Película independiente, galardonada con varios premios, incluidos los de su directora y aclamada por la critica, con actuaciones aceptables, salvando la de Harris Dickinson y Madeline Weinstein.

Una buena dirección y con una buena fotografía y un buen manejo de imágenes y primeros planos que te hacen involucrarte y empatizar con su personaje principal y la situación familiar, sexual, sentimental y de confusión que vive.

Esta película quiere mostrar la desestructuración familiar que existe a raíz de la enfermedad, las adiciones a las drogas, las malas compañías de chicos jóvenes que no desean y no quieren un futuro mejor, pero sobre todo la aceptación de una sexualidad confusa que ve reflejada en la falta de una figura paterna, sin querer admitir su verdadera identidad y satisfacción sexual plena.

También abarca el consumo de drogas indiscriminado, el robo a su familia de objetos para conseguir mas dinero y satisfacer su adición, las maneras mas bajas y de una ética reprobable, para poder conseguir droga, sin importar la integridad propia y mucho menos las de otras personas.

Película con temas sociales en la juventud y sobre todo esa búsqueda de la aceptación sexual. En resumen no todas las historias tienen un final y menos feliz, como la vida misma.

Recomendable.