Debut en la dirección de Kim Ki-duk, que realizó esta película con un presupuesto bastante escaso.

"Lo único" en que se parece este filme a otros del mismo director es en que la historia de partida es bastante original a la par que surrealista, en un par de grandes momentos aislados y en el magnífico final.

Sin embargo, es de sus peores películas, en general bastante normalita y a años luz de muchas de las otras (no digamos ya de Hierro 3). Yo viendo esto no imaginaría que su director 8 años después haría una de las mayores obras maestras del cine reciente (por no decir de la historia del cine). Pero bueno, se deja ver.

Esto es un pedazo de thriller policiaco como la copa de un pino y lo demás son tonterías. Quizá mucha gente no sepa apreciarla en su justa medida, y es que ocurre algo parecido a lo que pasa con The Host, del mismo director. Aquí nos encontramos con un thriller dramático sobre un tema terrible como es el de unos asesinatos en serie, en el que hay policías que no dudan en torturar a la gente en cuanto tengan la más mínima sospecha sobre ellos y cada dos por tres hay escenas cómicas introducidas con una naturalidad y una sutileza increíbles, que encajan a la perfección y que en parte ni siquiera parece que estén hechas con esa intención, lo que puede descolocar al espectador.

A eso le añadimos que el protagonista es Song Kang-ho, sin ninguna duda uno de los mejores actores del mundo, y se convierte en una imprescindible, si es que no lo era ya de por sí.

Lo primero que me sorprendió durante el visionado de la película es que no sabía qué estaba viendo. Así de claro. ¿Es una comedia? Ciertamente, me reí en muchas ocasiones. ¿Es un drama? Ciertamente, tiene momentos dramáticos. ¿Es cine negro? ¿Es un thriller? ¿Qué es? Ni idea, pero el resultado de esta mezcla de géneros es genial.

Sobre el reparto, qué decir salvo que Ralph Fiennes está muy bien, Brendan Gleeson aún mejor y lo de Colin Farrell ya roza la perfección.

Me ha recordado ligeramente a Pulp Fiction (aunque está a mucha distancia de esa obra maestra) por lo absurdo de algunas situaciones (la cuenta hasta tres en el hotel no tiene precio), por lo inesperado de la acción, que nunca sabes por dónde van a ir los tiros y casi siempre sorprende, y por lo desternillante de algunos diálogos que, además, suenan de lo más natural (la conversación sobre el conserje cincuentón karateka es impagable).

El guión, en general muy bueno, es en momentos puntuales prácticamente perfecto.

Por último, me encanta la manera en que venden la ciudad de Brujas. Lejos de mostrarnos sus maravillas y ensalzarla como un paraíso turístico que todo el mundo debería visitar, el personaje protagonista no para de referirse a esa ciudad despectivamente.

No es perfecta y tiene algunos momentos puntuales ligeramente aburridos o desconcertantes, pero es, ante todo, una gran película.

El caballero oscuro demuestra que el dicho sobre que nunca segundas partes fueron buenas no es cierto. De hecho, no sólo es una (muy) buena película sino que es muchísimo mejor que su predecesora, Batman Begins.

Diría que es la mejor película de superhéroes de la historia si no fuera porque no es de superhéroes. Es un filme de cine negro con personajes de Batman (a quien, por cierto, nunca he considerado un superhéroe sino un multimillonario cachas disfrazado).

Ya se ha hablado mucho sobre el Joker de Heath Ledger, y es que realmente lo que hizo en esa interpretación es casi un milagro. Verdaderamente increíble. Consigue algo que parecía imposible: hacer quedar mal a Jack Nicholson. Y es que, por mucho Jack Nicholson que sea Jack Nicholson, la interpretación de Ledger como Joker es mucho mejor que la que hizo él hace ya casi 20 años. De hecho, viendo esta película es cuando de verdad me he dado cuenta de lo que se ha perdido el séptimo arte con su muerte.

Pero de todos modos me parece un poco injusto que sólo se hable de él en cuanto a las interpretaciones, ya que TODOS los actores de la película lo bordan, si bien no tanto como él. Christian Bale, genial. Aaron Eckhart, genial. Gary Oldman, genial. Morgan Freeman, Michael Caine y Maggie Gyllenhaal, aunque con papeles que tampoco tienen mucha miga, geniales.

El guión es sublime se mire por donde se mire y la dirección de Christopher Nolan impecable. Entre ambas cosas se consigue mantener al espectador pendiente de la pantalla durante 2 horas y 20 minutos que se pasan volando sin apenas darse cuenta. En todo ese rato uno no se aburre ni un instante y está constantemente esperando ver qué va a ocurrir, sin perder la atención en ningún momento.

Lo dicho, extraordinaria.

Por cierto, los efectos especiales, maquillaje y demás apartados técnicos son una pasada, claro, pero a estas alturas es algo que se da por hecho.

Sin ser una mala película, ni mucho menos, le encuentro más valor como introducción a la séptima temporada de la serie que como película en sí. Conserva buena parte del espíritu de la serie, pero no es tan trepidante ni sorprendente. Mientras que en la serie a menudo hay giros inesperados de guión que dejan boquiabierto, aquí la cosa no pasa de ser una (buena) película de acción donde, eso sí, se ha empezado a preparar una trama que tiene pinta de ir a ser de lo más interesante a medida que se desarrolle la próxima temporada de la serie.

Junto a rostros ya conocidos de la serie vemos a otros que provienen del cine, como Robert Carlyle o Jon Voight.

Tremendamente recomendable para seguidores de la serie, pero no tanto para los profanos en la materia.