por la Universidad para el montaje, así como a actores localizados a través de las redes sociales como Facebook o Myspace. A pesar de ello, la película ha llegado a ser proyectada en numerosos festivales, incluido el prestigioso Festival de Cannes en 2009.
No se le puede negar mérito al esfuerzo e ingenio que tuvo que emplear su autor para sacar adelante el proyecto. Pero también es cierto que no hace falta un gran presupuesto para escribir un guión aceptable, cosa de la que 'Colin' carece por completo.

Al final no se trata más que de un ejercicio de estilo con interpretaciones lamentables. Un ejercicio notable, dados los medios, pero que no habría de ser sufrido por nadie más que por los profesores encargados de evaluar el trabajo de un estudiante de cine.

@lavozenoff66
www.lavozenoff.net
La voz en off
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