Guasón. Así se conoce desde hace décadas al archienemigo de Batman en Latinoamérica. Muchos recordarán los primeros comics a finales de los 70 que llegaron a España. Los pequeños cuadernillos de la editorial Novaro no sólo tradujeron Joker por Guasón sino que se atrevieron con todos los personajes. Así Bruce Wayne, pasó a ser Bruno Díaz. En fin. Que risa. Cosas peores hemos visto en España.
La segunda parte de la nueva era de Batman nos hace olvidar al fin los patéticos intentos de Tim Burton y Joel Schumacher y sus 4 Batmans. A cada cual más ridículo. Desde la penosa elección de de Michael Keaton, hasta el tránsito de los no menos despreciables Val Kilmer y George Clooney.
Tras Batman Begins (2005), Christopher Nolan se atreve con la visión de uno de los grandes de la novela gráfica: Frank Miller. A finales de los 80, su serie de obras maestras de la historieta sobre Batman cambiaron radicalmente la visión infantil que el propio creador del personaje, Bob Kane, le dio en los primeros compases de vida.
Batman sigue su cruzada contra el crimen en Gotham City, ayudado en esta ocasión por el comisario Gordon que vuelve a interpretar Gary Oldman. Pero para frenar a los paladines del bien, se revela un nuevo enemigo digno de ser calificado por fin como el supervillano que todos esperábamos. El Joker. Con una interpretación magistral del fallecido Heath Ledger se convierte sin duda en el verdadero protagonista del film. El caos y la destrucción se apoderan de Ciudad Gótica. Pero Batman y Gordon, se encuentran con un nuevo aliado. El fiscal Harvey Dent. Todos los fans de Batman saben en qué se convertirá Harvey “Dos Caras” en un futuro así que ahorramos los detalles. La presencia del supuesto amor perdido de Bruce Wayne es anecdótica como en la primera entrega. La mujer de Tom Cruise, Katie Holmes, a Dios gracias es sustituida por Maggie Gyllenhaal que lo mismo nos da que nos da lo mismo. El resto del elenco es de agradecer con Michael Caine de nuevo como el asistente del Wayne, Alfred y Morgan Freeman cómo inventor de todos los gadgets tecnológicos del murciélago.
Nos ha gustado mucho. Es trepidante desde el primer momento. Los diálogos de Batman y Joker son magistrales y los monólogos de Ledger tienen la crudeza y originalidad que se espera de un digno enemigo del caballero oscuro. Lástima que Ledger no pueda volver a ser Joker en la futura adaptación de otra novela gráfica magistral centrada en la vida de este sujeto. The Killing Joke ò La Broma Asesina como se presentó en España tendrá otro Guasón al frente.

Es bastante probable que con los años me esté volviendo un cínico infinito pero es que estas peliculillas de asesino malvado que se carga a 20 adolescentes en edad de procrear en una sola noche ya no me fascinan tanto cómo antes. Que tiempos aquellos los de Viernes 13(1980) o Halloween (1978). Estos fantásticos documentales sociológicos fueron los primeros en mostrarle al mundo que el nivel intelectual del adolescente norteamericano es el mismo que el de una ameba. Vamos a ver niños. Un tipo con un machete lleno de sangre y una máscara de hockey no entra en tu habitación a las 4 de la mañana para pedirte el DVD de la tercera temporada de Los Serrano. Es más, si la ventana está abierta, sería conveniente que escaparas en lugar de esconderte debajo de la cama. Mi recomendación es que si logras salir de la habitación y puedes llegar a la puerta de la calle, eligas escapar por ella en lugar de bajar al sotano.
Una noche para Morir es el remake de la peli canadiense Prom Night (1980) en la que la chica de pectorales prominentes, Jaime Lee Curtis, se pasa una hora y media gritando y huyendo de, no se lo pierdan, Leslie Nielsen. Sí, el de Agarrado cómo puedas (1988). En este caso, unos jóvenes de capacidad craneana reducida y con serrín en lugar de masa encefálica, viven su baile de graduación. La protagonista, Donna, hace tres años que perdió a toda su familia. Mama, papa y el repelente hermanito pequeño murieron a manos del profesor de matemáticas de Donna al que se le fue la chaveta tras enamorarse perdidamente de ella. Mira tu que casualidad que se escapa de la cárcel el día del baile de graduación.
El resto lo de siempre. Que me cargo a tu amiga, a su novio, a la camarera, al recepcionista, a un guardia de tráfico, al gato de la vecina. La película empieza con Time of the Season de Los Zombies de fondo. Mal asunto desde el minuto cero. Yo hubiera puesto un Greatest hits de O.T. Dirige Nelson McCormick a quien recomendamos entrar en el programa de protección de testigos del FBI y protagoniza Britanny Snow. Tiene cara de simpatica la chica.

La temperatura veraniega nos ha traído otro de esos subproductos de imitación cutre de Indy Jones. Hace tiempo que alguien de la Universal se le ocurrió, dada la sequía mental de los guionistas, volver a sacar revisiones más o menos actualizadas de sus monstruos clásicos. Kenneth Branagh ya se ocupó en 1994 de asesinar cinematograficamente con un bodrio sin precedentes en la historia de la humanidad al viejo Frankenstein mientras que Coppola hizo lo propio en 1992 con el chupasangre más querido por las señoritas en edad de ser presentadas en sociedad. Tanto Drácula como el viejo profesor y su monstruo están más o menos agotados así como hombres lobo y demás engendros.

Todos menos el viejo Imhotep y su tropa de egipcios locos despertados de un letargo de más de 3000 años. La momia tuvo una decena de entregas bajo el sello de la Hammer británica y volvió con dos más desde Hollywood en 1999 y 2001 de la mano de Stephen Sommers. Éxito de taquilla a pesar de la indecente copia de todos los iconos de las tres entregas del Doctor Jones y sus aventuras.

Tras las dos momias procedentes de Egipto ahora Rick O’Connel y su mujer Evelyn se ven envueltos en otra historia con muerto resucitado pero en esta ocasión en la China Mandarina. Allí anda el hijo de la pareja que ya ha dejado, a Dios gracias, de ser un casposo niño enterado de la patata. Ahora es un joven igual de despreciable que el niño, que trabaja en la excavación de la tumba del Emperador Dragón que no es otro que Jet Li. El único hacedor de patadas que me cae bien.

Bueno, cómo aventurita para un sábado por la tarde sino tienes nada que hacer está bien. Brendan Fraser se vuelve a enfundar el papel de imitador malo de Indy Jones y Maria Bello sustituye a Rachel Weisz en el papel de la arqueóloga Evelyn, esposa de Brendan “O’connel” Fraser. Dicen por cierto las malas lenguas que Rachel Weisz se negó a firmar la tercera parte porque no le gustaba nada la idea de que su personaje tuviera un hijo de 18 años. Las buenas lenguas dicen que fueron problemas de agenda.

De todas formas no vale un pimiento de padrón con picores incluido. Como aventura es mala, como guión es poco original para este tipo de historias y las batallitas de 5000 contra 5000 ya aburren desde El Señor de los anillos (2001) hasta al más fan.

Rob Cohen tras la cámara con cierta pericia en las escenas de acción pero con el duro trabajo de convertir una mala historia en una buena película. Suerte la próxima vez.

Jack Gramm tiene 88 minutos para atrapar a un peligroso asesino en serie. Nada nuevo para un eminente psiquiatra forense del FBI además de profesor en la universidad de Seattle en donde se dan patadas por asistir a sus clases. Lástima que el crimen que tiene que evitar sea su propio asesinato. Punto de partida más visto que un anuncio de compresas. Estamos ante otra más del género "asesinos más malos que la quina”, género abierto por Jonathan Demme con El silencio de Corderos (1991).Trama clásica en la que los cazadores de malos, se convierten de repente en la presa.
Al Pacino se embarca en esta historia más que flojita de guión, interpretando al protagonista. El doctor Gramm y su análisis del asesino en serie de mujeres Jon Foster hacen que la silla eléctrica sea su destino inmediato. Mientras espera en la milla Verde, alguien imita todos sus asesinatos al pie de la letra y de la sangre. Un escenario que hace a todos dudar de la efectividad de los análisis del buen doctor.
Los alumnos de Gramm tratan de echarle una mano pero atentos porque más de uno parece llevar la palabra culpable escrita en la frente.
Un argumento vacío lleno de huecos que no se llenan. Personajes poco carismáticos. El asesino esta a años luz de Hannibal Lecter y sus discípulos y Al Pacino dista mucho de, por ejemplo, aquel policía de Melodía de Seducción (1989).
El director Jon Avnet nos lleva por la senda del telefilme barato ò de un capítulo de la serie de televisión Asesinos Rituales. Queda demostrado una vez más que no es suficiente tener a Pacino al frente de un reparto para que la cosa funcione.
A saber de grandes fiascos con Al de protagonista. Un Domingo Cualquiera (1999), Simone (2002), Insomnio (2002) o la increíblemente olvidable Relaciones Confidenciales (2002). También es cierto que son rollos sin precedentes en la historia de la humanidad en un mar de aciertos. Y es que Pacino está dentro del club de los llamados “puretas con careto”. Algunos destacados miembros de este selecto club son Robert de Niro, Jack Nicholson o Harvey Keytel.
88 minutos se deja ver pero poco más. Deseas el final de una vez pero no para que te aclaren la supuesta compleja trama que han tejido en torno a los personajes, sino más bien, para demostrar una vez lo previsible y agotado que comienza a estar el género de Asesinos complicados.
Policía en Serpico (1973) o narcotraficante en El Precio del Poder (1983). Pacino siempre gusta. Y gustará seguro en Righteous Hill que dirige el lumbreras de Tomates Verdes Fritos (1991), que casualmente es el que firma 88 minutos. Lo bueno es que en esta ocasión le acompañará otro “careto”, el de Robert de Niro. Y en esta ocasión prometen compartir plano y todo.

Tengo que reconocer que me ha gustado moderadamente. Debe ser que me cogió el día en el que estaba deseando ver saltos, persecuciones, planos tipo MATRIX en los que todo va muy lento y las balas parece que no llegan a su destino.
Wanted cuenta con todo lo necesario para ser eso que llaman "revienta" taquillas. Sin ánimo de fastidiar el argumento a los que irán a verla, sólo decir que la cosa va de una sociedad secreta de asesinos que se creen, cómo Jack London describía en Asesinatos S.L., con el derecho de cargarse al que sea porque sencillamente se lo merecen. Un "pringao" del tres al cuarto que resulta ser el protagonista, de repente se da cuenta que es una especie de elegido por la secta de asesinos. Evidentemente este punto de partida gira en un algún momento. Lo malo es que ya te hueles desde el principio donde cómo girará y a favor de quién.
El ruso Timur Bekmambetov se pone tras la cámara después de unas decepcionantes Guardianes de Día y Guardianes de Noche. Ha contado con el elenco más deseado para una película de acción. La Yolie en mejor forma que nunca y luciendo todos sus falsos tatuajes en un cuerpo más que serrano hará las delicias de los seguidores. Integral trasero incluído (je,je). Pero poco más. Por ahí desfila el chófer de Miss Daisy, Morgan Freeman, haciendo caja como de costumbre en sus últimos títulos además de una exótica incorporación que vez en cuando se deja ver por el cine yanqui, Terence Stamp.
La escenas de acción, tiroteos, persecuciones, entrenamiento del nuevo asesino.. son perfectas y es de agradecer al director que la cámara se mueva lo justo para no marearte en la sucesión de mamporros, patadas, tiros, y sangre que desfilan de principio a fin.
En definitiva. La ves una vez, pero dentro de un tiempo cuando la echen por la tele, cómo ya sabes el final, va a ser mejor cambiar de canal. Igual es conveniente que te ahorres el ir al cine y esperes al DVD. He dicho.