Julia Roberts interpreta en una gran actuación a "Erin Brockovich", una mujer separada dos veces, con tres hijos y un carácter fuerte y decidido. Ella tiene un modo muy audaz de vestirse lo que provoca que sea discriminada. Consigue un trabajo en un bufete de abogados y es aquí donde se enfrentará a una de las pruebas más difíciles que le ha tocado en su vida. Un lucha personal que la llevará a descuidar, incluso, lo más importante que tiene, sus hijos.

Ese es el resumen de esta película que me pareció bastante interesante, pero muy por debajo de otra cintas de temática muy parecida como "The insider" (Michael Mann, 1999). A mí la personalidad de la protagonista no me simpatiza en nada, hasta me enfurece. No soporto a las mujeres así, prepotentes...creo que pierden lo más lindo que tienen, que es su feminidad. Por ello, que el personaje de Roberts es, a mi modo de percibirlo, aborrecible, sin que por ello sea una gran actuación, solo crítico el carácter del personaje.
Por otra parte, hay que valorar lo decidida, esforzada y sacrificada de esta mujer que hará todo lo posible por lograr su meta, ello le demandará mucha dedicación, por lo que sus prioridades se confundirán a ratos. Siempre el éxito va de la mano de un sacrificio importante...Para ganar hay que perder...y Erin perdió en algunos momentos (por ejemplo, su hija diciendo sus primeras palabras).

Interesante cinta con una buena actuación de la protagonista, un buen guión y una buena fotografía para una historia basada en un hecho real que sin duda no dejará indiferente.

No señores...esta película no es de terror, con suerte alcanza para un mal drama.
Cuenta la historia de Ikuko, una niña de 5 años que se muda junto a su madre a un departamento el cual tiene una constante gotera que cada vez se hace más evidente, eso unido a extrañas visiones de la madre y objetos encontrados una y otra vez (el bolso rojo) hacen el fuerte del argumento.

Me parece que la historia es leeenta, y que cada vez que pretende dar miedo cambia la escena, además abusa de situaciones, por ejemplo el ya mencionado bolso rojo que es encontrado una y otra vez pretendiendo causar temor en el espectador. Reconozco que la vi con expectativas, pero estas se derrumbaban en la media hora de película.

Posee un guión pobre con demasiadas lagunas e interrogantes, situaciones sin sentido y una escena copiada de "El resplandor" de Kubrick. Una historia previsible en todo momento y un final que probablemente sea lo peor que nos ha entregado el cine de ¿terror? en los últimos años.

Como dije anteriormente es una cinta fallida que se sale del género para caer en algo que no sé bien lo que es, pero aseguro que un drama no es. Si tienes la intención de ver una película de miedo, esta no es alternativa...

No tengo nada en contra del cine venido desde esos lados del mundo, menos si este es un musical, género que por lo demás me agrada bastante. Pero lo que no puedo tolerar es que con un nivel de presupuesto bastante alto por lo visto, pueda realizarse un producto tan malo. Sin duda, que en occidente sabemos mucho de esos desastres comerciales, y tal vez por eso no me asombra mucho lo que pasó con "Saawariya", cuya primera imagen de la cinta es el logo de Columbia Pictures, lo que llama la atención y hace suponer que lo que veremos será un espectáculo carente de profundidad y emoción, dos características que un espectador encuentra en la mayoría de las películas que vienen del segundo país más poblado del mundo, este no es el caso. Sin duda Hollywood ya nos entregaba señales de lo que pasaría el 2009 con la ceremonia de los Oscar donde se selló el acuerdo con Bollywood y se estampó la firma con nada menos que 8 Oscar para una película que no merecía más de 1 o 2 estatuillas. Pero bueno, volvamos a lo nuestro...

"Saawariya" tiene todo lo que se necesita para que resulte mal. En primer lugar un guión paupérrimo, no se salva por ninguna parte, diálogos de vergüenza ajena, argumento pobre e insustancial. Esto al menos para mí, son defectos gravísimos a la hora de criticar una película. En segundo lugar tenemos las actuaciones que son patéticas, amateurs, como si trataran de actuar mal a propósito.
En tercer lugar los números musicales que deberían cobrar una importancia grande dentro de la película, son de lo más intrascendentes, básicos y carentes de emoción y empatía con el espectador. Coreografías pocas y números individuales ridículos y sin gracia.

Si tuviera que a la fuerza rescatar un punto bueno de la película, este sería la ambientación, que para mi gusto, es lo menos malo que tiene la cinta, con unos decorados y una ciudad que sólo existen en los sueños. A eso agregar que la acción se desarrolla siempre en la noche, como si nuestros protagonistas fueran gárgolas o vampiros, es entonces como jamás le vemos la luz al día, y es esa misma oscuridad en la que se sumerge la película en las ¡¡¡¡ 2 horas 15 minutos que dura!!!!....excesivo para mostrar tan poco.

Lo siento señores, pero hay que ser sinceros con esta súper producción indi-hollywoodense que se hunde en el más absoluto de los olvidos, pero que presiento que en un futuro bien cercano tendremos que seguir aguantando estos híbridos cinematográficos que cuyo único objetivo es posicionar una industria tan sólida como la hindú en un mercado tan decadente como el norteamericano.
Sin duda, abstenerse de verla...

“Triangle of Sadness”, “El triángulo de la tristeza” (2022). Me encanta la comedia negra. Sobre todo cuando está mezclada con crítica social en modo sátira brutal. Hace un par de años, la película “Don't Look Up” fue justamente aquello. Una sátira que criticaba en modo bastante burlesco y directo a la especie humana en su (supuesto) afán por salvarse del fin del mundo. Por supuesto, me encantó.

“El triángulo de la tristeza” es una comedia negra exquisita y escrita de forma magistral. Un guión que estructura la historia en tres actos; “Carl y Yaya”, “El yate” y “La isla”. La concentración de la riqueza en unos pocos, la inmensa diferencia de clases sociales, la desigualdad de género, el racismo y la inutilidad del dinero frente a catástrofes o condiciones naturales adversas son algunos de los temas que constituyen los ejes centrales de esta magnífica película dirigida por Ruben Östlund.

El director pretende y logra hacernos reflexionar sobre el mundo actual y como se configuran las sociedades y las clases sociales. Ese mundo está representado en el yate (escenario de la segunda parte), donde los ricos explotan y humillan a los trabajadores, a quienes se les prohíbe dar un “no” por respuesta a los requerimientos de los clientes. Cuando ese “mundo” se desequilibra y las condiciones cambian (tercera parte), el poder se redistribuye invirtiendo la torta con resultados parecidos, pero no iguales. La cinta está repleta de buenos e inteligentes diálogos, un humor negrísimo y un ritmo que a pesar de los 150 minutos de duración se hace ameno, gracias a la dirección, montaje y excelente guión.

Ruben Östlund es un realizador al cual hay que seguir de cerca. Sus anteriores obras, “Fuerza mayor” (2014) y en especial “The square” (2017) fueron reconocidas por crítica y público. Ésta última se encuentra en la misma línea de la sátira y la comedia negra, aunque un poco menos directa que la película aquí reseñada. “El triángulo de la tristeza” ganó la Palma de Oro en Cannes y se encuentra nominada al Oscar en la categoría de Mejor película. En resumen, tremendo trabajo, probablemente de lo mejor del año pasado y sin dudarlo, la recomiendo. (Nota 9/10)

Como dato y nota al margen, una de las protagonistas, Charlbi Dean falleció el 2022 a la edad de 32 años debido a una rara enfermedad. Q.E.P.D.

Douglas Sirk fue un tremendo director. Apodado el “rey del melodrama” creó, sobre todo en los años 50, verdaderas piezas maestras del séptimo arte como por ejemplo “Tiempo de amar, tiempo de morir” (1958), “Escrito sobre el viento” (1956) y “Sólo el cielo lo sabe” (1955), entre otras.
“Imitación a la vida” está basada en la novela de Fannie Hurst y fue protagonizada por Lana Turner y John Gavin. Aunque sin dudas, los puntos más altos del reparto actoral fueron Susan Kohner y Juanita Moore, quienes interpretan a los dos personajes más complejos y exigentes de la película.

La historia tiene más de un hilo narrativo. Por una parte, Lora Meredith (Lana Turner) en su afán de consolidarse como una actriz de teatro de respeto, intentará con persistencia y constancia cumplir su objetivo. Una vez logrado aquello, el costo afectivo, familiar y personal que Lora debe asumir es altísimo, dejando de lado en muchos aspectos a su hija.
Por otro lado, la sirvienta de Lora (Juanita Moore), una mujer de color, tiene una hija que reniega y se avergüenza de su madre por su raza. Es en mi opinión, esta relación, la más dura y dramática de la película. Hay escenas que realmente conmueven, sobre todo en el tramo final.

Son varios los puntos fuertes de “Imitación a la vida”. Las actuaciones, la dirección de Sirk, pero por sobre todo el guión, convierten a esta obra en un pilar fundamental del género dramático norteamericano de los años 50. Resulta magistral la construcción y evolución de los personajes en sus anhelos, frustraciones y afectos. También sorprende la capacidad de su director para exhibir a la sociedad norteamericana en relación al racismo, al sueño americano y la búsqueda de la felicidad. Por supuesto, nada de lo señalado es retratado con positivismo, dejando al descubierto realidades que son secretos a voces.

Muy buena película. Recomendada como toda la filmografía de un director que entendía el cine como la vida, sin imitaciones y plasmando en imágenes la radiografía fiel y certera de una sociedad que en varios sentidos está enferma.