Antes de hacer ningún tipo de comentario sobre esta película, me gustaría recalcar el hecho de que filmaffinity es lo que es: (y no a mi juicio, si no pensando esto de forma totalmente realista cualquier persona) una página entre colegas para discutir lo tonto que es uno y lo tonto que es el otro porque al "uno" no le gusta El Padrino, y al otro sí; y al igual que a mí me gusta la paella y al otro no, que una serie de personas se sienten en un sitio a decir al resto lo que es arte y lo que no, y lo que deben ver y lo que no, sinceramente a mí me tira de un huevo. Ahora sí, cualquiera con dos dedos de frente podría decir si una película "aprueba" o no (aprovecho para proponer una nueva manera de calificar en esta página... es broma)

Y ahora, metiéndome un poquillo con la película, me siento obligado a decir que debe constar en acta que esto no es una crítica aunque se "titule" así; considero que es más un comentario sobre lo que opina un humilde amante del ARTE (en cualquiera de sus formas) acerca de la psicología humana: James Cameron sabe mucho de esto, y pensó un buen día: "Voy a hacer, una vez más, algo para GUSTAR" (como ya hizo con Titanic), y esto, a un humilde servidor, no le vale; es más, me empiezan a cansar este tipo de películas hechas para GUSTAR, porque está claro que...... ¿a quién no le gusta esto? Los efectos están a la última, de Óscar, pero ¿dónde está la "belleza interior"? ¿En ser el colmo de la previsibilidad? ¿En masticar una y otra vez el mismo tipo de historias? Yo, sinceramente, ya me canso; y no sé hasta dónde llegará mi paciencia cada vez que me siento delante de la pantalla y pienso: "Ahora va a pasar esto", y lo hace.

Pero bueno, está claro que nadie debe decirnos lo que tenemos que ver y lo que no, así que lo único que voy a hacer para acabar es decir: bienvenidos al planeta del conformismo, donde todavía está el que suscribe, y donde espero que ustedes no viajen, al menos demasiado.

Guau, yeah, Wow!! Here we are!! Aquí estamos los Yanquis como siempre liándola parda: País que vemos, país que jodemos; y si tiene oro negro, pues mejor que mejor.

Una vez, hace ya mucho tiempo, decidimos transformar el oro (pero el dorado, el de verdad, el que no vale tanto) en figurillas de corte homínidas y sin sexo, y llamarlas “Oscar”. Fue entonces cuando nuestro cine era la caña, cada vez que entregábamos una de estas figurillas a una película, ésta se convertía en la mejor, obviando a todas las demás, y sí: éramos los más objetivos y superpoderosos, por encima del resto de civilizaciones humanas, además de tener a los actores más guapos y a las actrices más jachondas.

No obstante, poco a poco, hemos perdido los poderes, cada vez somos más subjetivos, y como nuestra cultura consiste en liársela petarda a los pobres por ahí adelante, cada vez que un director (o directora) hace una peli bélica en la que se nos ve en nuestro medio natural nos excitamos, nos ponemos a cien e incluso (en ocasiones) nos tocamos.

Eso sí: le damos una figurilla de estas, y ya se convierte en la mejor. ¿Que el resto nos dice que no es así? Nos la sopla, porque la figurilla ya la tiene, y así quedará plasmado en la historia del cine.

Por lo demás, en el resto de cosas de la láif somos iguales: siempre ganamos y somos los mejores (en los deportes no, porque cuando en alguno nos va mal creamos nuestra propia modificación del mismo).

Cómo nos mola ser Yanquis, aunque una cosa hemos de reconocer, esta peli ni siquiera cuenta nada nuevo de nada, pero bueno, le damos estatuíllas a dolor y vosotros os la coméis. Juas juas juas…

Para empezar, me gustaría agradecer al videoclub Florida la nada discreta incursión de esta película en medio de los "estrenos", con una carátula y una contraportada muy llamativas para atraer seguramente a otros tanto como a mí a su alquiler (debo recordar que es una peli del 2006). Efectivamente, desde que la sostuve entre mis manos me planteé que podría ser como esas otras de este subgénero de "zombies", como Dawn of the Dead o Resident Evil, con las cuales te entretienes un par de horas a la par de, con un grupito de amigos, puedes aprovechar para bromear entre susto y susto, o con las mujeres (vulgarmente) "arrimar la cebolleta".

Pero no, no es así: Zombie Wars va más allá.

Zombie Wars es una película de Zombies como Jesucristo ordena: con bajo presupuesto y una idea extraordinaria como base de guión, David Prior nos sorprende con una historia post-apocalíptica en la que el mundo está lleno de muertos vivientes de nueva generación pseudo-inteligentes y humanos oligofrénicos (¿innovador o no?) que no saben lo que es una cerca para un campamento base.
Sin embargo, y cuando ya no tienes ninguna esperanza en ellos, aparece "Serpiente", el personaje que sin duda te atrapará en su espiral del dilema cartesiano, sobre todo con su gran interpretación (posiblemente muy pronto veamos a Jonathon Badden junto a Robert de Niro, en Casino 2)

Una trama espectacular que se resquebraja en un final dramático e inpensable que es la mota negativa de esta gran obra de arte.... "¿David, por qué...?" Gran error de David Prior.

No obstante, es una cinta espectacular con grandes efectos especiales y de sonido, principalmente entre escenas, que recomiendo encarecidamente para pasar hora y media junto con los amigos o familiares (apta para todos los púbicos).

¡Me cago en la leche! Ya la he vuelto a cagar… He ido al videoclub con un colega mío holandés que se llama como el jugador de fútbol, sí, sí “Rafael”, qué casualidad, ¿verdad? Bueno, el tema es que en vez de irnos de bar, como él sugería, apelando al nombre del futbolista, preferimos alquilar una peli, y ¡mierda! Elegimos evidentemente la opción errónea.

Siempre se cuece más ir de bar.

La película está realizada con todo el cariño, como dice mi amigo Rafael (que es el que la defiende a uñas y dientes) pero vuelve a convertirse al minuto 10 en “la típica españolada”. Frase aborrecible dentro del universo cinéfilo, pero al fin y al cabo, todavía sigue brotando de nuestras tráqueas cual fétidos berridos en un concierto de Bisbal al visionar los típicos clichés.

Respecto a la actuación sólo se salva Óscar Jaenada, porque parece un perroflauta y va a su ritmo, el resto: totalmente desencuadrados y/o fuera de lugar. Silvia Abascal debería estar en Física o Química, y Francisco Maestre en el papel de un Aleister Crowley con voz de señor madrileño hizo que se me saltaran las lágrimas (de risa). Y aunque mi amigo Rafael seguía emocionado pensando que en algún momento la película “empezaría” (creo que esa sensación os recorrerá a todos cuando la veáis) yo estaba deseando echarme una siesta.

¿Y la música? FAIL. Es una putada que cuando la banda sonora es realmente buena no eres capaz de sacártela de encima. Cual baboso de discoteca a mujer hermosa, siempre la tienes ahí: atormentándote, y deseando el silencio todo el rato. Por favor directores de cine: el silencio también es importante en las bandas sonoras, hostias.

Cuando acabó (que bueno, en realidad no acaba, te hacen ver que es una movida tipo “El señor de los anillos” que va a ser la caña y no ha hecho más que comenzar) me di cuenta de que habían transcurrido casi dos horas que podrían haberse resumido en 15 minutos y que realmente, invertidas yendo de bar con mi colega Rafael habrían estado muchísimo mejor.

Pobre Lovecraft, él era un psicótico enfermo mental con inclinaciones satánicas, tenía gran material para hacer pelis sobre sus cositas. Penosa historia señor Alemán, aún si hubieras sido holandés…

…y la peli acabó y la gente aplaudió. Después, ninguno se levantó por miedo a que algún energúmeno le mirara tras sus gafas de pasta con cara de “¿qué haces? ¡Hay que ver los créditos hasta el final!”. Personalmente yo sólo me quedé a recordar el nombre de Antonio de la Torre, el cual se había perdido en mi memoria. Qué papelón. Luego envié un sms al señor De la Iglesia (al cura no, al director). Rezaba así:

- Una trama acojonante, un guión estupendo, y un pedazo de tu mente volcado al 100% en la historia. Leí “It” a los 11 años, Alex… vi la peli anteayer… te comprendo. Yo también estoy enfermo y me hago pis por las noches imaginándome a Santiago Segura entrando por la puerta disfrazado de payaso travesti y preguntándome si “nos hacemos unas pajillas”, y está claro que de eso no se puede hacer una película, ¡sino mil!

Además, creo que el reparto es muy bueno, ya que cada actor está más que aceptable en su papel. La música sigue en su línea psico-caótica que tanto nos gusta a ambos, con Roque Baños a tu diestra dándolo todo. Y por último mención especial a la fotografía y los efectos, que nada tienen que envidiar a ninguna superproducción que tan a gusto deglutimos cada dos por tres.

PERO

Yo le veo una cosilla chunga. Aún entendiendo perfectamente todos estos pormenores y captando tu mensaje considero que de una manera bastante acertada, hay algo en lo que creo estarás de acuerdo conmigo: ¿qué pasa con los tres protagonistas?

Es importante que los personajes que intervienen en la historia estén bien caracterizados. Para hacerlos más convincentes y verosímiles, hay que tener en cuenta que sean consistentes, que ayuden al espectador a comprender por qué obran así, y ya lo demás sería otro tema, “¿por qué hace eso? ¿para qué lo hace? ¿a qué viene que diga esto ahora?” me he pasado así toda la peli, y un señor de la butaca de atrás se ha visto obligado a escupirme en la (Rubal)calva.

Y esta peli a la que le iba a poner un merecido ochazo, se me ha quedado en un seis porque los personajes no están suficientemente pulidos para mi gusto… mierda, estoy triste. -

Alex me respondió poco después diciéndome que era un pesado gilipollas y que jamás volviese a mandarle ningún mensaje. Esto me inspiró a escribir algo, por pequeño que fuese, para que sirviera de curiosidad a dos o tres espectadores y animarlos así a ir al cine a tener una opinión propia.

Después, clicaste “SÍ”.