No está nada mal esta última película sobre el personaje de James Bond. No se el número que hace para la saga, pero sin duda no es una más de las muchas que se han filmado sobre el personaje. Afortunadamente atrás quedaron los tiempos de Pierce Brosnan, así como los de Timothy Dalton, con películas que se hacen olvidables y que sólo consiguieron destrozar al personaje, arrojando a Bond a la basura de los olvidos para que el que el público desechara cualquier nueva historia sobre el citado personaje. Sin embargo desde la llegada de Daniel Craig todo parece haber cambiado y con una serie de guiones bastante más coherentes y estudiados se ha conseguido relanzar la popularidad del personaje, para disfrute de unos fans que lo necesitaban y de un público en general que tampoco cuenta con muchas buenas películas para elegir.
Recomiendo sin dudarlo esta nueva película por encima de otras muchas de Bond, incluso por encima de otras películas de espías. Primero porque la trama se hace muy llevadera, y las actuaciones de aquellos que intervienen en la propia película son bastante coherentes. A mi parecer destaca Javier Barden que ha bordado el papel de malvado del film, un malvado cuyo fin es el de destruir todo el entramado de espías al cual pertenece James Bond.
Las escenas de acción antaño demasiado exageradas desde la llegada de Craig se hacen menos ficticias y a mi parecer no son tan gratuitas.
En fin, si alguien quiere ver una buena película recomiendo esta nueva aventura de Bond.

En un mundo en el que los superhéroes, independientemente de su talla valía y reconocimiento, pueblan sin compasión alguna las carteleras. En un mundo en el que el cine ya no tiene ningún reparo en sacar enemigos hasta de debajo de las piedras para que estos sean pateados por héroes de tres al cuarto. En un mundo en el que parece más sencillo adaptar cualquier desmembrada historia contada por Marvel antes que encontrar nuevas formulas que den con nuevas ideas. En un mundo como este, donde no hay argumento que no se vea pisoteado por los efectos especiales, la industria del cine implora la ayuda de... “Los Vengadores”.
Y el resultado como no podía ser de otra manera es la típica película de acción en la que los protagonistas son unos superhéroes capaces de cargarse en un abrir y cerrar de ojos a todo un planeta extraterrestre. ¿Cuantas veces hemos sido testigos de eso?, posiblemente unas cuantas.
Sin embargo la diferencia de esta película con otras obras de su mismo genero es aunar a tanto personaje, y que su proporcional protagonismo, no suponga cortes en la propia historia. Haciendo que el film no se diluya, algo típico en este género, que suele contar con una historia que al menor indicio de duda acaba hecha pedazos, perdiendo todo el interés.
Así “Los Vengadores”, con ese buen hacer de egos, mezclados y batidos para deleite del espectador se mantiene y logra una excelente nota. Al igual que la interpretación, de nuevo, de Robert Downey Jr a cargo de un “Iron Man” que atesora sobradamente humor e ironía a raudales. Y no me quiero olvidar de un Hulk, interpretado para esta ocasión por Mark Ruffalo, que se muestra algo más veraz que en anteriores ocasiones.
En fin que aconsejo que veáis esta película como un mero acto de entretenimiento, sin pedir demasiado, sin hacerse muchas ilusiones sobre lo que vayamos a encontrarnos. Y ya veréis como no os desagrada.

Película de Spike Lee. Un director que sin contar dentro de su nutrida filmografía con piezas magistrales que pasarán a la historia como clásicos del séptimo arte, si ha facturado películas de cierto interés. Esta es una de ellas.

La “Ultima noche” se basa en una calculada interpretación de Edward Norton, un actor que no suele encasillarse en fáciles papeles con los que agradar al público y a su chequera. En este film, Edward muestra al espectador lo que pueden llegar a ser los remordimientos, la desconfianza en la gente que te rodea y el valorar, en un alarde de autoanálisis, el rumbo que nuestras vidas en un momento pudieran originar. Ahora abajo ahora arriba y viceversa. Pues una vez que eliges ciertos destinos, eliges como no podría ser de otra manera, sus consecuencias. Todo eso, en dos horas de metraje que muestran su última noche, antes de su inminente entrada en la cárcel.

Mención especial para Philip Seymour Hoffman, que partiendo de un papel secundario, es capaz de dar el merecido valor que requiere su personaje. Pues su interpretación es soberbia, en un film, que se basa en eso, en los personajes.

Por tanto diré que esta película es altamente recomendable, así como la propia filmografía de su director, Spike Lee.

Una buena película de la factoría Alejandro González Iñárritu que en su afán por elevar la vida de sus personajes al extremo cruel de la dura realidad es todo un maestro. Como ya sucedió con 21 Gramos, además cuenta con el extra de grandes interpretaciones, como la de Javier Bardem.

Un Bardem inmenso en sus infinitos rasgos, caracterizando la tensión, llevando al límite los continuos obstáculos de una vida. Llegando a palpar tú mismo el drama y la dureza en cada acción, en cada silencio, en cada mirada al vacío que nos muestra su personaje.

En fin, que si quieres risas mejor no veas este metraje.

Es irritante, así me parece esta película sobre Steve Jobs. Una película cuya única virtud es ponerte de los nervios a través de una historia que no tiene historia, pues no dice nada. ¿Quien es Steve Jobs?, un tio que sólo hace presentaciones de sus productos y que tiene mosqueado a tres tios, a tres colaboradores suyos. Un tio al que no le aguanta nadie, que trata a sus empleados como si fueran basura, un tio que busca el éxito en cada presentación de sus productos. Pero, ¿cuál es la historia realmente de Steve Jobs?, o mejor dicho ¿qué historia nos quiere contar Danny Boyle?. No lo se porque ni te enterás. Lo que sucede en la primera presentación ocurre en las dos siguientes. Los mismos rasgos, los mismos personajes, las mismas rarezas de su protagonista al que se le presupone que deberíamos conocer, eso es lo que entiende Danny Boyle, que todos deberíamos conocer al menda este, al tal Steve Jobs.
Un Steve Jobs al que acabaremos cogiendo manía, pero no sólo a él, a su colaboradora, a su hija, a los que han trabajado con él y hasta al que lleva el carrito de los helados. Y es que nada avanza en este despropósito cercano a la locura, porque eso es este film, una locura para aquel que crea que va a conocer algo de la historia de Steve Jobs que no sea la de un tio que anda continuamente por las escaleras y los interminables pasillos, que no para de quitarse los zapatos y de hacer estiramientos y que disfruta soltando chorradas a diestro y siniestro.
Se podría hablar de la acertada caracterización de Michael Fassberder en el papel de Steve Jobs y de la siempre eficiente interpretación de Kate Winslet, pero por desgracia no tiene sentido con esta trama. Un film, que si el propio Steve Jobs lo hubiese utilizado para promocionar alguno de sus productos no hubiera vendido ni el envoltorio del mismo, con eso lo digo todo.
Y lo peor, y es por lo que escribo esta crítica es que me considero seguidor de Danny Boyle, un director que cuenta con dos joyas, "Slumdog Millionaire" y como no, "Trainspotting" un hito que marcó a una generación. Pero es que el señor Danny Boyle no tiene remedio, y de vez en cuando se saca de la manga algún film como este, incomible. Aunque para ser sincero, peor que este pocos o más bien ninguno.