Jugando al despiste en esta película dividida en 3 actos, Steve McQueen explora, a través de un drama carcelario bastante atípico, los hechos verídicos de la huelga de hambre llevada a cabo por un terrorista del IRA, Bobby Sands.
El primer acto nos muestra el trato inhumano a los presos terroristas en Maze Prisión (una celda mugrienta, desharrapados, sin unas mínimas condiciones de salubridad), lo que desembocará en un motín sangriento; es lo mejor de la película.
Un segundo acto, incomprensiblemente es un diálogo teatral entre un cura irlandés (afín al movimiento terrorista) y Bobby Sands. Alrededor de 20 minutos de verborrea cansina, superflua y maniquea, que terminan con la paciencia y el regusto de lo visionado hasta ese momento.
El tercer acto es la huelga de hambre en si misma y sus consecuencias fatales.
Irregular film que fue objeto de excelentes críticas.
A partir del segundo acto decae mucho la cosa. Y dejemos claro una cosa, Bobby Sands no es ningún santo.

Ya la vi en su día de niño y no me satisfizo en demasía. Fue un fracaso de taquilla y crítica. Parece ser, según lo que he leído por ahí, que es bastante fiel al relato original de Frank Baum.
Esta película es un curioso caso (lo mismo me pasa con "Conan el destructor"); no es una buena película pero, el gran diseño artístico de los personajes, los efectos visuales, el valor de los decorados, vestuario, maquillaje y, un cierto aroma o atmósfera oscura y tenebrosa, hacen de ella, un producto inolvidable.
En resumen, una rareza cinematográfica que merece un visionado cuanto menos.
Un film que poco o nada aclara con respecto a su predecesora y que, tras un oscuro y tétrico arranque, navega sin rumbo a través de una tierra de Oz desolada, que para nada recuerda a la de la película original del 39.
Entrañables son Jack (del que nacerá la inspiración para "Pesadilla antes de Navidad") y el robot "Tic Toc", peor el resto de secundarios incluyendo a la hierática y fría niña Dorothy (que carece de recursos dramáticos, pero llena la pantalla solo con sus ojos).

No supera la sobriedad y ambientación de su antecesora.
Una original y curiosa introducción que desvela el origen de Poirot, da paso a los dos actos de la película.
El primero es una grandilocuente, extensa y musical presentación de los personajes: interesante, aunque larga en exceso, con unas atrevidas y lascivas secuencias entre novios poco apropiadas y, un abuso desmedido del croma para esos fondos de Egipto.
El segundo acto, tras el crimen, es muy convencional, precipitado y poco fiel al texto original, ni de lejos se acerca a la propuesta de John Guillermin.

Regular.
Como película de robos deja mucho que desear, aunque bien es cierto que incorpora el sistema de multi-pantalla por primera vez en la historia del cine (Split Screen), simultaneando varias secuencias y fotogramas a la vez.
Los personajes resultan caricaturescos, poco convencionales y extrañamente insoportables.
El primer acto nos habla expresamente de cómo se desarrolla el robo; el segundo acto desarrolla la historia de amor entre la chica detective y el rico criminal. Mucho mejor está segunda parte por la sensual y bien rodada historia de amor (la secuencia de la partida de ajedrez es memorable).
El final también es acertado.
Digna historia de amor que poco o nada aporta al género de la intriga y los robos, eso sí, con muy bonita presentación y música.

Y el cine también en su lugar y no en caminos inhóspitos, anticlimáticos y carentes de los mínimos principios básicos del lenguaje cinematográfico.
Ambigüedad musical teatral que no trasciende, ni llega. No consigo meterme en la película ni cinco minutos: o bien, por la horrorosa musical incidental (propia de un thriller); o bien, por la insulsa, desconocida y penosa representación teatral (que suma personajes sin ton ni son en un desvarío musical que no hay por donde cogerlo); o bien, por las continuas salidas del escenario para reforzar un melodrama romántico incomprensible; o bien, por el lamentable e inapropiado uso de la "steady cam" (más propia de cine independiente y de otro tipo de historias actuales); o bien, porque la historia y su trama no funcionan, ni me interesan, ni tienen fuerza, verismo, ni crudeza (incluyendo la perorata final nazi que está fuera de lugar y es innecesaria).
En resumen, ¿qué es esto y qué sentido tiene para el espectador? Para mi ninguno, ni dudo que para nadie.
Una película musical que nace muerta y que queda lastrada por toda su ambición e intento de innovación queriendo explorar nuevos códigos expresivos.