Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sevilla
Críticas de Seldon
<< 1 10 19 20 21 49 >>
Críticas 245
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
8 de julio de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un consejo: nunca vayas a ver una película que se publicite con frases del estilo de: “una película de los creadores de...”, “una película del productor de...”, “del guionista de...” o “del hermano del productor de...” (aunque bueno, una de las parodias de la serie “Agárralo como puedas” protagonizadas por Leslie Nielsen -no recuerdo cual- se publicitaba como “una película del hermano del productor de Ghost”, y era verdad. O por lo menos ve a verla con cierto reparo.

Trascendence era uno de estos casos. Se vendía como “una película del director de fotografía de Origen”. Y bueno, digamos que quedan claras dos cosas: ser un buen director de fotografía no te garantiza que seas un buen director; y aunque así fuera, si no tienes un guión sólido como los de Christopher Nolan, tampoco te vale de nada.

Pero como yo siento cierta debilidad por este tipo de películas y por este género, al final fui a verla, y realmente por mucho presupuesto que se gasten (que se lo han gastado) y por mucha estrella de relumbrón que haya en el reparto (que las hay, está hasta Morgan Freeman), Trascendence se queda como un intento de imitación (malo) de Origen.

Vayamos por partes. La verdad es que la idea de partida es buena, puede que no del todo novedosa, pero buena: En el futuro, no hay internet, no hay móviles, no hay casi electricidad,... todo el mundo que conocemos basado en las tecnologías de las comunicaciones y redes se ha derrumbado, e inmediatamente retrocedemos unos pocos años hasta el presente. Y nos encontramos con un científico (Johnny Depp) y su mujer que trabajan en el desarrollo de una inteligencia artificial utilizando supercomputadores cuánticos y bla, bla, bla. La verdad es que son bastante pacifistas, ecologistas y contestatarios: quieren mejorar el mundo, nunca han querido ser financiados por, ni mezclarse con el gobierno, el ejército ni nada de eso.

La idea del científico es dotar a las máquinas de trascendencia, es decir de darles la capacidad real de pensar por si mismas, de ser autónomas, de ser autoconscientes.
Pero de repente sufren un ataque que forma parte de una cadena de atentados perpetrados por un grupo de ciberterroristas, unos pirados que se dedican a atacar (y matar) a científicos de diversos laboratorios que están trabajando en el tema de la inteligencia artificial porque creen que esa dependencia de la tecnología y ese desarrollo llevarán al mundo a la catástrofe.

Y precisamente este ataque es lo que precipita el avance y el éxito de Depp, pues fuerza a los protagonistas a dar un paso más en busca de la trascendencia del supercomputador que están construyendo, y cuya ansia de conocimiento y de poder empieza a crecer exponencialmente.

Hasta aquí la historia no está del todo mal. Se ha contado otras veces, de otras formas, (¿quién no recuerda al HAL de 2001 o a las máquinas de Terminator tomando el control de la situación y aterrorizando a los pobre humanos?), pero digamos que la película se sostiene bastante bien.

Hasta entonces. Luego ya las cosas se le empiezan a ir de las manos al tal Wally Pfister, el director de fotografía de Nolan. La lucha contra la todopoderosa inteligencia artificial llega a alcanzar niveles de ridículo, no porque se acabe convirtiendo en una película de acción con explosiones y demás (ojalá fuera esto tan entretenido como Terminator), sino por las capacidades y el poder que le dan a la máquina. Vamos a ver señores, no basta con meter en el guión palabras como nanotecnología, joder, haced un poco verosimil el tema del uso de las nanomáquinas, que se puede. En la buena ciencia ficción te explicarían lo que pueden hacer las nanomáquinas y a que coste (mucha energía y disponibilidad de materias primas, porque no se puede crear algo de la nada). Pero aquí la cosa se solventa con una especie de niebla o polvillo que se levanta del suelo y de forma casi instantánea re-crea objetos de la nada. Para eso contadme que estamos en una simulación de realidad virtual, en un mundo re-creado a lo Matrix y yo me lo creo y me quedo tan contento.

En fin, una película fallida, que yo califico sólo de floja o de regular porque soy benevolente y tengo debilidad por este tipo de historias, pero que comprendo perfectamente que otros que no compartan mi afición la califiquen de mala de remate.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/07/trascendence-los-peligros-de-la.html
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
5 de julio de 2014
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya había visto antes alguna que otra serie escandinava que me había llamado la atención por su calidad, pero todas ellas eran thrillers policíacos, con ambiente a cine negro. Äkta människor es una serie sueca, pero no es un thriller, es pura ciencia ficción:
desarrolla una idea científicamente verosímil en un mundo alternativo, que ha cambiado con respecto al nuestro como resultado de esa idea. Aquí no hay persecuciones de naves espaciales, ni batallas de robots ni nada de eso: eso la convertiría en una mezcla de ciencia ficción y acción o aventuras, que suele ser lo habitual. Pero no por ello es una serie mala o aburrida. Todo lo contrario Äkta människor es una de las mejores series de ciencia ficción que he visto, y desde luego la mejor serie sobre robots.

Estamos en suecia, bien en un futuro muy cercano, bien en un presente alternativo: no lo especifican, pero por los coches, los ordenadores, y toda la demás tecnología bien podría ser lo segundo (o simplemente, lo que es más probable aún, que no había presupuesto para invertir en esas cosas y era más barato usar atrezzo actual).

Sin embargo hay un cambio con respecto a la suecia actual: los robots se venden de forma extensiva como productos de consumo, y llevan vendiéndose desde hace años, de hecho hay robots muy antiguos y otros más modernos, con más capacidades. Tienen un aspecto exterior tan humano que de hecho la gente no los llama robots, los llama hubots (combinando humano y robot), y son tan reales que pueden llegar a confundirse con los humanos, sobre todo si no hablan.

Es curioso como la serie hace de la necesidad virtud: en vez de diseñar un robot mecánico con un exoesqueleto de metal cromado a lo Terminator o a lo Yo, Robot, que sería muy costoso, basta ponerle a un actor de carne y hueso unas lentillas con un color raro, una capa de maquillaje que le haga parecer un maniquí, y una ropa chillona, y ya tenemos un hubot. Además tampoco necesitas que el actor sea muy bueno: los hubots no hablan precisamente como un premio nobel. De hecho un dato curioso: para el papel de uno de ellos eligieron a la que fue Miss Suecia en 2006, una rubia con cara de muñeca llamada Josephine Alhanko. No se si iban con segundas intenciones.

Pero claro si la serie se limitara a esto, a un mundo en el que todo es perfecto, sería un aburrimiento. No todo es tan de color de rosa.

El mercado de hubots es muy grande, y algunos también se venden como robots de compañía... o como juguetes sexuales: una de las ideas curiosas que desarrolla la serie es, en una analogía con la homosexualidad, cómo hay algunas personas que se consideran a si mimas con una orientación sexual distinta: no solo es que tengan relaciones sexuales con ellos, sino aman a los hubots, sentimentalmente hablando, y no ven nada malo en ello, pese al desprecio o el rechazo del resto de la sociedad.

Otra idea que explora la serie: el esclavismo. ¿Hasta que punto los hubots no son nuestros esclavos modernos? ¿Hasta que punto son seres inteligentes y conscientes de si mismos? Y si lo son ¿no sería eso una forma de esclavitud? ¿No deberían tener los mismos derechos y deberes que los humanos?

Esta serie tiene más en común con Blade Runner que con Yo Robot (no sólo Yo Robot, película, sino también el libro): también un grupo de hubots sin dueño (lo cual es ilegal), hubots libres, o mejor dicho liberados, que se llaman a si mismos los hijos de David, que fue la persona que programó su código fuente para hacerlos libres. Como los androides de Blade Runner, estos hubots son conscientes de si mismos, no están tan limitados como los hubots normales y no se ven como máquinas. Pero también buscan a su creador, y sobre todo buscan el código fuente que creó, y que libera a los hubots de ser simples máquinas. Como un hubot le dice a un humano en un diálogo de la serie.

Si te interesa y quieres leer más: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/07/akta-manniskor-humanos-reales.html
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
8 de junio de 2014
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los anglosajones usan la expresión guilty pleasure (algo así como placer culpable) para referirse a algo que te gusta, pero que no lo confesarías, o como mucho, te avergüenza reconocerlo porque en el fondo sientes que su calidad es más bien mala y que no está a la altura.

Cuando empecé a ver Revenge, había oído este adjetivo aplicado en varias ocasiones a esta serie, después de ver una temporada completa, con sus 22 episodios, puedo decir puede que para los demás sea acertado, pero para mi el calificativo es erróneo: culpable desde luego, pero ¿placer? Me he tenido que aguantar las ganas de mandar la serie a la m** durante 22 semanas, intentando darle otra oportunidad a ver si esto llegaba a algún término, mientras la historia se arrastraba y estiraba miserablemente, como un chicle ya sin sabor de lo baboseado que estaba.

Vamos a ver, señoras y señores: esto no es más que otro culebrón (ni siquiera es el culebrón definitivo como pretende) contando la vida de niños ricos y pijos americanos, pero aquí en vez de preocuparse por si el zorrón de la capitana de las animadoras del instituto te hace caso o no, su máximo problema es que modelito se van a poner en la próxima fiesta, o si van a servir a los invitados raiz de loto con aire de limón, o mouse de paté al nitrógeno líquido.

Porque esto se desarrolla en Los Hamptons, la zona de playas pijas, pero pijas pijas de verdad que hay en Long Island, a pocas horas de Nueva York, donde se supone que todos los millonarios que son alguien en la ciudad tiene luego una casita de veraneo en la playa (ya sabéis, la vida está hecha de pequñeos placeres: un pequeño yate, una pequeña mansión). Por si no os situáis es más o menos por donde El Gran Gatsby tenía su mansión.

La reina del lugar es la mala malísima Victoria Grayson, a la que todos lamen el ***, en las fiestas y actos sociales que permanentemente organiza (bueno, ella en persona no, claro, para eso tiene contratada una tipa que se encarga de esas incomodidades). A la buena de Madeleine Store la ha venido Dios a ver cuando le dieron el papel, porque parece que ya nadie se acordaba de ella (y desde luego no ha hecho nada bueno desde 12 monos). Pero desde luego aquí está impecable en su papel de arpía como el hielo (como si cagara cubitos) a lo bruja malvada de Blancanieves.

Y a la casita (bueno casoplón) de al lado llega una rubia que está como un queso, que es como 20 años más joven que ella, que empieza a tirarle los tejos a su hijito, y que desde luego alegra la vista una barbaridad a los espectadores de la serie. Ella no lo sabe, pero esta nueva pija en el vecindario (Emily), no es quien dice ser. Tranquilos, no es un spoiler: la serie ya se encarga desde el minuto 1 de decirnos que la tal Emily viene a vengarse de la familia Grayson y que no va a dudar en que rueden las cabezas que tengan que rodar (luego no es para tanto, la verdad, tantas vueltas y tonterías con lo fácil que sería contratar a un par de sicarios colombianos o del cartel de Sinaloa).

De hecho la serie es tramposa hasta el extremo de empezar con una escena de asesinato que no ocurre, no hasta el final de temporada (eso tendría un pase), sino hasta poco después de la mitad... y luego sigue, y sigue, y sigue...
Además está la permanente e irritante voz en off de la rubia que se encarga de empezar y terminar cada capítulo, y de recordarnos que esto es una venganza, por si no lo habías pillado por el título de la serie, lo malo que son los Grayson, y lo mucho que puetearon al papá de la rubia cuando ella era niña. Vamos que lo único que le falta por decir es: “Hola, soy Amanda Montoya, digo Clarke. Tu mataste a mi padre, prepárate a morir”.

O sea, querido lector. Esto no es más que un culebrón a lo Sensación de vivir, Melrose Place u Orange County, pero revestido de dramón por la historia de una venganza. No es que tenga nada en contra de estos culebrones (salvo que no me gustan), y hasta la idea de la venganza podría tener su aquel si no fuera por dos cosas:

Primero porque es larguíiiisima. ¿tantos y tantos capítulos pa vengarse? Venga joder, que la venganza se come fría pero esto es demasiado.

Y segundo porque todo resulta inverosímil, y nada creíble. La mayoría de los diálogos son manidos, las interpretaciones de cartón piedra. Ni los pobres del pueblo (Jack y su hermano dueños de la taberna del puerto) resultan creíbles aquí como los niños pobre enamorados de las niñas pijas.

Es curioso porque también oí quien comparaba esta serie con El Conde de Montecristo, de Dumas, y ahí no puedo estar más de acuerdo: No es que sea una adaptación de la novela (ni siquiera muy libre). No, no es eso en absoluto. Y no es que está de acuerdo porque lo único que tienen en común es que se trata de una historia de venganza. Lo que de verdad tiene en común es que ambos son un folletín interminable, o mejor dicho largísimo y que lo mismo puede terminar cuando termina que durar el doble o la mitad: Si alguno ha tenido la curiosidad de leer el libro de Dumas (no una versión adaptada, sino el original) son como 1300 o 1400 páginas de culebrón artificialmente alargado (Dumas lo publicaba por entregas y cobraba por cada entrega, así que le convenía que fueran muchas) en la que la historia interesante y que todos conocemos ocupa sólo las 200 o 300 primeras páginas: el resto es solo relleno que en el siglo XIX se llamaba folletín y ahora telenovela.

Pues Revenge es lo mismo. Con su pan se lo coman: con la cantidad de segundas temporadas de buenas series (pero de verdad) que empiezan ahora en verano no seré yo quien pierda más horas de mi vida con la segunda temporada de esta cosa.


Si te ha gustado (y te apetece), pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/06/revenge-placer-culpable.html
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
5 de junio de 2014
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El principal atractivo de esta serie son las interpretaciones de sus dos protagonsitas: Kevin Spacey y Robin Wright.

La serie comienza con la elección del nuevo presidente (demócrata) de los Estados Unidos. Spacey (Frank Underwood) era un congresista de su partido, un leal trabajador del aparato del partido que ayudó a encumbrar al nuevo presidente actuando como líder de la mayoría en el congreso. Frank tiene tres grandes cualidades: es un intrigante y manipulador nato, es un cínico redomado, y es muy ambicioso. Y de hecho espera que el nuevo presidente le recompense nombrándole secretario de estado (algo así como el ministro de asuntos exteriores).

Pero... en esto de la política son todos unos cabroncetes, el presidente tiene otros compromisos, y el pobre Frank acaba sin su premio. Claro que a cabroncete no hay quine le gane, así que desde ese momento el bueno de Frank empezará a intrigar y moverse entre bambalinas para conseguir sus objetivos y de paso fastidiar un poco a sus enemigos (que desde luego no son los republicanos, sino los miembros de su partido: el nuevo secretario de estado, al jefa de gabinete, el propio presidente,...). Eso si, con elegancia y sin que se note.

Spacey está sencillamente genial. Es un tipo que conoce todos los tejemanejes y trucos sucios de la política, y que no duda en utilizarlos. Él no tiene amigos, sólo aliados, ni tampoco tiene esposa, tiene una socia. Lo más parecido a un amigo que tiene es Freddy, el dueño negro de un minúsculo restaurante especializado en costillas a la barbacoa, un miserable cuchitril que el congresista suele frecuentar.

El personaje de Spacey muestra un cinismo de primera división. Por ejemplo en un momento determinado de la serie, cuando está a punto de conseguir muchos de sus objetivos (eso si dejando una ristra de cadáveres políticos de sus adversarios a sus espaldas) suelta esta cita genial:

“A un paso de la presidencia, y ningún voto emitido con mi nombre. La democracia está muy sobrevalorada.”

El otro gran pilar de la serie es su mujer, Claire, que como ya dije está interpretado por la que fue la princesa prometida, aunque aquí es más bien una bruja, odiosa a la altura de su marido. Fría, dura y calculadora, dirige una especie de fundación benéfica que financia proyectos para llevar agua potable a zonas del tercer mundo... Pero con una serie de este tipo os podréis imaginar que tanto altruismo no es precisamente algo casual y gratuito.

Lejos de la visión ideal –y un poco ingenua- de la política que mostraban series como por ejemplo El ala oeste de la Casa Blanca, aquí lo que se muestra es una verdadera jungla, con intrigas y traiciones de despacho,... y no tan de despacho, porque al bueno del congresista no se le pone nada de por medio para librar sus objetivos y librarse de sus enemigos.

Porque claro, enemigos también tiene, si no sería muy aburrida la cosa. Aunque curiosamente una de sus virtudes es poner de su parte y utilizar precisamente a quien más daño le podría hacer, al menos mientras puedan ser de utilidad para él. Este es el caso de la prensa: Underwood empieza a relacionarse con Zoe, una joven y ambiciosa periodista, que por cierto está interpretada por la hermana de Rooney Mara, la Salander de la versión americana de Los hombres que no amaban a las mujeres, también dirigida por Fincher). Zoe firma una especie de pacto con el diablo y Frank la va encumbrando a base de filtrarle noticias y exclusivas, pero claro, filtra las que le interesan a él para causar el máximo daño posible a quien él quiere.

Sin embargo, para mi gusto la serie tiene un problema: aunque se nota que no han escatimado en gastos y que calidad tiene (para muestra los actores protagonistas), después de 2 temporadas de 13 episodios cada una el ritmo –que tampoco es que fuera trepidante al principio- empieza a ralentizarse, a hacerse cansino.... Y me temo lo peor con la tercera temporada que ya está encargada para 2015. No es que la segunda temporada tenga algo que objetivamente la haga peor que la primera, simplemente es que la prolongación de las cosas cansa: hay historias que se pueden contar de sobra en 13 horas.

Una de las cosas más curiosas de la serie es que usa permanentemente la técnica que los entendidos en estas cosas llaman “romper la cuarta pared”. Es decir, Frank Underwood, en determinadas ocasiones, en medio de la acción, o incluso de un diálogo con otro personaje, mira de frente a la cámara y le habla directamente al espectador... y luego sigue con la escena. Y lo que dice suele ser las mejores frases del guión, verdaderas perlas de sabiduría y cinismo en la que nos muestra como es él y su manera de entender los mecanismos de la política. Para muestra un botón: cuando está asistiendo al discurso de investidura del nuevo presidente, se di dirige al espectador para explicarle esto:

“El poder es como las propiedades, importa la localización, la localización, la localización. Cuanto más cerca estés de la fuente más valdrá tu propiedad. Dentro de unos cuantos siglos, cuando alguien vea esta imagen... ¿a quien verán sonriendo al borde de la foto? A mi.”

Curiosamente tampoco es una historia original: esto es un remake de una miniserie británica de principios de los 90. O más bien de 3 miniseries, o de una serie con 3 temporadas. Y a su vez esta estaba basada en una novela escrita precisamente por un político que fue consejero de Margaret Thatcher y portavoz de su partido en el parlamento, o sea que algo de esto sabría.


Acabando: esta serie no está mal, de hecho es buena, al menos de momento, aunque si queréis un drama/thriller político que cuente las miserias y los tejemanejes oscuros de la política, con un personaje protagonista tan cabrón y magnético como este, yo personalmente os recomiendo mucho más Boss.


<Si te gusta y quieres leer más pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/06/house-of-cards-la-democracia-esta-muy.html>
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Treme (Serie de TV)
Serie
Estados Unidos2010
8.1
8,973
David Simon (Creador), Eric Overmyer (Creador) ...
8
22 de mayo de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Tremé, para quien cómo era mi caso, no lo sepa, es un barrio de Nueva Orleáns, pero también es una más de la las buenas series de la cadena HBO. La verdad es que llegué a esta serie atraído exclusivamente por su creador David Simon, un señor que ya había creado otras series como Generation Kill o la obra maestra The Wire, y que cuando esta acabó, allá por el 2008 se lanzó a contar otra historia, esta vez completamente distinta.

Se trataba de hacer una serie sobre la vida cotidiana de un conjunto de personajes en el Nueva Orleáns posterior a la inundación causada por el huracán Katrina en 2005, y la verdad es que el invento le salió bastante bien.

Tengo que confesar que no me suelen gustar este tipo de historias, ni en películas y mucho menos en series. ¿A que tipo me refiero? Pues a las historias corales, sin un protagonista claro, en las que realmente no pasa nada porque no hay una historia definida. No es que no ocurra nada, pues pasar pasan muchas cosas, sino que no hay una historia única y definida. En vez de una trama general hay muchas historias entrecruzadas, las pequeñas historias particulares de cada uno de estos personajes, que están relacionados algunos con otros de alguna forma, pero que realmente no se conocen todos entre ellos.

No es fácil contestar a la pregunta ¿de que va Treme?, porque realmente se basa en la grandeza de lo cotidiano y de los acontecimientos sencillos y normales del día a día. No hay un protagonista definido y claro más importante que los demás.

Poco a poco nos vamos dando cuenta que las historias de unos personajes están relacionadas de alguna manera con las historias de otros, tejiendo un red sobre la base de la vida cotidiana de los mismos, que básicamente construye en reconstruir, su casa, su ciudad o sus vidas, después de la inundación. De hecho, la imagen de cabecera de la serie va cambiando temporada tras temporada, desde un logo pintado en una pared mohosa y embarrada, hasta otro flamante y recién pintado sobre el yeso blanco, pasando por todas las etapas intermedias, claro.

Y por supuesto los músicos, porque sin ser una serie musical, la verdad es que la música es muy importante en Treme: blues, jazz, soul,... Al parecer el Tremé es uno de los barrios más antiguos de la ciudad, donde viven mayoritariamente criollos y personas de color, y cuna de la música de brass band (ya sabéis esas bandas de instrumentos de viento metal (trompa, trombones, trompetas,...) que marchan en desfiles y demás.

Si te gusta la música de jazz y blues, desde luego esta es tu serie. Suena continuamente, en todos los capítulos y durante gran parte de los mismos, como banda sonora o formando parte de la escena. Y aparecen multitud de músicos reales de interpretándose a si mismos, desde gente perfectamente desconocida para alguien que no sea un gran conocedor de este tipo de música (como es mi caso) hasta verdaderas leyendas vivas como por ejemplo Fats Domino.

Y por supuesto, en Nueva Orleáns no podía falta el Carnaval, y el Mardi Gras está muy presente en la serie. De hecho esta empieza a finales de 2005, tres meses después del Katrina, cuando la ciudad se prepara para el inminente Mardi Gras de 2006, y acaba poco después de la llegada de Obama a la presidencia, cuando se prepara el Mardi Gras de 2009.

Lo que mejor retratado está del carnaval de Nueva Oreleans son los desfiles de los “Indios”, cuadrillas o tribus –formadas exclusivamente por habitantes negros del barrio- que salen a la calle a desfilar vestidos con aparatosos trajes de plumas imitando a los de los indios americanos al ritmo de tambores y cantos tribales. Trajes que pasan meses cosiendo y bordando, con un diseño nuevo cada año.

Si quieres leer más, pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/05/treme-despues-de-la-inundacion.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 19 20 21 49 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow