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Voto de Macarrones:
5
Intriga. Drama Cuando Jimmy Markum (Sean Penn), Dave Boyle (Tim Robbins) y Sean Devine (Kevin Bacon) eran unos niños que crecían juntos en un peligroso barrio obrero de Boston, pasaban los días jugando al hockey en la calle. Pero, un día, a Dave le ocurrió algo que marcó para siempre su vida y la de sus amigos. Veinticinco años más tarde, otra tragedia los vuelve a unir: el asesinato de Katie (Emmy Rossum), la hija de 19 años de Jimmy. A Sean, que es ... [+]
10 de diciembre de 2006
69 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo tengo un problema muy serio con esta clase de películas y actores norteamericanos: me parecen todos iguales y, lo que es peor, falsos. No creo que haya gran diferencia entre esta película y la mayor parte de los telefilmes de sobremesa. Existe el mismo reflejo de las obsesiones nacionales (la familia, las relaciones paternofiliales, con el aderezo -en este caso- de la pedofilia) y no creo que los actores (pese a su renombre) actúen mejor, más bien todo lo contrario. Esta retórica gestual que quiere ser realista a mí me resulta falsa y antinatural (a mí, porque a los críticos de verdad parece que les gusta mucho y enseguida reclaman: ¡es de óscar! ¡es de óscar!; pues sí, las actuaciones son de óscar, merecen un premio de latón y poco más). El caso es que los tres protagonistas de esta película debieron asistir a la misma academia de interpretación porque cada uno de ellos es una fotocopia del otro (como lo son a menudo las estrellas americanas: se les podría haber sustituido por Robert de Niro, Al Pacino y Tom Hanks y los recursos gestuales habrían sido los mismos). Como es una película de Clint Eastwood lo social se escora hacia lo policial y hacia el lumpen, pero a veces me preguntaba si no sería una parodia. Y luego está el lenguaje... Dios mío, a fuerza de ver estas jodidas películas creemos que la jodida gente utiliza esas putas expresiones; pero no, sólo se habla así en las películas. En estas películas, para ser precisos.

"Mystic River" no está ni bien ni mal, es una especie de telefilme con pretensiones, solvente, retórico, retorcido, efectista, a veces ridículo (esas llamadas que recibe Kevin Bacon...) y a ratos emocionante (uno también tiene su corazoncito). Pero sólo a ratos.
Macarrones
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