Alejandro Amenábar, tras varios años de pausa como director, nos presenta la película "Regresión", una coproducción hispanocanadiense que, desde mi punto de vista, cumple con las expectativas.
La obra tiene un ambiente muy logrado, con una fotografía casi impecable y envolvente, y la historia, a pesar de sus altibajos, consigue intrigar y entretener de principio a fin gracias a los acertados juegos de guión.
En definitiva, considero injustas las malas críticas iniciales que he leído, pues yo he disfrutado en el cine con una propuesta comercial, sí, pero con contenido que te hace reflexionar sobre, como diría el psicólogo del filme, el curioso universo de la mente, la cual aún queda por explorar.

Por fortuna o por desgracia, soy profesor de secundaria. Y esta crítica está relacionada con tal hecho.
Sí, podría realizar un escrito magistral para cinéfilos sobre las pocas cosas buenas que tiene la película y sobre las muchas malas. Pero no es el caso. Del filme me limitaré a decir que cumple con su cometido de entretener y de presentar escenas de baile "break dance" interesantes con un argumento tópico y alguna que otra americanada.
Sin embargo, me centraré en lo que he mencionado al comienzo del texto. Decidí un día, bajo recomendación de un alumno, poner "La batalla del año" a mi grupo de 2º E.S.O. En mi instituto, la asignatura de Lengua (que es la que yo imparto) se divide en grupos flexibles, los cuales se establecen, por criterio de la dirección del centro, en función de los niveles (lo cual pedagógicamente es bastante discutible). Pues bien, yo tengo el más bajo: chicos con contexto difícil, repetidores, desmotivados en los estudios, etc. Y he aquí el "milagro" que consiguió el visionado de esta película. A los chavales les gustó, la vieron entera con concentración y disfrute. No es fácil conseguir captar el interés de este tipo de alumnado. Además, con el trabajo posterior se motivaron e identificaron bastante. Más allá de pedirles el típico resumen del argumento, les pedí que reflexionaran sobre sus objetivos en la vida y si consideraban que podían conseguirlos y cómo lo harían para llegar a ellos. La respuesta del grupo no tuvo desperdicio. Y ya están deseando ver otra "peli" parecida. Me han dado sin saberlo una manera de "chantajearlos". Volverán al aula digital si muestran esfuerzo en clase. De momento funciona.
En definitiva, esto nos enseña que el mundo del cine es más complejo y utilizable de lo que nos imaginamos. A veces, despreciamos obras que no son una maravilla de este séptimo arte, pero que, sin embargo, pueden ayudar a gente que nos rodea. Animo a otros docentes a que lo prueben.

Sí, sé que el título de mi crítica es largo y que ya dice prácticamente todo lo que pienso de esta película y de su valoración, aun así, intentaré desarrollar mi opinión aunque no posea esa "otra visión superior" que algunos dicen tener sobre la media.
Desde mi punto de vista, al final, este cine que no hay quien realmente lo entienda y lo pueda ver de un tirón sin soltar un bostezo, sirve para que cuadro pseudointelectuales se regodeen diciendo que ellos sí comprendieron la película y que es una maravilla, y que quien no la entienda es o porque está lobotomizado por el cine comercial o que directamente no tiene las suficientes neuronas.
Sinceramente, creo que hay diez mil formas más interesantes y digeribles de mostrar el proceso de adicción y alucinación de un escritor neurótico, que las que se exponen en este filme. En otras ocasiones, Cronenberg me fascinó, pero en esta oportunidad, y aunque suene hasta violento, me parece que su propuesta es un auténtico bodrio y excesivamente pretenciosa.

El cine está llegando a un punto en el cual ya no es fácil sorprender al espectador con violencia y sexo. Por ello, algunos directores y guionistas van más allá y buscan lo más explícito.
No habría nada que decir si hubiese un pretexto argumental. En algunas películas sí se encuentra. Pero en otras, como en "Eden Lake", no, no lo hay. Muchas escenas podrían ser ahorradas y el contenido narrativo seguiría siendo el mismo. Pero vivimos en una sociedad entrenada para estar ávida de estas imágenes. Fíjense si no cómo en esta web, sin ir más lejos, abundan las películas de "thriller-terror" muy bien valoradas en el siglo XXI con un alto contenido de violencia (sobre todo) y/o sexo.
El caso es que la película que nos atañe empieza bien, muy bien incluso, para poco a poco ir perdiéndose en un homenaje a la brutalidad lleno de extrañezas argumentales. Parece que el pueblo situado como espacio dramático es un lugar endogámico en el que todo el mundo es familia, por no hablar de lo aislado que está en fin de semana un lugar idílico para el turismo. Y para rematar, como ya suele ser habitual en este tipo de filmes que acaban siendo aclamados, presentan un final enrevesado en el que triunfan los "malos". Claro, así se ganan el beneplácito de quienes odian los tan manidos "finales felices" y éstos ni se paran a pensar en si tiene sentido o no el desenlace. Que por cierto, en "Eden Lake" no lo tiene. Creo que no sólo los pueblerinos de esta historia tienen familias que reclamen sus muertos. Por fortuna.

¿Alguna vez te has sentido una parte más de un engranaje que te necesita para mantener todas sus piezas ordenadas y que te deja un espacio nimio para que te creas auténticamente libre mientras de vez en cuando te hace sentirte un perdedor, un ser carente de creatividad y de ideas propias? Pues aunque no lo creas, "Lego" nos habla de eso y de mucho más. Y si eres de los que se siente así, sin duda te encantará esta película. A Kropotkin le hubiera gustado, y a mí también.
Además, no le falta a esta producción un toque de humor y de nostalgia, aderezado con temas musicales pegadizos propios de otros tiempos, en donde no costaba tanto salir satisfecho de una sala de cine.
En conclusión, recomiendo "Lego, la película" a todo aquel que desee pasar un buen rato y se considere un soñador que sigue confiando en que al ser humano se le priva interesadamente de todo su potencial y que otro mundo es posible. Como cuando imaginábamos y creábamos con nuestras figuritas de Lego.