Realmente triste.
Empezamos, estoy en el Louvre, me persigue media policía de París por algo que no he hecho, soy americano y escritor de éxito, puedo escapar a mi embajada, abandonar el país y después mandar a mi equipo de abogados a que solucionen el tema... no, no, no... prefiero intentar desfacer el entuerto yo mismo, así que estudiaré los códigos escritos en el lugar del crimen, en el que la policía sabe que estoy, y cuando vengan huiré con una desconocida hacia ninguna parte. Menos mal que se me supone humano y, por tanto, cierto grado de inteligencia, que si no...
Por otro lado, a lo largo de mi aventura me encañonan un puñado de veces... Os contaré solo una. Uno de los malos nos tiene a mi y a mi churri acongojados a escasos tres metros del cañón de su (ojalá lo fuera) "Desert Eagle .50" y está como muy convencido de matarnos. En el momento preciso una paloma (algún idiota incluso pensará que es el espíritu santo, no creo que se planteen que en una iglesia, o similar, estas ratas voladoras son bastante comunes) mueve sus alas con cierta fuerza haciendo que el malo malísimo mire hacia arriba, momento que aprovechamos yo y mi chati para huir... El malo estaba a unos tres metros, levanta la cabeza, la vuelve a bajar, y ¡oh, sorpresa! mis victimas son ya inalcanzables, bueno, otra vez será.
Aunque lo más divertido de todo es cuando sales del cine y la gente habla del "debate" que ha suscitado la película... ¡a nivel histórico!. Desde luego esta peli (libro) remueve los cimientos de siglos de estudio de la historia... hablando de cimientos... cuando reformaron el Louvre, ¿como es que nadie encontró la tumba de María Magdalena?. ¡Cachisdiez!