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España España · Madrid
Críticas de Áralan
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Críticas 83
Críticas ordenadas por utilidad
7
25 de diciembre de 2019
23 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Morning Show enseguida me recuerda a la última serie de calidad en lo que al mundo de la televisión y los noticieros se refiere: The Newsroom. Me la recuerda por los diálogos rápidos, por el walk&talk de los pasillos y porque todo el elenco luce extremadamente inteligente. También porque de cuando en cuando se centra en noticias reales y porque hay una adalid de la verdad, unos ejecutivos que desean parar las verdades por conveniencias personales y económicas y otros directivos que finalmente ayudan a esa adalid.

La producción es de primera y el guion, en líneas generales, me ha parecido de notable en la mayoría de los capítulos. El tema de fondo, el de qué es acoso sexual y abuso sexual incluso cuando hay consentimiento, y que es el núcleo central de la serie, además está en el candelero. En todos esos aspectos, no hay nada que reprochar a la serie.

Sin embargo, hay algunos puntos que me han chirriado todo el camino.

El primero y más gordo es Jeniffer Aniston. Aunque esto sea un drama, sus gesticulaciones son exactamente iguales a las que hacía en Friends y en otras comedias románticas. Sus registros son muy, muy limitados. Sencillamente, no sentía que estuviera a la altura de Resse Whiterspoon en casi ningún nivel actoral. Cualquiera de las secundarias (Gugu Mbatha-Raw como Hannah o Bel Powley como Claire, por mencionar solo dos y las más destacadas), le dan sopas con ondas tanto en los momentos de drama como de comedia.

El segundo es Billy Crudup. Tenía la sensación todo el rato de que estaba intentando encontrar el tono de su personaje y no terminaba de hallarlo. O sea, veía a un actor actuando, no a un personaje. A veces es un ejecutivo despiadado y otras un graciosete con ansias de poder cuya interpretación era un tanto bipolar y que no casaba con el tono de las escenas.

El tercero, el último y penoso capítulo. Me ha parecido llevado al extremo cuando no era en absoluto necesario. Lo que es más, le ha quitado gran parte de realismo y ha destrozado la cabal relación de las dos locutoras y, sobre todo, el personaje de Hannah y su psicología trabajada a lo largo de 9 capítulos. Quiero entender que han decidido tal cliffhanger y dramatismo para dar pie a una segunda temporada, pero de tan forzado, han echado a perder gran parte de la lógica y el capital amasado en capítulos anteriores.

El guion tampoco le ha hecho un favor a Jennifer Aniston. Al querer darle más protagonismo, han terminado por estropearla. Su reacción final me parece sencillamente increíble con su personaje y mal intepretada. La forma de dar el notición o no darlo, realmente chapucera.

Y, finalmente, el mensaje. Con ese ansia de fijarse en los grises y alejarse del maniqueísmo, me temo que han caído en la contradicción. Por un lado hay una relación de superior-inferior en donde la parte inferior dice claramente que se folla a la superior porque quiere y que no está deslumbrada por el poder que tiene y que va a seguir haciéndolo. Que ya es mayorcita y sabe lo que hace, coño. Y está trazada la relación para que veas que eso se da y no pasa nada. Está bien. Correcto. Por otro, hay una relación distinta superior-inferior consentida con una mujer más mayorcita todavía, inteligente, manipuladora de otros (su trabajo consiste precisamente en manipular para conseguir entrevistas) y que accedió libremente a acostarse con el poderoso para luego, en dos capítulos, darle una vuelta al personaje, debilitarlo porque sí, meter un trauma que ha pasado desapercibido tres cuartas partes de la serie para caer en una tragedia que no casa con la propia psicología del personaje y que, además, se carga el discurso de base que la serie quiere lanzar. La lógica aquí es conservadora, por demás. Está bien si quieres seguir una relación superior-inferior y hay amor verdadero y está mal si la cosa se queda en follar. Ha habido un momento en que parecía que iban a dar con el tono correcto de gris, cuando habla de la parálisis, de la admiración, pero al llevarlo al extremo y haber construido el personaje desde otro prisma, como digo, no me ha convencido.

Pero, como digo, la serie es la mar de entretenida, se deja ver muy bien y es muy recomendable.

Que la disfrutéis.
Áralan
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9
18 de diciembre de 2009
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Mi invento no es para venderlo. Puede ser explotado durante algún tiempo como curiosidad; aparte de eso, no tiene ningún futuro comercial».
Y parece ser que lo dijo un tal Auguste Lumière, co-descrubridor del proyector cinematográfico.

Avatar... Avatar... Avatar.
James Cameron, con esta películón, desdice completamente al ingenuo de Auguste. Ni en los sueños más delirantes de los Lumière pudiera haberse fraguado este prodigio. Es maravillosa, deslumbrante, con fotogramas de una belleza inenarrable y de una imaginación tan prodigiosa que ni todos los que estamos aquí criticando juntitos se nos podrían haber ocurrido. Una película que se verá una y otra vez, de la que la gente hablará, una gran historia, en definitiva, que son las que suelen quedar, las que perduran. A Titanic en su día se la pusieron verde, sí, pero es una película que todo el mundo recuerda, incluso quienes la hundieron en los oceános de su memoria hace 12 ó 13 años.
No es una película de personajes (Sam Worthington parece que sigue en Terminator) y no es una película de guión. James Cameron, de hecho, casi nunca ha sido un director que primara el guión y, aún así, todas se han defendido solitas como casi ninguna en el lenguaje del cine: el visual. ¿Que puede recordarnos a «Bailando con lobos» -e incluso a «Pocahontas»-, algunos movimientos estratégicos a «El retorno del rey» y los zooms bélicos a «Star Wars» II? Sí. Y una de las naves nos puede recordar al Columbia y la otra a una de las de Alien's, pero eso no te hará cerrar la boca, parpadear ni dejar de emocionarte ni de sentir que aunque hayas visto esta historia muchas veces en otras partes, posee personalidad propia y, de muchas maneras, es completamente distinta; tampoco evitará que aunque James Horner se «autoplagie» la partitura de Titanic, la música sea una delicia y ponga el alma en su punto (mientras escribo, estoy escuchando su estupenda «Becoming One Of The People, Becoming One With Neytiri»).
Ahí quedará para siempre la inigualable noche bioluminiscente pandoriana, todo un regalo para la vista, su fauna y su flora y, sobre todo, esa sensación de haber visto algo bello, abrumador, irreal y que olvidabas en muchos momentos que lo era, algo que no deseabas que terminase pero que ha pasado en un suspiro y que volveré a ver en 3D para absorber los muchos detalles artísticos que se me han escapado.
Gracias James Cameron, por hablar tan poco fuera de la pantalla, por currar como curras y por hacer lo que haces. Sigue haciendo cine (y olvida tus documentales, coño).

P.D: Hacía tiempo que no veía ambiente de cine en el cine. Hacía años que no veía a la gente tan ansiosa antes de la proyección, tan callada y quieta durante 160 minutos y, sobre todo, hacía 10 años que no veía aplaudir en la sala y las charlas tan animadas post proyección; empero en los últimos meses ya lo he visto 2 veces: con «Ágora» (una cuarta parte de la sala) y con esta (las 3/4 partes de la sala durante más de 30").

Disfrutadla.
Áralan
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7
6 de mayo de 2018
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo es hasta el punto de que no son menos de diez los flashbacks que hace a las películas.

Los puntos fuertes que tiene la serie son que huye de maniqueísmos. Recoge a los personajes en un punto de su vida adecuado y los trata con claroscuros. No se decanta éticamente por ninguno, sea adulto o adolescente; que retoma la idea de que a través del karate (del deporte en general) la gente puede superar sus problemas, sus traumas y en el equipo o en un maestro encontrar algo que le haga superarse; que una vez salido del grupo y de la psicología de frikis, raritos, marginados, el tener el poder te puede convertir en otro acosador (volvemos a lo de esquivar el maniqueísmo); que de vez en cuando se autoparodia y autohomenajea con muy buen gusto y que tiene en el personaje de William Zabka un personaje políticamente incorrecto con el que de vez en cuando te ríes, amén de que han cerrado esta temporada bien, queriendo saber qué va a pasar en la siguiente.

Lo malo que tiene es que la interpretación de Ralph Macchio deja bastante que desear. Afortundamente, los secundarios salvan los papeles en este sentido; que las coreografías de lucha están pésimamente filmadas e intepretadas, sobre todo en la competición del último capítulo; que hay muchos secundarios que no aportan apenas nada a la historia y que adolece de una producción que hubiera hecho subir enteros, amén de que el guion se podría haber mejorado.

En definitiva, a mí me ha gustado como ejercicio nostálgico pero no podemos decir (todavía) que estamos ante una serie magnífica. Es correcta en sí misma pero muy buena al recordar glorias cinematográficas pasadas, que es lo que te hace emocionalmente subir la calificación de este viaje al pasado-presente.

Espero que os guste mucho.
Creo que la disfrutaréis.
Áralan
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10
6 de agosto de 2010
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salvando las distancias, a Inception le pasará como le pasó a Avatar: que la pondrán verde y la encontrará defectos gente que ni en sueños se le habría ocurrido algo como a Cameron o Nolan.
(Aquí estoy comparando una cualidad concreta, no equiparando, a ver si se entiende lo que quiero decir).
Pero claro, cada cual que piense lo que quiera.
A mí, particularmente, Inception me ha parecido un peliculón. Me ha parecido un peliculón por muchas y variadas razones:
-La puesta en escena es perfecta con unos efectos especiales realistas, nada exagerados y coherentes con la historia que cuenta.
-La historia es cojonuda y original. Aunque se haya entrado ya en lo onírico en el cine muchas veces, aunque algún efecto especial recuerde a según qué películas, crea un mundo propio, una lógica propia y te olvidas de los antecedentes enseguida. Consigue lo que el artista quiere: meterte en su universo.
-Las actuaciones son todas excelentes, desde Di Caprio hasta el último. Nolan, de nuevo, ha sabido dar el tono correcto a cada cual.
-Aunque la banda sonora no tiene identidad propia fuera de pantalla, es completamente coherente con la historia que nos narra y las emociones que desea transmitir.
-El ritmo no decae en ningún momento. Ya sea por la presentación circular, por la explicación de la lógica de los sueños, por la preparación del plan y su ejecución, el ritmo va creciendo y haciéndose más intenso hasta el final. Más de una vez tienes que recordarte que debes cerrar la boca.
-Tiene escenas memorables que se recodarán siempre (el hotel en gravedad 0, la caída de la camioneta, la escena final, el tren, la ciudad en movimiento, el juego de espejos...).
-Conjuga perfectamente reflexiones y acción, emociones y trhiller.
-Termina como debe terminar (para mí), y no soy de lo que les gustan los finales abiertos.
-Y más.

En resumen, una película perfecta que con cada nuevo visionado, no perderá un ápice de emoción. E incluso puede que se vayan descubriendo nuevas cositas.
Como digo en el título, no os la perdáis.
Áralan
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3
6 de febrero de 2010
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los efectos digitales de Weta (que, digo yo, será la responsable) están tan hipertrofiados en esta película, que todas las escenas desde el cielo de la chica asesinada, recargado de floripondios, arbolitos, barquitos, mares y montañas tralalá..., son para apretar el forward y volver a darle al play en cualquier punto en que la historia se vuelva a hacer interesante, punto que casi se limita al comienzo de la película, al asesinato y poco más; pero al final seguro que no, final que nos enseña a nosotros, pobres humanos ignorantes e impotentes, que la justicia divina o universal, que nunca vemos pero actúa en forma de lo que creemos casualidades, compensa las limitaciones y la incapacidad de la justicia humana.
Y así todos contentos y felices para seguir adelante con nuestras vidas cargadas con un atisbo de esperanza.
Y no, no estoy dando un sermón. Lo da la peli. Y al igual que un sermón de misa de 8, pretende contar algo que alguien considera interesante pero, en un esfuerzo supremo, consigue hacerlo aburrido a más no poder, con unos personajes que en ningún momento me llegan a transmitir algo parecido al interés, sentimiento que no puede eliminar ni Stanley Tuci con su potente presencia, la cual se va diluyendo poco a poco hasta un final lamentable.
Un película, en definitiva, de 2 horas, que se podía haber contado en 1h15' sin tanto regodeo digital tan aparatoso como innecesario, sin tanta lágrima y sin tanto pseudolimbo y que encaja perfectamente con las películas de sobremesa de 5 euros el kilo.
Áralan
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