Aunque ciertamente prometedora en muchos aspectos, desde los plantamientos de la trama hasta la propuesta estética, la secuela de Ouija me ha resultado algo fallida.

Evidentemente, si la ponemos en contraposición de su anterior entrega, o incluso la comparamos con mucho cine de terror actual, la obra de Flanagan sale ganando, y con ventaja. Sus personajes están bien escritos, es consecuente con su propuesta visual, la trama intenta ser lo suficientemente profunda y no un simple relato de fantasmas y muertes.

Pero eso es solo al principio, y conforme avanza la trama iremos viendo poco a poco los típicos cliches del cine de terror para adolescentes: sustitos para entretener, trama supercomplicada pero explicada hasta tal punto que resulta tediosa...y...ojo SPOILERS, doctores malignos nazis......sí....leis bien. El problema se intensifica cuando nos damos cuenta de que la trama, por fuerza, tiene que cerrarse intentando atar cabos con la anterior y entonces es cuando ya pierde para mí todo atisbo de calidad.

Origin of Evil se habría beneficiado mucho más de haber sido un reboot completo o de ser una película totalmente independiente. Podría haberse tomado el tiempo para explorar la dinámica de una madre que quiere reencontrarse con su esposo muerto, pero al mismo tiempo teme por la vida de su hija; la historia podría haber tomado giros más interesantes hacia el final, etc.

Aun así, no es ni mucho menos una película terrible...