Gordon Douglas siempre estaba allí para filmar lo que le echaran por delante. Río Conchos era una peli más de ésas, con actores poco conocidos o que no eran grandes estrellas, y con un argumento muy calcado al de Los Comancheros de M. Curtiz de 1961 (dejaos de tantas tonterías de Kurtz, etc., y además da grima leer críticas que copian las de otros). Pero al amigo Gordon le salió una película cojonuda de verdad. En ella se demuestra una vez más que con cuatro ideas bien hilvanadas y con actores que le ponen ganas, y un poquito de oficio, además de buena música y fotografía, se pueden hacer grandes cosas. El mejor papel de Boone, que un año más tarde lo bordaba también en compañía de Charlton Heston en El señor de la Guerra, y lo hacía también muy bien en Hombre de Martín Ritt de un par de años o tres más tarde. Siempre he pensado que era un precedente, al menos físico, de Al Lettieri, porque de no existir este sus papeles en El Padrino y en La Huida los hubiera podido hacer perfectamente Boone. Franciosa está estupendo en su papel de mexicano, y sí la escena con los bandidos mexicanos es la mejor. Ahora bien, Stuart Whitman no me parece un actor excelente, ni mucho menos, y Jim Brown se limita a cumplir en casi todas sus pelis, que no es poco. La chica apache, Wende Wagner, consigue que te den ganas de ponerte plumas y ese final con Whitman transmite muchas cosas. Hoy la han puesto en el canal 13, que habían programado Dr. Zhivago, pero no ha podido ser, se ve que la consideran demasiado comunista y estamos con Podemos que nos cagamos las patas abajo. Ya hace calor, el próximo domingo me voy a la playa.

Cuando la vote por primera vez le puse un 5 pelao. Pero tras leer alguna críticas y volver a visionarla le he puesto un 2. Menuda mierda de película. Más falsa que un duro sevillano. Tras años de oír hablar de esta peli en mi barrio y el otro día, de nuevo, a una chica muy joven en un autobús, creo que se trata de una película eminentemente generacional, lo que explica que no me gusta porque ya soy demasiado viejo. Como decía, es una película muy falsa y dirigida a gente que se cree la publicidad de la tele, lo de las ONGs y todas esas patrañas. La típica película de un nuevo milenio (es de 2001). De hecho, da pavor pensar que esta película fue el primer gran éxito del siglo XXI.

He vuelto a ver esta maravillosa película por tercera o cuarta vez. Y les voy a dar una lección a unos cuantos, porque es indignante que se permitan publicar críticas de gente que ni siquiera presta atención a la película: que no es la madre la señora que vive con el asesino, sino su mujer, ¡coño!
Dicho esto, la película tiene un arranque portentoso: todas las escenas con el buhonero, que es el mejor actor en esta película con diferencia, son fantásticas. Así mismo, el primer contacto de la policía con el caso, la escena de la escuela con el comisario que interpreta Rühmann, etc.
Luego la película decae un poquito, más que nada por los automatismos de las deducciones que hace el comisario, que a veces son algo burdos, pero que funcionan. De todas formas, en 87 minutos nos cuentan lo mismo que hoy día emplearían unos 180 minutos. Quizá le faltan a la película unos 10-15 minutos para explicarnos de forma no más lógica, pero sí no tan rápida muchas de las deducciones que se hacen y sus consecuencias.
Ahora bien, el principal fallo de la película es que no se plantea a fondo algunos dilemas morales: en realidad, así como el asesino tiene una necesidad perentoria de matar niñas y, por lo tanto, no se detiene ante nada, el comisario tiene la misma necesidad de atraparlo y tampoco se detiene ante nada: llega a poner en juego su carrera policial en el extranjero, se retira de la policía, pone en juego la vida de una niña sin contar con los medios necesarios para protegerla, y todo por su deseo de triunfar a toda costa. Se nota que es un hombre solitario (no está casado y él tampoco tiene hijos, aunque pudiera ser viudo y tener hijos, pues nadie en la película insinúa lo contrario, pero no es esa la sensación que nos transmite el personaje), triunfador en su trabajo, sin duda, pero obsesionado al fin y al cabo por un asesino. Y, a dicho nivel, sin duda, esta película es un excelente precedente tanto del remake de Sean Penn, como de la actitud del personaje de Jake Gyllenhaal en Zodiac.

Película indignante. Además de que la trama no se la cree nadie, lo que más me saca de quicio es el fabuloso negocio, habida cuenta del éxito que tuvo, que realizó Benigni, su mujer y el cuñado, todos ellos productores de la peli de marras. Se tuvieron que forrar a costa de la desgracia de los demás, aunque hubiese pasado más de medio siglo. Además, la referencia a la liberación del campo por parte de los estadounidenses, com carro de combate y bandera al viento... de juzgado de guardia. No sé, un pajarito me ha dicho que hubo más campos liberados por el ejército soviético que por los aliados occidentales. Una bazofia y una tomadura de pelo. La pasta es bella, y no me refiero a la de comer.

Pues sí, polvo diario era el que tragan en esta película cuando envían a la compañía de Van Damme hacia un fuerte (el último bastión de Francia, que ya ha perdido nueve) en pleno desierto. La película no da para mucho (y las críticas de los que se la cargan tampoco), está llena de tópicos, etc. Pero, uno, Van Damme está mucho mejor que en la media de sus películas; dos, la música es excelente; tres, la ambientación está muy cuidada y la fotografía es muy buena; y cuatro, claro que no se le puede pedir demasiado, pero me da la sensación que muchos la han visto para poder decir que es una mierda. Y si tienes tan claro que algo va a ser una mierda y aún así la ves, el problema no es de la película, es tuyo (que eres un gili...).