Un atractivo documental, o pseudocumental, dado que se sobreponen las imágenes antiguas y modernas, reales y/o plurales sobre el tema que se explica: la evolución de unas familias, los Badalía, los Llorach... al hilo de los tiempos. Y lo hace con frescura e ingenio para que veamos los orígenes de personas, en este caso burguesas, que repercuten de algún modo en nuestra sociedad actual.

Basada en el libro autobiográfico de uno de sus descendientes que no ha heredado fortuna -la dilapidaron al final!- pero sí inteligencia. A destacar la hidalguía de alguno de los personajes como la del patriarca Llorach que descubrió un agua laxativa después de descansar junto a un arroyo y observar a las ovejas que pacían por allí... Su 'invento' llegó a conseguir fama mundial y medallas internacionales. También la figura de su hija Isabel, amiga personal de Lorca e incluso de Alfonso XIII, persona culta e inteligente pero sobre todo divertida: dícese que, por las noches salía al Barrio Chino con su chófer y su Rolls para codearse con gitanos y marineros de la zona ;)

Todo un universo en suma, del que pocas cosas quedan, aunque yo hubiese agradecido también un vistazo a la sociedad más proletaria pero ésta, ay, no disponía de cámara. A reivindicar también el buen documental "UN INSTANTE EN LA VIDA AJENA", de José Luis López Linares, refiriéndose a la figura de Madronita Andreu, un icono de la época.

Me ha sorprendido gratamente en esta película la interpretación de Melvil Poupaud por lo sensible y contenida (a Fanny Ardant aunque atractiva siempre, le sobran para mi gusto titubeos). Y es cierto que todo el conjunto de secundarios acompaña bien la historia y le aporta su matiz más allá de lo convencional -especialmente Cecile de France al final-. Es curioso también que la principal pega para armar esa relación de amor (más intuida que vista) entre una mujer madura pero de muy buen ver todavía -que eso también cuenta- y un hombre bastante más joven, provenga de ella misma en base al ‘sentido común’... Pero ‘estar en el mercado’ significa también respirar el mismo aire y eso es irrefutable por más barreras que existan… Por tanto estos dos amantes, a pesar de los pesares, son y seguirán siendo jóvenes, de modo muy esencial, diga lo que diga el calendario.

Cómo ha dicho un crítico por aquí... También que Sergio Chamy se 'adueña' de la película, y así es. Como que acabas entrando con él en la Residencia para rastrearle mejor tanto por sus impecables maneras como por su elegante caballerosidad que actúan como un imán... Pero la directora igualmente las utiliza para filmar a toda esa tropa de residentes ancianos aquejados de una misma enfermedad: la soledad, por más bien que se les cuide y atienda.

Hay elementos de fiesta también, no es dramática aunque implícitamente lo sea, pero no recurre nunca al exceso y la cámara circula bien por pasillos, comedores y/o fragmentos del jardín. Incluso un baile agarrado resulta de lo más lúdico y hasta diría que sensual... Por todo ello, bravo.

Y ojalá le den el Oscar como mejor documental porque yo, si tengo que elegir entre "El padre" (aúnque opta como película en los vips) y ésta, yo me decanto por Chile :) De todas, todas.

Me da que no tiene ya mucho sentido que hable de esta película después de centenar y medio de críticas ya reflejadas aquí, peeero... la elegancia de su puesta en escena me puede y ¿por qué no? la prestancia innata de su protagonista ¡claro está! Piropo incluido opino -para eso está el foro- que es una de las mejores interpretaciones de Clooney, junto a la de "Michael Clayton" o "Siryana" quizás, aunque me gusta mucho también cuando hace el 'tonto' como en "Crueldad intolerable" o bien ladrón de guante blanco: "Un romance muy peligroso", la saga de los "Ocean's..." etc, y como director de cine. Pero bueno, que parezco una vendedora de pescado y está todo ya vendido.

O sea que remato y resumo: este asesino a sueldo, por los motivos que sea (que tampoco he podido prestar suficiente atención a su revisión televisiva, aunque la vi en su día en el cine) se desenvuelve con un laconismo y una elegancia que hace que respires su aire, es decir, te metas en situación y le acompañes todo el rato... Y ello, aparte de George, es mérito del director y de su fotografía también, escenarios italianos incluidos... Y si a ello le añadimos la presencia de Violante Placido -leo- como la bella prostituta, la languidez y el estoicismo se animan aunque la fiesta, eso sí, no dure demasiado pero sí lo suficiente. De hecho le pondría un 9 pero soy reacia a los tiros.

Más bien con globos sin gas, para mi gusto. Y eso que el trailer prometía, prometía (me relamía con él) pero el andamiaje general me ha parecido más bien pobre y casi tan chungo -perdón!- como lo que pretende censurar… Y la idea original es buena, sí, pero ni punto de comparación, por ejemplo, con “La corte del faraón” (la recomiendo) que, aún ambientada en los años cuarenta, me sigue pareciendo más moderna que ésta.

Y es que me chirría bastante su colorido, atrezzo y vestuario, más vulgar que evocativo cuando ya estaban Lazarov y otros por aquel entonces, zoom incluido, aunque algo de eso refleja... No era, pues, tan patoso el panorama musical ni tan desangelados los estudios de TVE donde el despacho del censor es un zulo junto a platós de pacotilla con falos decorativos -hay que fijarse un poco-... Y esos bailes, esos bailes... O sea que el conjunto me resulta un poco pesado de digerir por más parodia que sea... Aprovecho, ya que estoy en plan arpía, para añadir que el traje de novia más tocado, presuntamente de Valentino, parece más bien de primera comunión, je, je (la mía al menos fue así ;)

Sigo con Verónica Echegui, muy peculiar aquí, luciendo un peinado y atuendos pero que muy singulares y como en versión chaparra porque en la mayoría de secuencias parece que no tenga cuello -que lo tiene-…Además interpreta a una azafata de Madrid -si he entendido bien- que se pasa todo el rato hablando como andaluza, tarea a la que se entrega en cuerpo y alma, eso sí, pero en plan cine de barrio: "Santa Clara, Santa Clara"...

Tema chicos: Pablo, el protagonista, se parece mucho de perfil a Manolo Escobar, pero en guay, y de frente casi que también aunque con los ojos azules; a veces le traiciona el karaoke… Por otro lado los de Bilbao -Bilbo-, no son para nada tan sosos como el de esta película, doy fe, por más homosexual o cámara que se tercie... De Carlos Hipólito no voy a decir nada porque apenas sale unos minutos y Natalia Millán se deja ver bien, la verdad. En cuanto a Ingrid, cumple (aunque nada que ver con “Hermosa juventud”, otro rol).

Lo dicho: de cartón piedra para mí, o papel maché, como se prefiera, aunque agradezco el gag final de Tejero -cual sosias del diablo como avieso director y peluca a nivel del atrezzo-, la alusión a Carmen Polo y sobre todo el cameo, bueno minicameo de…!! sí, sí, RC, la auténtica alma y pretexto del film a la que seguirán debiéndole un homenaje a su nivel, digo yo, con cartuchos de verdad, por aquello del título, y no pirotecnia menor. Ah! y que las vespas finales en Italia lucen muy bien, eso sí -y el recuperar las canciones- :)

(Voz en off: si alguien del equipo se asomase por aquí -lo cual es harto improbable- aclaro, por si acaso, que cuando hago algún comentario de este tipo la primera perjudicada soy yo, que conste, pero bueno, hay que tomárselo con el mismo desenfado, filosofía y amagos de buen humor que la película pretende aunque no acabe de lograrlo… Para mi gusto, claro).