Emotiva e intimista visión de la complicidad humana. Las personas somos seres sentimentales, y nuestra razón de ser queda expresada en esta cinta, que hace sentir empatía por lo que se nos presenta como contrario. Mühe da vida a un personaje lleno de contradicciones que nos llena de compasión y comprensión, una interpretación intimista, cuya única sonrisa, en el último segundo de metraje, hace aflorar lo mejor de nosotros.

Le cuesta arrancar al guión, pero va tomando forma consistentemente. Nos deja ver como el exterior refleja muchas veces como se encuentra el interior. Personajes contradictorios viviendo en un momento convulso, actuando de forma convulsa y sintiendo de forma convulsa. Personajes creados desde el fondo del alma, para poder vislumbrar la esencia humana. La ausencia de sus muchas palabras se compensa con momentos de complicidad, como la complicidad de sentir lo que sienten los demás. Querer amar cuando aman y querer salvar al que nos salva.

Saber expresar en imágenes y palabras las dificultades de vivir en un mundo que muchas veces no comprendes, con unas reglas que son dadas por algo o alguien y que no puedes cambiar... no tiene precio. Son 6 personajes principales que encumbran lo natural, lo habitual, lo normal hasta el grado de sublime. Las dudas del día a día; los contratiempos de la vida; el (des)amor; la muerte desmitificada y llena de vida; lo humano y lo divino como parte de nosotros; la vehemencia como parte de nosotros; la locura como normalidad; los sentimientos como método de vida; el sexo transgresor y como pieza natural de nuestras vidas ...

Estos personajes te llevan a amar a las personas. No todo es blanco, ni negro, hay una amplísima variedad de colores. Crecen contigo, evolucionan contigo, no se quedan en el simple bueno o malo, amas sus decisiones, odias sus contradicciones, comprendes su sufrimiento y hasta te engancha su vivir. Peter te engancha con sus dudas, Michael C. Hall hace que intentes quererte a ti mismo, Frances te lleva a comprender lo que te rodea, Rachel te hace comprensivo y vivo y Lauren te lleva a buscar más allá y a buscar dentro de ti lo que te importa... Interpretaciones magníficas, papeles que bordan, te crees el demiurgo, el narrador omnisciente hasta el punto de que te ves enganchado a las pequeñas imperfecciones de esta familia, porque la perfección es el cúmulo de esas imperfecciones diarias...

Los guiones aumentan la carga emocional, nada de grandes alardes audiovisuales, sólo la persona como centro. La fina ironía que corre por sus diálogos le da la naturalidad que necesitaba, el tempo de sus narraciones hace que te involucres. Una más que cuidada fotografía llenan de simbolismo sus flashbacks; sus distintos planos de lectura y su vehemencia narrativa aúpan los guiones hasta lo sublime.


Simplemente recomendable, necesaria. Más aún: indispensable y hasta, por que no... de obligada visión...

Novel hasta la médula... Riós no engancha, Arán sólo lo intenta... Metraje de más, que no cuenta ni añade nada nuevo... Buen intento, temática interesante. Paisajes, música y fotografía envidiable... seguramente lo mejor, pero un guión flojo en una historia sin ramificaciones ni personajes evolutivos... llanos, que no transmiten... Siempre que se intenta analizar una película de temática diferente, transgresora, se le pide algo más, a veces demasiado. La historia de amor a veces deja entrever algo de la sociedad y de los sentimientos de los personajes, pero no podemos dejar de pensar que las pinceladas que pinta quedaron en eso, pinceladas. Representativa escena es la de los protagonistas discuten sobre la posible paternidad. Clichés y falta de emotividad, ahi pierden al espectador, que intenta centrarse en comprender la verdadera historia vivida por los protagonistas.

Como siempre técnica y visualmente perfecta, Eastwood nunca decepciona, y con un DiCaprio que sorprende, que le da carisma al personaje y hace que al poco tiempo te olvides del maquillaje y de la máscara (no solo física) que lleva... pero en el fondo, no llena, no te involucra... pasa de puntillas. Grandes temas y grandes tramas que se diluyen... como saliva en la arena. Nixon, Kennedy... ni se acercan. Promete una trama política, y termina como un drama. Las pinceladas de la relación homosexual, se ve poco creíble, hasta falta de argumento.

Un beso para toda una historia de amor... una única grabación para la rubia de América y un mensaje televisado para el peor presidente de EEUU. Correcta pero no perfecta... pasable pero no entrañable...

No se trata de un nuevo método, ni de transgredir, ni de eneñar... se trata de educar... ¿Quién no se acuerda de su profesor preferido? Pues aqui podemos vernos reflejados... sentimiento y garra emocional para llenar de valores y principios lo efímero y lo eterno... nunca dejamos de educarnos, nunca dejamos de aprender ni aprehender... hay formas y métodos, pero un único fin, ese es el fin de la película, ver que el fin es lo que olvidamos y nos quedamos en discusiones metdodológicas. Emotiva, sensible y con gusto para hacerte pensar... la vida y la muerte... la infancia y la madurez... lo correcto y lo incorrecto... asi somos, los niños y nosotros...así es la película: hay veces que no sabes quienes son los profesores y quienes los maestros...