Varias historias se mezclan y convergen en esta película de metraje desmedido, todas estas historias tienen algo en común, son todas unos dramones de padre y muy señor mio, aunque la mayoría son bastante tontos, rayando en la ridiculez. El reparto es de campanillas, pero la mayoría naufraga por falta de contenido en sus personajes salvo un irreconocible y estupendo Jason Robards. Con todo esto, después de más 180 minutos interminables, con bostezos y cabezazos incluidos y tras una catarsis marcada por una lluvia de ranas, llegamos al final con cierta moralina incluida. Y la mejor conclusión a la que llegas es que ya tenías ganas de que acabara de una vez. Sobrevalorada.

Buena ambientación, música, interpretaciones, grandísima fotografía, pero ni con esas, una película larguísima, lentísima, con minutos y minutos sin que pase nada, acaba aburriendo a los caballos de cartón, sólo quieres que Bob no sea tan cobarde y mate a Jesse James de una vez.
Lo dicho, si tienes tiempo, tienes el estado de ánimo relajado casi zen, ésta es tu película, sino mejor pasa de ella.

No consigue levantar el vuelo, tiene algún buen momento pero no despega, al final llegamos deprisa y con ganas de terminar. Ricardo Darín aporta su saber estar y su sobriedad pero el sólo no puede llevar el peso de toda la película porque no termina de estar a gusto, Belén Rueda está justita, sin terminar de saber bien lo que tiene que hacer, el resto siendo benévolos están bastante mal. Con todo ésto tenemos una película pequeña, sosa, que no contagia pero que se puede ver y luego olvidar.

Historia sobre un amor imposible entre un maduro coronel que lleva la muerte cosida a su ropa y una joven que busca el amor puro y eterno, lejos de los convencionalismos sociales, todo ello con Venecia de fondo, una ciudad que nunca ha sido retratada con tanto mimo y cuidado, una Venecia invernal donde podemos sentir el frío y la humedad, una Venecia en blanco y negro donde cada plano es un cuadro, una fotografía maravillosa, una Venecia que bien pudiera ser un sueño.

Hemingway hubiera disfrutado con la película que ha hecho Paula Ortiz, una de las mejores directoras del cine español.

Darle un 1 y decir que es una película mala es faltar el respeto a las películas malas. No hay nada que se salve, es un horror la mires por donde la mires.
Viendo esta castaña uno comprende lo gran director que era Mariano Ozores
Se conocen países en donde torturan a la gente obligando a ver este bodrio.