Otra gran decepción que me acabo de llevar. Me confieso admirador del género musical y el argumento de éste, prometía ser muy interesante.
Nos habla de los orígenes del circo, allá por el siglo XIX. Un visionario de procedencia muy humilde, conociendo la afición del público por lo insólito y extravagante, decidió exhibir todo lo que se presentara como peculiar o exótico. Así nació el negocio del show.
Pues mi gozo en un pozo. La historia es superficial, fantasiosa, anacrónica y de un buenismo que echa para atrás.
Ese drama que pretenden pintar de hombre pobre hecho a sí mismo, que recluta "monstruos" para exhibirlos en un museo, pero que consiguen formar una familia integradora e inclusiva donde todos se sienten bien y agradecidos a su "bienhechor" por haberles sacado del ostracismo en que vivían, me parece totalmente artificial, edulcorada más allá de lo soportable y completamente infantil.
Otra cosa que no me ha gustado, es la estética. Se supone que estamos en el siglo XIX, por Dios,¿ Por qué no se molestan en procurar que sus personajes se peinen, se vistan y se maquillen más acorde con la época?. Les aseguro que me hace daño a la vista ver esas melenas siglo XXI, por no decir los trajes que los personajes utilizan en sus números e incluso los adornos y demás que les ponen a los animales que se nota que son mucho más modernos que lo que la época requiere.
Viendo este film, no pude evitar que me viniera a la mente la grandiosa " La parada de los monstruos" de Tod Browning, que aunque se trata de otro género y otro argumento totalmente distinto, la temática de fondo es similar y ahí, sí que tenías la sensación de estar en un primitivo circo, no en esta vulgar representación de él, que parece más una caricatura que otra cosa.
Por último hablar de los números musicales. Reconozco que hay algunas canciones bien cantadas, aunque ninguna que permanezca en el recuerdo. Pero los pocos bailes que hay, aunque lo hacen bien, no pegan ni con cola en el contexto de que tratan. Puedo entender que se hagan bailes modernos pero tienen que estar integrados y escenificados en la situación histórica de la que hablan sí no, nos están ofreciendo otro anacronismo.
No me cuadran en absoluto esos monstruos de feria bailando al estilo del siglo XXI, sin interactuar en su contexto.
Voy a tratar de explicarme. " Cabaret" de Bob Fosse, estaba ambientado en un cabaret berlinés de los años veinte y aunque las canciones eran de los años setenta ( fecha en la que se rodó), ¿alguien duda de la idoneidad de las canciones aplicables a un sórdido cabaret de la preguerra?. Lo mismo puedo decir de " Oliver", adaptación musical de Dickens, cuyos números aun siendo de actualidad en los setenta, estaban perfectamente integrados en la estética y trama de esa historia ambientada en el XIX. Podría citar muchos otros musicales, pero no creo que sea necesario. Esta pequeña moda que se ha iniciado de tratar de volver al género musical, pero pasándose por el forro todo lo que ha hecho grande a este género, me parece una tomadura de pelo descomunal y lo único que consiguen conmigo es irritarme profundamente. Éste, sigue la estela de otros grandes éxitos de ahora, pero opino que tanto éste como los otros, son auténticas estafas y burdos intentos de devolver al género su glamour, pero sin poner ni pizca de talento. Hacen falta grandes cantantes, grandes bailarines, grandes coreógrafos y grandes músicos para crear una buena obra y hoy, lo más, tenemos a imitadores con ínfulas, que lo más que consiguen es hilvanar trozos de bailes o canciones, cuando no acuden directamente a hacer un remix de los clásicos.
Y no podía faltar, claro está, la digitalización de algunos números circenses, que todavía hace más artificioso los mismos.
Película de buenrollismo pues, que lo mismo que la ves, la olvidas.
Quizá no merezca una nota tan baja como la que le doy pero, es que estas películas tienen la capacidad de irritarme. Lo siento.

Siempre me quedo alucinando con estos films que despiertan pasiones exacerbadas u odios enconados. No tienen término medio.
Sus fans destacan la exquisita belleza plástica de la cinta, así como las magníficas canciones seleccionadas y la historia de amor original y romántica.
Pues a mí me ha parecido una tomadura de pelo descomunal. Ohhh sí, tenemos una puesta en escena deliciosa. Unos decorados y ambientación fantásticos pero, sinceramente, si yo fuera el encargado de la ambientación, después del montaje de la película, habría ahorcado al director por haber echado a perder así todo el esfuerzo, arte y profesionalidad que se adivina en todo el equipo.
¿Por qué coño el director no deja la cámara quieta ni dos segundos en todo el metraje?. ¿Pretende ir de moderno con esa manera de montar la película o es que el cámara sufría ataques epilépticos y por eso no podían sostener un sólo plano?
No. Soy yo que me he quedado en la época de las cavernas. Esto de ver actuaciones sostenidas, primeros planos para que los intérpretes nos trasladen sus emociones, planos medios, planos generales y panorámicas para que gocemos de los buenos trabajos de fotografía, puesta en escena, vestuario, decoración etc... ya no se lleva.
Ahora todo es videoclip. Las nuevas generaciones con trastornos de déficit de atención e hiperactividad, ya no pueden perder el tiempo viendo una película tranquila y sosegadamente. Les satisface más, ver estas escenas troceadas mientras, al mismo tiempo, echan una partida en la Play Station, actualizan su Facebook, mandan mensajes a sus amigos por el wathssap y terminan sus deberes.
Eso sí. Quedarán obnubilados por el colorido y el barroquismo del film. Será la única manera de que aprecien las imágenes diseñadas para disparar destellos que les hagan levantar los ojos de los móviles y durante dos segundos puedan decir...! qué bonito!, antes de que continúen con sus múltiples actividades.
Lo mismo digo de las canciones. Preciosos temas muy bien seleccionados, que nos los trocean y mezclan como si estuvieran preparando una pizza musical, que como tiene trozos de temas ya consagrados, pues nada, lo bato, mezclo, trituro y ya tengo un musical.
-Pero si tiene imágenes preciosas...me diréis. Pues déjenme apreciarlas y disfrutarlas.
-Pero si tiene canciones preciosas...Pues déjenme oírlas al completo.
-Pero si es una historia muy bonita...Pues no me la contéis como si el narrador tuviera el baile de San Vito.
No. Lo siento. Yo no puedo con ella.

Estupendo western de alto contenido psicológico ( creo que son los que más me gustan), donde nos relatan las andanzas de un grupo de forajidos y la desarraigada vida que llevan.
La peli comienza con el último atraco que perpetran en un banco de una ciudad y la posterior huida con el ejército pisándoles los talones.
No tendrán más remedio que adentrarse en un terrorífico desierto de sal para disuadir a sus perseguidores de darles caza y ahí el espectador comienza a ser parte de ese grupo y a sentir, bajo ese sol abrasador, la profunda soledad y mala vida que llevan estos hombres.
Consiguen cruzarlo de mala manera, pero sólo para descubrir que el poblado que les espera al otro lado, es una ciudad fantasma.
Por eso cuando se den cuenta que sus dos únicos habitantes son una muchacha ( Anne Baxter) y su abuelo, sospecharán que algo muy valioso ocultan y todos tendrán una razón para aprovechar la situación.
No es un western al uso. No hay ningún conflicto exterior, los problemas empezarán a surgir entre ellos y cada personaje, tiene una personalidad y una motivación muy diferenciada.
Tampoco hay ningún personaje entre los bandidos especialmente positivo, ni siquiera Peck que, aunque luego irá evolucionando, de primeras no duda también en aprovecharse de la situación.
La codicia y el sexo irá posicionando a estos hombres resquebrajando su, aparente, unidad inicial que culminará en enfrentamiento.
No he mencionado a Widmarck. El detonante del conflicto, excelente también, no hace falta decirlo. La verdad, es que todos están excelentes en sus papeles.
La película resulta claustrofóbica y agobiante. Primero, en ese cegador desierto y, luego, en ese derruido pueblo abandonado, escenario de la mayor parte del drama. Nada o muy poco, sucede al aire libre. Los conflictos de los personajes son internos y Wellman, en consecuencia, también los dirime en espacios interiores.
Ocho personajes. Todos importantes con un determinado papel. Muy, muy buena película.
La secuencia final me encanta. Un toque de humor después del agobio que hemos estado sintiendo.
Wellman era otro maestro, no cabe duda.

Con el mejor, en mi opinión, Maigret encarnado en las pantallas, Jean Gabin vuelve a ponerse en la piel de este comisario, quién en esta ocasión acudirá en ayuda de una condesa amenazada de muerte a través de unas cartas anónimas.
En la primera película en la que Gabin interpretó a este policía ( El comisario Maigret), ya expliqué por qué creo que todos los aficionados a las películas de detectives, seguidores de Poirot, Marple, Holmes, Marlowe y demás, no deberían dejar de ver estas películas.
Este personaje maduro, taciturno y melancólico, no posee las excentricidades ni golpes de efecto que poseen los otros personajes por todos conocidos, pero sin embargo, su personalidad y las tramas salidas de la pluma de Simenon, me parecen tan apasionantes y adictivas como aquellas, con el ingrediente añadido de que me parecen de una temática más adulta y realista.
Maigret no caza asesinos por su increíble perspicacia para encontrar pistas como Holmes. No tiene esa increíble agudeza mental con sus células grises siempre activas como el vanidoso Poirot. No es un hombre duro y curtido, pero lleno de atractivo, que desenmadeja increíbles tramas mientras se fuma cuarenta paquetes de cigarrillos al día como Marlowe.
Es un hombre normal y corriente. Simplemente, lleva muchos años ejerciendo su oficio y tiene experiencia. Y resuelve las tramas como cualquier otro policía, haciendo preguntas y conociendo las miserias de los sospechosos con los que se topa.
Pero a mí me gusta su estilo. Es como el de un padre que todo lo comprende y nada le asombra.
Esta segunda película, también dirigida por Delannoy, sigue siendo muy intrigante, aunque el caso sigue más por los derroteros de estas películas al uso; se parece un poco más al estilo Ágatha Christie, que está muy bien, que al estilo más sórdido y oscuro del propio Simenon.
A pesar de ello, la recomiendo sin reservas. Estilo Christie o estilo Simenon, ¿ qué más da?. Ambas son de lo más divertido y entrañable.

Otro ninguneado film que no merece en absoluto el olvido y abandono a que ha sido sometido.
Leyendo las críticas de otros usuarios, la acusan de ser un film correcto pero poco verosímil.
! Ohh!, vámos, las novelas de Ágatha Christie tampoco son precisamente argumentos creíbles y sin embargo, nadie puede dudar a estas alturas que esta escritora concibió algunos de los más ingeniosos y divertidos crímenes de la literatura.
Pues con esta película yo he sentido lo mismo.
Con un arranque de los de antes, ése que en cinco minutos y con dos o tres precisas escenas te instalaba en el argumento y la situación sin inútiles pérdidas de tiempo y metraje, nos presentan a un matrimonio que ya no se aguanta, aunque en público fingen ser la pareja perfecta.
Él ( Humphrey Bogart ), además está enamorado de su cuñada y su mujer lo sabe así que decide quitársela de encima para tener campo libre.
Lo malo es que el crimen perfecto no es tan fácil. La conciencia del crimen siempre se encarga de que un hombre empiece a dudar de sí mismo.
Película totalmente de género hecha por y para el entretenimiento del público, juega con la baza del psicoanálisis tan en boga aquellos años y encarnado en la figura de un psicólogo ( Sydney Greenstreet) amigo de la familia, nos conducen con brío y precisión por toda la trama de misterio repleta de intrigantes pistas que atrapan la atención del espectador y le mantienen pegado al televisor hasta la escena final.
No es una cinta de sublecturas y personajes muy elaborados. No es una obra maestra ni nada parecido. Es una cinta de misterio muy bien hecha para disfrute e intriga del personal. Y eso, Curtis Bernhardt lo borda.
Quisiera que todas las cintas dedicadas al entretenimiento tuvieran el saber hacer de ésta. Muy recomendable.