Sin duda alguna, "Queridos Blancos" incomoda. Señala privilegios, te pone un espejo delante y te hace ver la cara que nosotros, los blancos, podemos imaginar pero jamás sentir ni ver. La cara amarga. Y es que esta serie muestra un equilibrio perfecto entre la lucha antirracista, el humor y la típica problemática que experimentan los jóvenes en sus años de universidad. Además, es capaz de moverse entre otras opresiones como la centrada en el género, la identidad sexual y las diferencias entre las clases económicas y como, mezclado con la raza, pueden ser armas realmente destructivas.

Algo que llama la atención también, es como señala, dentro del propio movimiento antirracista, las diferentes posturas ideológicas y maneras de actuar. Recordando al feminismo actual y sus dos vertientes más mencionadas -feminismo liberal y radical-, la serie establece un paralelismo con el antirracismo, y como un mismo acontecimiento puede ser interpretado de una forma más conservadora, o puede ser comentada y criminalizada infiscutiblemente desde la postura más radical.

Si eres una persona racializada, aunque no seas negrx, te hará meditar sobre tus derechos -pese a no tocarse mucho al resto de razas existentes, al menos en esta primera temporada-.

Si eres blanco, sin duda alguna es obligatorio verla y 100% recomendable. Te abre una puerta al análisis no sólo de la sociedad estadounidense, sino occidental, y ofrece la entrada a un análisis infinitsmente más profundo, tanto en lo general como en la deconstrucción individual.