Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Críticas de JGC
<< 1 2 3 4 5 9 >>
Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
6
14 de febrero de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué define nuestra identidad? Lo que somos, lo que creemos ser, ¿es algo dado? ¿es algo por crear y definir? ¿O, por el contrario, somos rehenes de raíces profundamente enterradas en un suelo que reparte aleatoriedad a cada nuevo usuario que aparece en este planeta?

Los seres humanos tenemos la capacidad de comunicarnos. Para eso existe el lenguaje. El lenguaje define lo que nos decimos ante los demás y lo que nos dicen ellos. Todo se puede expresar, hasta el sinsentido. Hasta el arte más abstracto tiene como base el lenguaje. Por mucho que se observe un cuadro destinado a no ser entendido, por muy intensa que sea la sensación particular que nos invada al hacerlo, automáticamente se traduce en palabras. Se puede definir con una mera combinación de sonidos y silencios enlazados de forma que logramos transmitir un concepto ya instalado en nuestra psique colectiva.

¿Hablar un idioma nos hace más ciudadanos de un país aunque no hayamos nacido en él? ¿Saber su historia, incluso, datos insignificantes? ¿Que me sepa la letra del himno nacional de Colombia me posiciona en ventaja para ser más colombiano?

Me hacía estas preguntas mientras visionaba Sinónimos. La ganadora del Festival de Berlín en 2019. En dicho festival siempre premian a películas singulares. Imperfectas. Touch me not (2018) es una experiencia sensorial, tras verla sabes que puede ser mejor, pero algo por dentro se ha movido. Ya no tienes todos los muebles en su sitio tras verla. Valió la pena.

Sinónimos, siguiendo la estela de impureza, va renqueando desde el minuto uno, cámara en mano. Escenas que no aportan nada. La historia en origen es interesante, pero en destino acaba desaprovechada. Y no se sabe para qué. A veces se prioriza más un aspecto en detrimento de otra. En Sinónimos no logro ver por qué se decantaron. El guión es bastante simple, no logra golpear al espectador. No logra plasmar las tremendas contradicciones que se preveían. Un israelí judio, valga la redundancia, huye de Israel a Francia. El país de la libertad. Empieza por aprender el lenguaje. Obsesionado por las palabras, creyendo que eso le dará puntos para su ciudadanía. Aunque se niega a volver a usar el hebrero lo irónico es que se llama Yoav. Y decir tu nombre es el inicio de cualquier presentación. Conoce a una pareja de jóvenes burgueses y usando su francés traslada parte de su pasado, a cuenta gotas, por mucho que asegure de tener mil historias. Como vemos, el lenguaje también ayuda a formar un pasado. Este sí se puede recrear. Quien reniega de una parte de su ser está condenado a no encontrar cobijo en ningún lugar del cielo. Una vez que se huye, se puede repetir cien veces más. A la mínima que no se sientes cómodo en un lugar, pues puedes probar en otro creyendo haber encontrado un nuevo magnífico lugar. Un lugar donde, ahora sí, te mereces estar.

En bastantes sitios está catalogada como comedia. Por mucho lenguaje que usen, nadie, ni nunca, me va a hacer entender eso. La comedia en sí es que nos la vendan como una comedia.

https://serycine.wordpress.com/
JGC
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
7 de febrero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mejor cine feminista a día de hoy lo hace un hombre: Sam Levinson, y ya es una promesa consolidada. Es un director que maneja las formas como pocos actualmente. Un disfrute tanto visual como narrativo. Da vueltas y vueltas con la cámara, alternando colores, da vueltas y vueltas con sus personajes, da vueltas y vueltas con el guión, y siempre cae de pie.

Evidentemente, me estoy refiriendo a Assassination Nation (2018) y en Euphoria (HBO). Sobre todo la primera; una arrolladora fábula tecnológico-feminista coral, que te pone en tensión mientras miras de reojo a tu smartphone, que lo tienes a tu lado. Preguntándote si él te haría (hará) alguna vez daño con todo lo depositado allí y que destaparía hasta la menor de tus vergüenzas. Que tú formas parte de una sociedad muy parecida a la que te está mostrando Levinson, aunque te la muestre entre tanta fiesta, falda corta, drogas, alcohol, tiros y sangre.

Pero aquí he venido a hablar de Malcom & Marie (2021). Distribuida por Netflix. Levinson no se ata a ninguna plataforma siempre y cuando mantenga la libertad. Y viendo sus películas, o serie, sería un crimen rebajársela. En dicha película se aleja de los colores y de vueltas de cámara, de canciones de discoteca posmoderna y de sexo desinhibido para ofrecer algo más íntimo: una pareja de vuelta tras la presentación de una película. ¿Qué encontramos en ella? Blanco y negro. Hombre y mujer. Creador y crítica. Inspiración y copia. Pasión e indiferencia. Celos y cuernos. Amor y necesidad.

Durante el metraje vemos hablar “plácidamente” a una pareja en perfecta “armonía”. No. Claro. Como cualquier historia narrada debe haber un conflicto y en Malcom & Marie no hay uno, hay muchísimos. Es tal el desgarro de cada una de las discusiones, intercaladas con un merecido descanso tanto para la pareja como para el espectador, que en determinados momentos me preguntaba cómo podían pasar página del tema anterior habiendo sido tan punzante y existencial. Quizás perdiendo todo el sentido que se tuviera, la importancia. Como una rabieta de un niño que se le pasa a los cinco minutos. A lo que me refiero es que si vas a criticar algo de alguien, es mejor centrarse en ese algo. Programa de mínimos, como en la política. Si te pones a tirotear como si te sobraran las balas, lo único que vas a conseguir es crear un tremendo ruido.

En la película solo salen dos actores; Zendaya y John David Washington, posiblemente ambos con un futuro prometedor. Ella al principio parece que continua con su papel en Euphoria, poniendo las mismas caras y muecas, pero conforme avanza la paliza verbal se pueden ver otros registros. Sobre John David Washington, hay que admitir que la pandemia ha sido su época tras protagonizar Tener (2020), de Nolan, y ahora Malcom & Marie (2021), de Levinson.

La película me ha dado justamente lo que preveía, un retrato intimista pero pasional. Levinson se ha marcado una película de Hong Sang-soo con mayor condimento verbal y sin escenarios naturales, todo reducido a una casa de diseño y sus alrededores. Quizás peque de excesiva la avalancha verbal para cierta gente. De una forma u otra, la he disfrutado al ser algo considerablemente distinto de lo que nos tenía ya acostumbrados el director. Fue grabada durante la pandemia, por lo que tampoco iba a ser un Stalingrado.

https://serycine.wordpress.com/
JGC
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
11 de octubre de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todd Phillips, el director de comedias mainstream como la saga Resacón en Las Vegas o Juego de Armas nos trae la primera película exclusivamente centrada en el personaje del Joker, siempre como secundario, de más o menos lujo, en la incombustible historia de Batman.

Los seres humanos nos sentimos solos. De ahí que por la necesidad de abastecimiento primero, y por aburrimiento existencial luego, nos hayamos cobijado en enjambres urbanos. Arthur (¿Schopenhauer?) Fleck es un ser solitario y desequilibrado. Hijo de un ambiente familiar disfuncional y roto. Es rechazado por la sociedad continuamente. Tiene trastornos mentales y se medica fuertemente. Todo lo que le acontece le es adverso, no es aceptado en ningún reducto humano. Se siente desplazado por más que lo intenta. Quiere ser payaso para regalar sonrisas pero él no ríe nunca, solo cuando su tara desaforada le posee y eso le aparta aún más de la masa.

Arthur no entiende la sociedad en la que vive. Por más que lo intenta él se cae, o la vida le tira al suelo. Vive alucionaciones que rellenan una existencia miserable. Es un nihilista, dudo que el personaje sea consciente de serlo, que flota en un oceano de dolor y sufrimiento. Ya no cree en nada ya que, la nada, es lo único que le ha sido dado. La película es golpe tras golpe. ¿Acaso no nos hemos sentido, o sentimos, todos, o algunos, así? ¿Acaso no miramos para otro lado? Cuando nada tienes, nada esperas. Cuando ya te han dado unos cuantos guantazos respondes con otro. Violencia engendra violencia.

Una vida así sólo puede estar formada a base de pesadillas y alucinaciones. Como una bombilla que parpadea en mitad de la oscuridad. Arthur es víctima de sus circunstancias, el mensaje está claro. La ciudad de Gotham, siempre corrompida, corrompe. Al igual que sus victimas, reales o no, él tampoco tenía culpa. Es una cadena de perversión que su final no puede ser otro que quitar vidas y sembrar el caos. Ya de que la estabilidad poco puede venir. El efecto mariposa de Arthur es una dolorosa metáfora.

La calidad actoral de Joaquin Phoenix está fuera de toda duda. Logra sembrarte la espina de si ha hecho el mejor papel de Joker que ha habido. Y eso que tras Heath Ledger parecía que dicho tema hubiera sido enterrado por los siglos cual libro babilónico. Si no le dan el oscar es porque de aquí a febrero veremos otra actuación que nos sobrecoja.

No sé qué partes de la película le eran reales a Arthur y cuales una devastadora alucinación. ¿Acaso no vivimos sueños que nos levantan de la cama y pesadillas que nos hacen querer meternos en una?

https://serycine.wordpress.com/
JGC
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
17 de enero de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ali Abbasi (recuérden este nombre para el futuro) presenta una adaptación de John Ajvide Lindqvist. Es decir, una adapción nueva del escritor del que saliese Déjame entrar (2008). No he leído nada suyo, pero por lo que voy viendo es un escritor muy adaptable al ritmo narrativo del celulóide.

La película ha sido ampliamente admirada por toda la cinefilia y festivales internacionales. A descatar ganó A Certain Regard en Cannes y los mejores efectos especiales en los Premios del cine europeo.

La trama trata de cómo una agente de puerto con poderes especiales para detectar el crimen conoce a otra persona que se le parece bastante. En pleno 2019 los conflictos narrativos ya están todos inventados, eso lo sabe muy bien Lindqvist, pero se puede jugar con la forma de contarlos, el contexto, etc. Es una historia de amor, pero nada convencional. Hay momentos donde prevés venir una bofetada de inverosimilitud que te va a despertar de ese microcosmos de Ali Abbasi pero la película está bien limada y consigue salir de aquellos terrenos.

https://serycine.wordpress.com/
JGC
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
17 de marzo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodrigo Sorogoyen se ha, por fín, coronado. Tras Stockholm y Que Dios nos perdone todas las miradas y expectativas del cine patrio estaban puestas en este "joven" director. Su talento es innegable.

El guión de El Reino es acelerado, afilado. Es un fórmula 1 que se gusta, que sabe que puede conseguir la pole. Seguimos la pista de un político de segundo nivel regional. Al principio son todo comidas con marisco, vino, yates y risas. Todo son promesas de lealtad. La amistad parece eterna cuando estás en la cima. Al protagonista le explota en la cara una trama de corrupción. En ese momento, todo cambia; cuesta que le cojan el teléfono, lo que antes eran sonrisas y abrazos ahora son gritos y amenazas. Ante ese escenario elige amenazar e intentar enfangar a todo su partido. Elige morir matando.

La película tiene encuadres de cámara ingeniosos, diálogos reales, punzantes y actuaciones brillantes. Combina el vértigo de un descalabro con momentos de reposo, cosa que el público agradece. La banda sonora marca el ritmo constante del filme.

Viendo como este desgraciado huye hacia adelante mientras la investigación judicial que le va a llevar a la carcel se acerca me acordé de Pusher, de Nicolas Winding Refn, dónde el protagonista debe saldar una deuda en un corto periodo de tiempo mientras la cosa se le va complicando más y más.

Mención especial a la escena final. Es clave, en mi opinión. Tras ver durante toda la película las cloacas de la representación ciudadana, nos interpelan directamente a los ojos entre publicidad y publicidad. Porque, claro, el dinero es lo que mueve tanto a los partidos políticos, como a los medios de comunicación o a los meros mortales que sufrimos estos desfalcos.

En definitiva, para mí, la mejor película española de 2018. Debería de haber ganado un puñado de Goyas más aparte de representar a España en los Oscars. Sorogoyen se consagra como un director de thriller brillante que, junto con Alberto Rodriguez podemos esperar buen cine por delante.

https://serycine.wordpress.com/
JGC
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 9 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow