Maravillosa película de Montxo Armendariz, las dos secuencias trágicas que le enmarcan sirven para subrayar el carácter de sueño o fabula, que se ha querido dar a la historia.
Frente a un cine español que explota con reiteración el filón de la comedia y distintos modos de cine de género, pero que parece un tanto desnortado en la búsqueda de su identidad, hay que celebrar la valentía y coherencia de Armendariz en su propuesta de un cine realista que denota en todo momento una autenticidad insobornable. Este realismo ofrece varios matices: por momentos nos encontramos al borde de tremendismo, en otros se muestra solidario con la realidad, y otras veces parece una crónica distanciada, pero siempre posee un plus de verdad que exige ser estimado por el espectador más distraído.

"Secretos del corazón", puede parecer para muchos de nosotros, una historia escasamente novedosa o deficitaria en su vertebración dramática, el descubrimiento del mundo de los adultos (a la mirada observadora de un niño de nueve años), no nos presenta grandes novedades ni en la temática (la hipocresía de los mayores, el sexo, los viejos conflictos, el contexto religioso), en la perspectiva del niño que se esfuerza en comprender los hechos de que es testigo (aunque el punto de vista sea de un adulto que recuerda, evidentemente). Existen deficiencias (reiteraciones innecesarias que ralentizan el ritmo del relato, pero ésto no impide valorar una historia que tiene más interés por el modo en que cuenta, que por los hechos.

Los actores están encontrados de forma magistral. Andoni Erburu (estupendo), al igual que Joan Vallés, Joan Dalmau (el abuelo del silencio), tode el resto de actores están en su punto y de acuerdo con el relato, las tres mujeres aparecen desprovistas de belleza "cinematográfica".

La banda sonora (destaca tanto la música como los ruidos) por su riqueza y sus matices, y contribuye con eficacia a recrear el fuera campo de lo que el niño no ve.
La fotografia de Aguirresarobe, termina de redondear una película, que a pesar del tiempo mantiene la frescura del día su estreno. "Secretos del corazón", es una película con encanto, de la que el espectador guardará para siempre, muchos momentos de la misma.

La vida del doctor en pediatría Alexandre Beck (excelente François Cluzet), transcurre de forma anodina desde el día que asesinaron a su esposa Margot (buena actuación de Marie-Josée Croze), su pensamiento siempre está al lado de ella, el recuerdo Margot nunca le abandona, su vida se reduce a su trabajo en el Centro Médico, al encuentro con algunos amigos y a la visita anual a sus suegros coincidiendo siempre con el aniversario de la muerte de su esposa, pero un cierto día recibe un email que hará que su vida cambie totalmente pasando por momentos realmente agobiantes y peligrosos. Es entonces cuando todos los seres cercanos a Alexandre parecen formar parte de un complot, que será difícil de desentrañar para el protagonista como interesante de ver para el espectador.

“No se lo digas a nadie”, es de aquellas películas que desde su inicio te deja sentado en el sofá y no te levantas hasta que por fin salen los títulos de crédito, es una sucesión de hechos tan entrelazados entre sí que si te pierdes un poco tienes que retroceder para no perderte ni uno de sus detalles.

La dirección de Guillaume Canet es muy acertada, y logra llevar a la pantalla de forma trepidante la novela de Harlan Coben, su acierto más importante es mostrarnos los barrios periféricos de la ciudad de Paris, incluyendo una persecución por la autopista circular “Péripherique”. Todos los actores realizan bien su trabajo, pero de todos ellos sobresale un magistral André Dussolier.

“No se lo digas a nadie, nos vigilan”.

El análisis que realiza Michael Haneke, de la aparente rectitud que se vivió en Alemania, a principios del siglo pasado, extrapolándola de una pequeña población, es tan clara y notoria, que a nadie puede extrañar, que aquellos seres jóvenes de (aparente) alma noble y corazón puro, pudieran más tarde convertirse (ya lo eran entonces) en verdaderos verdugos de otros seres inocentes e indefensos. Siempre hemos oído, aunque muchos mayores no lo han aplicado, “cuidad a los niños de los malos ejemplos, pues de ellos depende nuestro futuro”. Todo lo que pueda añadir a mi crítica, ya lo han expuesto otros usuarios, que me han precedido con un mejor verbo que el mío.

Gran película de Haneke, que evidentemente tocará muchas fibras sensibles. Aunque en sus inicios, el ritmo es un poco lento, a medida que transcurre su proyección el interés por lo que se nos explica aumenta en el animo del espectador. Magníficos todos los actores en especial (Burghart Klaussner) en el papel de El Pastor. Rodada en un B/N impoluto, y con una memorable fotografía de Cristian Berger, excelente fundido final maravilloso, que consigue todavía realzar más la película.

Gilbert Grape (enorme Johnny Depp), por circunstancias del destino se ha convertido en el soporte más importante de su familia, todos dependen de él, desde el día que su padre decidió desaparecer. Su vida es monótona y anodina, además su carga es enorme, debe cuidar constantemente de su hermano Arnie (soberbio DiCaprio), atender a su madre Ellen, ayudar a su hermana Amy en los quehaceres familiares, así como soportar a la pequeña Bonnie. Animar constantemente a su jefe (aunque en la tienda de ultramarinos, no entre ni un alma). Y soportar (soportar es poco) los requerimientos de una mujer casada (Mary Steenburgen), que solicita de sus atenciones constantemente.

Además vive en el tranquilo pueblo de Endora (Midwest Americano), tan tranquilo es, que nunca pasa nada, quizás la diversión de los más pequeños, es visitar a hurtadillas a la familia Grape. Todos formamos parte de una cadena (puede tener más ó menos eslabones, y además éstos pueden soportar diferentes cargas). El eslabón de nuestro amigo Gilbert, soporta demasiadas cargas, y cuando ya casi parece que vaya a romperse: aparece ella, Beckie (Juliette Lewis), una muchacha optimista, alegre, que le hace ver la belleza de la pequeñas cosas, como un hermoso atardecer, la hermosura de las flores, y dándole a entender que la vida por dura que nos parezca tiene su parte positiva. Todo aquello que Gilbert necesitaba, un giro total a su vida.

Sentimental y hermosa película de Lasse Hallström, adaptación de la novela de Peter Hedges. Con una bella fotografía de Sven Nykvist. Todo un regalo para las almas sensibles y los corazones nobles.

Evidentemente puede parecer una fábula, un hermoso cuento. Pero yo, que he vivido en persona situaciones muy parecidas, puedo deciros, que es muy cercana a la realidad.

Basándose en un excelente guión de John Bally & Stirling Silliphant, Norman Jewison nos recrea en la pantalla con una estupenda película “En el calor de la noche”, en la que nos mete de lleno sobre dos temas interesantes: el tema policíaco y el tema racista. Los dos son importantes en el film, y Jewison consigue desligarse de los viejos estereotipos, y las estructuras prefabricadas. La naturalidad y la sencillez, no solamente en el argumento sino que también en su aspecto visual, le aportan su propia personalidad.

De hecho el aspecto más importante de la película es el racismo, no en vano en todos los Estados del sur de Norteamérica, aún sigue siendo un tema tabú y mucho más si en un pequeño pueblo de Mississippi, en una calurosa noche de verano se encuentra a un hombre asesinado, y aparece de pronto un personaje de color y que por más señas es un detective de Filadelfia dispuesto a pesar del color de su piel, ha resolver el caso… Poco a poco vamos viendo todo ese entarimado lleno de tensiones racistas, y políticas con la finalidad de encontrar rápidamente al asesino, ya que la estancia en la población del detective del norte resulta cada vez más embarazosa.

Magnífico el dúo protagonista con un Sidney Poitier (pletórico en su papel) y un Rod Steiger (perfecto en un papel hecho a su medida) un policía rudo y pueblerino, que aparte de sus sentimientos racistas, sabe muy bien cual es la aplicación de la ley y el respeto que le debe a una persona que sabe y realiza mucho mejor su trabajo. Una notable película, premiada con cinco Oscar y del que sobresale el concedido a Rod Steiger como actor principal, quizás también Sidney Poitier se merecía otro.

Una película muy recomendable tanto por la historia como por las interpretaciones de los actores.