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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Críticas de Fej Delvahe
Críticas 679
Críticas ordenadas por utilidad
10
23 de julio de 2008
76 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Richard Quine, hizo sólo dos películas grandiosas, magistrales, de las que pueden considerarse "clásicos inolvidables", porque perdurarán por los siglos entre los filmes admirados y amados por los amantes del cine, una fue "El mundo de Suzie Wong" (Gran Bretaña) y esta que hoy nos ocupa "Un extraño en mi vida" o "Extraños cuando nos encontramos" (USA), ambas fechadas en el mismo año 1960, que por lo visto fue el gran año triunfal de Richard Quine, el año en el que llegó a la más alta cima de su arte, el año en que estuvo realmente rodeado de hadas, genios y musas buenas, que le ayudaron a realizar estos dos hitos cumbre y referencia en el séptimo arte.

"Strangers When We Meet" es excelente por muchas razones, pero sobre todo por dos tesis sobresalientes: 1) nos presenta de manera perfecta a la mujer en general cuando está pasando por la necesidad más imperante de ser tentada, pretendida, deseada. Porque si hay una necesidad verdaderamente femenina en toda mujer es la necesidad de ser deseada; 2) nos muestra con claridad que "si alguna vez llegas a conocer a un ser humano será un milagro" (palabras que le confiesa el personaje Larry Coe a su amigo el escritor Roger Altar).

Sin embargo una maravillosa película de amores como ésta fue echada a un lado y rara vez se la halla mencionada entre las auténticas obras maestras del cine. Los motivos pueden ser varios: Quine resultó valientemente agudo, demasiado, muy sincero y atrevido, en toda su dirección. Por ej. en uno de los primeros encuentros secretos entre los dos amantes, él brinda bastante encendido con las siguientes palabras: "Brindo por hacer el amor contigo". Y ella reacciona como es común en la generalidad de las mujeres, con retirada, con alejamiento, con noes, todos indicativos de que estaba deseando acercamiento, una acometida de él y en definitiva que se cumpliera el SÍ más pronfundo entre hombre y mujer en atracción. También, en una conversación, el arquitecto Larry Coe deja caer: "No me gusta el ejército a no ser por la gente que conoces", toda una declaración provocativa de honestidad anti institución militar, que no pudo sentar nada bien en muchos países donde se emitía esta película.

Impresionante la interpretación de la actriz Bárbara Rush (en su personaje de Eve, mujer de Larry Coe, el arquitecto), resulta inmejorable, nos conmueve, nos cautiva convincentemente; así como también el papel del escritor Roger Altar, interpretado por el actor Emie Kovacs, aquí sensacional,

Y por último, mencionar una curiosidad: en una escena entre los dos infieles conyugales ella le toca el hoyito de la barbilla a él a la par que le pregunta cómo hace para afeitárselo, con lo cual ese rasgo específico de la cara de Kirk Douglas es aprovechado para introducirse en el guión del personaje de la obra y hacer de ello una explicación que los espectadores no olvidarán jamás, dado que es característica específica del rostro de este grandísimo actor.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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Tocando el vacío
Documental
Reino Unido2003
7.5
3,953
Documental, Intervenciones de: Brendan Mackey, Nicholas Aaron, Joe Simpson
9
3 de abril de 2008
65 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Menuda filmación tan impactante y cautivadora del ánimo o la atención! Así como el que no quiere la cosa, entre documental y narración de aventura real, este filme es una joya auténtica no ya sólo para amantes del montañismo y la escalada sino para cualquier persona con sangre en las venas.

De principio a fin nos congela, en el mejor sentido de la palabra, con unos paisajes andinos de belleza inaudita: ya la majestuosa altitud del "Siula Grande", el magnífico glaciar a sus pies o el lago azul de más abajo, producto de la nieve que al derretirse va convirtiéndose en agua pura y cristalina.

Se siente el peligro como si uno mismo lo estuviese viviendo en carne propia. Se siente también la aproximación y cepo de la muerte tratando de agarrar vidas humanas que osan mirarle cara a cara y casi ir en busca de ella. Se siente la fuerza enorme que conlleva el deseo de vivir.

Además, a lo largo de la conmoción a raudales que implica la historia que vamos contemplando, hay tiempo incluso para reflexionar sobre Dios, el sentido de la vida, el más allá y la necesidad de tomar decisiones cruciales, las cuales pueden hacernos pasar por desalmados, pero que a la larga revelan que son salvadoras. Por tanto, se trata de una estupenda filmación de imágenes, sucesos verídicos y planteamientos trascendentales.

Una película singular, magnífica en lo que conlleva de aventura, que recomiendo con entusiasmo.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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8
27 de febrero de 2008
64 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente retrato de lo que la sociedad ha hecho con la mayoría de nosotros: meros drogodependientes del trabajo-jaula. Somos como monos a los que crían y acostumbran a pasar la mayor parte de su tiempo en una jaula, con lo cual obtenemos dinero para sobrevivir comprando y consumiendo, una jaula que es valorada por todos los que nos rodean, una jaula en la que nos sentimos seguros y respetados; si por cualquier motivos nos echan de dicha jaula a la intemperie, si la perdemos y quedamos fuera, en lugar de mirar la amplitud de mundo, de la libertad, de la direcciones a tomar, nos sentimos fracasados, derrotados y reclamamos o deseamos ansiosamente volver a la jaula, pues sólo así logramos sentirnos en paz y de paso contentar también a nuestra mujer, a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros amigos y a la madre que los parió a todos ellos juntos. Este es el MAGNÍFICO QUID argumentativo que con enorme nitidez nos explica Laurent Cantet es su peculiar y reveladora película.

Cualquiera que haya abandonado su puesto de trabajo quedando desempleado, sabe lo que siente el personaje principal de este filme, se identifica inmediatamente con él, lo comprende en su vagar, en su mentir, en su desorientación. Porque nos han adiestrado para sentir miedo a no tener un trabajo esclavizado, terror a que nos echen de él o a perderlo, y este condicionamiento nos hace aguantar demasiado, deshumanizarnos, convirtiéndonos en esclavos sin criterio y sin voz, solo atentos a formar parte del SAGRADO TRABAJISMO aun a costa de nuestra única vida terrena y nuestro derecho a elegir vivirla en plenitud.

¿Quién puede preferir trabajar a vivir de una pensión, aunque no sea cuantiosa, y dedicarse a las cosas que realmente le gustan y que le permiten ser lo más libre posible? Pues mucha gente prefiere trabajar en un trabajo esclavizador y a disgusto en lugar de sentir la incertidumbre de ser libre. Como al personaje de la película NOS DA VERGÜENZA que nuestros seres queridos o amigos se enteren que perdimos nuestro trabajo-jaula. Estamos tan programados y alienados que cuando se pone uno a pensarlo detenidamente es ESPANTOSO. Desde la infancia van alterando nuestra personalidad para convertirnos en tipos que anhelan ser esclavos de un trabajo la mayoría de las veces asqueroso, desquiciante, abusador, infeliz. Así, aquel que no tiene un trabajo esclavizador, donde cobrar un sueldo que le permita conseguir objetivos como tener una hipoteca, un coche y momentos de ocio programados, no es nadie, se siente un inútil.

No es de extrañar que hoy en día la mayoría de jóvenes europeos no sueñen ya con ser exploradores, viajar por el mundo, aventurarse en alguna selva o desierto, sino que su máxima aspiración según indican las encuestas sea convertirse en FUNCIONARIOS ESTATALES, o sea en empleados, enjaulados, gente que ha nacido para pasar la mayor parte de su tiempo atrapados en una trampa existencial que le permita TENER aunque sea a costa de SER.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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9
23 de diciembre de 2006
64 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante película sobre los días finales de Hitler y de su imperio militarista. El papel que hace Bruno Ganz es enorme, nadie como este actor había logrado nunca interpretar a Hitler con tal perfección, pero de igual manera está genialmente conseguido el realismo de todos los personales, su idiosincrasia y del ambiente en torno al Führer, etc. Película de gran calidad que si hubiese sido hecha en EE.UU., contaría sin duda alguna con tres, cuatro o más oscar concedidos por la Academia de Hollywood.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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8
4 de enero de 2008
66 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para el editorialista de Filmaffinity es un "drama romántico" y para M. Torreiros de "El País" es "una de las mejores comedias producidas por el cine de EEUU en la última década" (sic).

A veces los expertos son expertos en decir inexactitudes. Porque a ver, tanto calificar ya de drama ya de comedia esta película, suena a exageración, a reduccionismo e incluso a dictamen de genio que despacha una gran mata de caoba haciéndola un palito para rascarse la espalda .

La realidad es que se trata —acicateados por la curiosidad de poder oír de qué habla una pareja que se encuentra y saluda con bastante buena onda—, de asistir como averiguadores invisibles que podemos estar a su vera, seguirlos, escucharlos sin que ellos detecten nuestra presencia, a toda una conversación dinámica durante una hora y algo. Además, el parloteo entre ambos es de gran altura, no se pierden en nimiedades sino que mantienen una atractiva profundidad, un interés por comunicarse impresiones, dialogar, hablar, hacer de hijos reflexivos del Logos.

Si no hubiese visto antes de empezar que el director es Richard Linklater, por como la cámara sigue a los intérpretes mientras charlan sin parar, y también por el contenido intelectual de la plática, en verdad que me habría creido que estaba contemplando una película de Woody Allen.

Ahora bien, esta película no es ni un drama ni una comedia (¡faltaría más!, ¡acabáramos!), sino la filmación de un reencuentro y su desarrollo dialogado durante apenas una hora y veinte minutos entre un hombre (Jesse) y una mujer (Celine) que un día hace años se amaron muy eternamente. De forma que asistiendo al coloquio entero, como averiguadores, meticones y curiosos de las vidas ajenas, nos enteramos por ejemplo:


* que la felicidad subyace en la búsqueda, no en los logros de la vida,

* que el deseo es el motor de la vida [¡lo que se pierden los budistas!]; que no desear es síntoma de depresión; y que por tanto, está bien desear cosas, siempre que no te enfades si no las consigues, o

* que Einstein dijo algo tan trascendente como que «si has perdido la fe en la magia o el misterio, es como si hubieses muerto».


Si ha amado y perdido (o ganado, también vale), vaya a ver este film, es una creación realmente peculiar y notable, digna de admirarse con detenimiento y oído analizador; además posee su "plus ultra", su esperanza de más allá o resurrección.



Fej Delvahe
Fej Delvahe
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